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España España · Madrid
Críticas de Benze
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Críticas 32
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
28 de agosto de 2021
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta ficción se mueve entre dos tramas paralelas. Por un lado, la psicología de los personajes - especialmente la de Mare- y los conflictos que hay en sus relaciones a medida que enfrentan los problemas familiares y personales que arrastran. Por otro lado tenemos la trama de los crímenes y su investigación. Esta última es la que tiene mayores problemas, ya que los guionistas de la ficción no encuentran la manera de resolverla con coherencia y sin recurrir a la sorpresa fácil. En su defensa, debo decir que es un error muy común en películas y series de esta temática, y que al menos 'Mare of Easttown' tiene otras importantes virtudes.

Cada relato, en el medio que sea, construye la lógica y el sentido de su propia realidad. 'Mare of Easttown' lo hace, en teoría, sin distanciarse mucho de la vida real, y ese es su problema, pues así es más fácil ser incongruente, sobre todo en una trama sobre crímenes como ésta. Pruebas que aparecen de la nada en el momento conveniente para hacer avanzar la trama por los derroteros escogidos, sorpresas sin lógica para sorprender a toda costa al espectador y un sospechoso detrás de otro antes de llegar al verdadero culpable (quienes la hayan visto, sabrán que el giro del último episodio es totalmente absurdo). Todo esto en una miniserie de solo siete capítulos.

La serie también tiene importantes virtudes, como ya se ha dicho. La construcción psicológica de Mare y las relaciones que mantiene con su familia, así como los problemas a los que no ha dado solución y que aún la atormentan, enriquecen enormemente la trama. No podemos dejar de destacar, por supuesto, el empeño del reparto, especialmente de Kate Winslet, probablemente lo mejor de la miniserie. Todo ello sumado también a una dirección correcta de los episodios, pero no brillante. También se debe destacar el entretenimiento y el interés que despierta la miniserie, capaz de mantenerte atado a la silla a la espera de qué va a suceder.

No comparto el júbilo generalizado por esta miniserie. La considero una serie con grandes virtudes pero también con defectos notables, de esos que no se pueden dejar pasar por alto. Una ficción muy irregular en cuanto a la verosimilitud de su relato, pero también en su ritmo. Un guión muy errático que no sabe qué quiere ser, si un drama familiar o un thriller sobre crímenes. Winslet es de lo poco que aporta claridad y calidad. Si no protagonizara esta ficción, ¿qué opinaríamos de la obra?
Benze
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4
30 de noviembre de 2020
7 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las creencias generalizadas entre las audiencias de películas y series existe una que es especialmente omnipresente. La mayor parte de los espectadores parece siempre ir en busca de la innovación o algo que les resulte como tal. Y la buscan en relación con un único aspecto fílmico: la trama o sinopsis. No acostumbran a buscarla en las técnicas de dirección, ni en la construcción del guión, ni en la forma de montar la película o serie. La buscan en el argumento. Y he ahí el quid de la cuestión: buscan un argumento que les sorprenda, que no les resulte previsible y que sea aparentemente complejo. Porque piensan que lo común, lo coherente y lo simple es siempre peor. Y existen pocos ejemplos actuales de lo que buscan que sean mejores que la serie ‘Dark’, que concluyó en junio de este año.

La ficción televisiva fue estrenada en Netflix en 2017 con claras reminiscencias a las películas de ciencia ficción que tienen saltos en el tiempo. La influencia es obvia, y sin embargo su primera temporada fue muy bien recibida por gran parte del público. Quizá se deba a su capacidad para comunicar al espectador que lo que estaba viendo era diferente, imprevisible y complejo. Su manera de acercarse al concepto de tiempo y a las teorías científicas que versan sobre aquél era atractiva, con capítulos que inician con el principal tema de la Banda Sonora y unas frases en off de algún personaje hablando del tiempo. Sus capítulos se mueven a través del suspense, con unos personajes que necesitan revelar los misterios que se van planteando. Eso le funcionó en su primera temporada.

No obstante, los creadores de la serie no tuvieron la capacidad de desarrollar otros aspectos del guión, como la evolución de los personajes. Estos, en lugar de accionar los acontecimientos, eran empujados por ellos. Es decir, el protagonismo ha recaído en los viajes temporales y sus consecuencias, y no en los propios personajes, que son los que enriquecen las historias. En la primera temporada se presentaron la mayoría de ellos y al menos sí hubo algo de introspección. Pero en la siguiente temporada los guionistas decidieron seguir apostando por los misterios del pueblo de Winden y su fábrica nuclear, en lugar de ir en dirección a resolver esos misterios. Los personajes fueron los principales damnificados, como marionetas que no tenían poder decisión, que se limitaban a lamentarse y a ser meros testigos de lo que acontecía en el pueblo.

Pero la segunda temporada también añadió nuevos misterios, en vez de apoyarse únicamente en los planteados en la temporada 1. Tal decisión lastró el desarrollo de la serie, convirtiéndose en dependiente de las dudas que iba planteando la trama. La tendencia pretenciosa y enrevesada de la serie alcanzó sus más altas cotas en la tercera temporada, con multitud de situaciones rocambolescas, conveniencias de guión, agujeros en la trama, diálogos excesivamente expositivos y una narración visual subestimada, que parece depender de aspectos fílmicos secundarios como banda sonora o diálogos. La conclusión de esta historia quizá haya llegado demasiado pronto y de forma abrupta, teniendo en cuenta todos los detalles por revelar, además de haber optado por una salida superficial.

En definitiva, la serie ha pecado de intentar por todos los medios ser compleja y ha descuidado los aspectos que hacen ricas y complejas las historias fílmicas y televisivas, como la imagen en movimiento, la psicología de los personajes o una construcción de guión con coherencia. ‘Dark’ ha pretendido mucho, pero ha agarrado poco en su afán de enredar y enrevesar. Ha subestimado el poder de la premisa, la cual ha sido superficial y superflua. Ahora bien, los intérpretes hacen un buen trabajo, aunque el guión maltrate a sus personajes. En los apartados visual y sonoro la serie cumple con nota, al menos si lo circunscribimos a las cuestiones netamente técnicas y no narrativas. Y es justo reconocer que los temas que plantea la serie resultan interesantes. Lo mejor: su primera temporada.
Benze
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9
25 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que se realiza una ficción cinematográfica y/o televisiva que pretende acercarse con algo de veracidad a una realidad, se produce un aluvión de elogios, críticas y quejas de los espectadores y de la prensa especializada. La miniserie Antidisturbios estrenada en Movistar Plus el día 16 no ha sido la excepción. Pese a haber contado con un gran recibimiento de público y crítica, ha desatado fuertes quejas de algunos espectadores y más concretamente de sectores policiales, como los sindicatos Jupol, SUP y CEP. La consecuencia era de esperar, tratándose de la temática de la ficción de Movistar Plus y de las tendencias ideológicas que dichos sindicatos han mostrado en otras ocasiones.

La serie creada por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña nos pone en la piel de un equipo de seis agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que ha recibido la orden de efectuar un desahucio. Además del drama para los inquilinos que la acción supone, algo termina de forma trágica para uno de los vecinos que estaba protestando contra el desahucio junto a miembros de una plataforma inspirada en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Los seis agentes pasan entonces a estar en el punto de mira de la unidad de Asuntos Internos y de la protagonista, Laia -Vicky Luengo-, una joven agente muy observadora y analítica que se obsesiona con el caso.

Más complejo de lo que parece, el caso apunta a una trama en la que podrían estar implicados altos mandos de la policía, jueces y empresarios. Para entender el libro de estilo de Rodrigo Sorogoyen se puede acudir a algunos de sus trabajos anteriores. La corrupción y el tráfico de influencias ya habían sido algunos de los temas tratados en la película El Reino, también del cineasta. En otro de sus trabajos, Que Dios nos Perdone, uno de los papeles protagonistas lo interpretó Roberto Álamo, también presente en el elenco de Antidisturbios, que dio vida a un inspector de policía con conductas agresivas. Otro reconocido actor presente en el reparto es Raúl Arévalo. Como ya es habitual en el director, algunos personajes y tramas están inspirados por historias y contextos reales.

En esta miniserie se dota a cada agente de una personalidad distinguible. Lejos de maniqueísmo, estos antidisturbios son personas, con sus virtudes y sus defectos, sus luces y sus sombras. Aunque sea ficción, Sorogoyen trata de mostrar cómo un trabajo tan agresivo y sometido a tanta presión puede modificar y agravar las personalidades de las personas cuando los acontecimientos entran en una vorágine en la que la moral y las órdenes de mando chocan. Quizá por ello ha habido sectores que se han quejado ferozmente, porque algunos de estos personajes muestran actitudes agresivas -e incluso machistas- más allá del trabajo. Esto no quiere decir que algunos de ellos no puedan ser considerados buenas o malas personas, o que la UIP no pueda ser valorada positiva o negativamente, sino que tales decisiones quedan en poder del espectador.

En Antidisturbios el director hace gala, una vez más, de su estilo, y pone en práctica la destreza adquirida a lo largo de su filmografía. Esta ficción, para bien o para mal, no dejará a nadie indiferente, tanto por tratarse de un claro ejercicio de estilo como por el subtexto mismo de su guion y la importancia con que nos habla de realidades estructurales en nuestras sociedades.
Benze
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Coronavirus: Diario de un encierro (TV)
MediometrajeDocumentalTV
Francia2020
5,6
119
Documental
2
7 de abril de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se podían albergar grandes expectativas sobre un documental realizado apenas sin tiempo, cuando la crisis sanitaria apenas había estallado en China. Ahora, han pasado tres meses y ya tenemos documental. El resultado no podía ser muy bueno, además de que la duración del metraje sea ridícula para una película documental. Esto, a su vez, también provoca que la profundización y la contextualización brillen por su ausencia.

El gran fallo del documental es su propio contenido, reñido con un título engañoso. No se trata de una crónica de un mes de cuarentena, sino de una pieza breve denunciando un régimen político en medio de una epidemia. Y lo hace, además, sin ningún descaro ni sutileza, como quien escoge un titular llamativo que sirva de clickbait. No cabe duda de que en Francia mucha gente habrá picado el anzuelo en un momento en que la información está capitalizada por este virus.

Quizá hubiera sido preferible llamar de otro modo al documental, para no andar confundiendo. O, al menos, haber fundamentado mejor su perspectiva, por ejemplo, aportando pruebas y datos sobre el mal hacer del gobierno chino. O, si el periodista no podía disponer de tal información, podría haberse centrado en lo estrictamente humano, en lugar de buscar y elegir concienzudamente las personas a entrevistar.

Es, además, una falsa crónica documental, sin resumen de la evolución de la crisis sanitaria, sin menciones al calendario ni ninguna pista que nos vaya indicando cómo avanzaba la situación. Es decir, que bien puede haber sido grabado durante un par de jornadas a lo largo de ese mes de cuarentena. Tampoco es una crónica casera, que es lo que parece sugerir cuando empieza el documental, alegando la dificultad de realizarlo en condiciones de excepcionalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benze
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Code Geass: Akito the Exiled
MediometrajeAnimación
Japón2012
6,0
77
Animación
4
5 de febrero de 2020
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Cuando termina una gran serie (en este caso, de anime), sus más celebérrimos seguidores suelen quedarse con una lógica sensación de vacío. Esto, al margen de que el final pueda ser redondo y prácticamente perfecto, como es en el caso de Code Geass: Lelouch of the Rebellion. Ante esta situación, muchas veces se realizan secuelas y spin-off para tratar de agradar a ese público, que es lo que ha ocurrido con este anime, primero con esta serie de ovas y más tarde con unas películas recopilatorias que cambian detalles de la historia original para crear un final alternativo. Pero bueno, omitamos Code Geass: Lelouch of The Resurrection.

Lo bueno que pueden tener los spin-off es que, al menos, no tienen porqué estropear la trama principal. El problema es que en este caso no es así, pues se trata de meter a la fuerza a personajes de esa trama principal para captar la atención del fan que no está muy convencido con esta nueva historia. Porque inevitablemente surgen más dudas que certezas sobre la trama principal, intentando situar a esos personajes en el plano temporal y espacial en el que se hallan. Es un completo despropósito, un puzzle mal ideado, un intento burdo y obvio de capitalizar la atención con un recurso facilón que, por otra parte, no aporta nada de cara a lo que querían contar con esta historia.

Aparte de ello, nos encontramos unos nuevos personajes con una carencia alarmante de carisma, sin ninguna profundidad y gobernados por un moralismo que hace que esto parezca más un shonen que un seinen. Moralismo absurdo que no impregnaba la serie, en la que sus personajes, a pesar de tener sus sentimientos y emociones, toman decisiones cuestionables moralmente para alcanzar objetivos que creen justos. El fin justificaba los medios, y los medios justificaban el fin. En Code Geass Akito The Exiled, los personajes parecen guardianes de la falsa y estúpida moralidad de los peores shonen. Situaciones de vida o muerte se resuelven gracias a esos nakama que no van a dejar que el protagonista (Akito) mate por odio a ciertos personajes, aunque previamente haya matado a otros que son random. Nakamas que lo llegan a ser así como así, vía magia. Un guión sin lógica ni coherencia.

Es una pena, porque la primera ova no es del todo mala. Te presentan bien unos personajes nuevos con sus misterios y te introducen correctamente en otra de las guerras que libra el Imperio de Britannia en el mundo. Y además, una muy importante, la que se libra en Europa. De hecho, otro gran acierto fue la inclusión de los eurobritanos como un bando que, con el mando adecuado, podría luchar por sus intereses propios contra Europa pero también contra Britannia. El problema es que es sólo un personaje el que defiende esta postura, y sus objetivos finales dejan bastante que desear. Es el típico caso de villano que quiere destruirlo todo y se redime al final. ¿Esto es Naruto?

Todo ese potencial geopolítico y geo-estratégico que exploró y explotó de forma soberbia la serie anime, aquí se desaprovecha totalmente. Y el elemento fantástico, el Geass, no aporta nada a lo que ya sabíamos. Básicamente, vemos unos nuevos Geass en acción, alguno de los cuales es de una congruencia cuestionable. Si a esto le sumamos que se reciclan frases acerca de la soledad del poder del rey que es el Geass, nos queda un producto que se siente también repetitivo. Hubiera sido más interesante en caso de optar por personajes sin Geass, y explorar el entramado político, el cual no puede ser más simple.

Volviendo sobre los personajes, quería destacar que la protagonista, Leila, pasa de ser una buena líder, resolutiva y con carácter, a ser una damisela a la que hay que proteger y que resulta inútil en casi todo (mostrado de forma explícita hasta la saciedad). Esto choca y contrasta con lo que vemos de ella en la primera ova. No entiendo porqué hay que desaprovechar así a un personaje femenino que apuntaba maneras. Por otro lado, sus motivaciones y las de sus compañeros son de lo más simples y sí, vuelvo a mencionar el shonen.

En definitiva, esta serie de ovas es repetitiva en algunos aspectos, además de que resulta infiel al tono y espíritu de la serie anime. Los personajes no son interesantes ni relevantes. La animación es un aprobado raspado. Su guión tiene un gran comienzo, pero un desarrollo nulo y una conclusión insulsa. Y no aporta nada, pues su trama queda relegada en importancia, dando la sensación final de que lo que ocurre en este frente no sirve de nada para lo que pasa después en Japón, China y Britannia con el regreso de Zero y los caballeros negros. No parece Code Geass en absoluto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benze
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