(Sé que la frase da mucha rabia pero no me friáis a negativos todavía, por favor. Al menos no sin leer el cuerpo de la crítica).

Y es que esta es la razón de ser y el problema de una película que desde el punto de vista cinematográfico no tiene nada incorrecto. Es más, se nota que tiene un tío con oficio como Viscarret detrás de la cámara; pero no es suficiente para transformar una novela muy interesante en una película que pueda calificarse con el mismo adjetivo. Ni siquiera con uno parecido.

Sé que no voy a decir nada nuevo, pero casi nunca salen buenas películas de adaptar buenas novelas. Aunque esto daría para una serie de conferencias de varias horas cada una, la razón se puede resumir de una manera rápida: el cine y la literatura son dos lenguajes muy diferentes. La literatura tiene que conseguir solo con la letra lo que el cine puede transmitir mediante imágenes, sonidos, música, diálogos, actuaciones, etc... Una novela donde abunde el monólogo interior del protagonista no debería ser ni siquiera candidata para una adaptación al cine. Las buenas adaptaciones suelen ser nacer de otro tipo de libros: aquellos con una trama que vertebra la novela o interpretaciones muy libres de relatos cortos. (Ejemplos que se me vienen a la mente sin rebuscar demasiado: Perdida de Fincher, Burning de Lee Chang-Dong, Blow-up de Antonioni -el relato de Cortázar tiene puntos de conexión mínimos con la película- o muchas de las películas de Hitchcock). Por eso no hay buenas adaptaciones de libros legendarios que todos hemos leído o estudiado en el instituto. (Aquí ya no pongo ejemplos, los dejo a elección del lector).

Quizá mi opinión venga marcada por ser un asiduo lector de Millás. He leído y sigo leyendo sus novelas, sus reportajes, sus columnas... Su estilo nace de ese realismo mágico que extrae de la cotidianidad y, aunque la película intenta jugar estas cartas, la mano no es ganadora. Creo que la narración paralela utilizando del programa de entrevistas no funciona**, pero es verdad que es imprescindible para conseguir hacer cine con una historia en la que el protagonista no interactúa con ninguno de los otros personajes. Es decir, media película viene condicionada por un requisito indispensable para que la película exista. Desde mi punto de vista, esto es una majadería.

Y por intentar dejar un toque positivo. La fotografía está cuidada, la música acompaña bien sin tener el protagonismo a excepción de la mítica canción de Golpes Bajos que da nombre a la cinta. Incluso creo que Viscarret consigue ir transformando poco a poco la atmósfera de la película sin utilizar demasiados elementos ni trucos baratos. Ahora bien, las interpretaciones -no sé si a propósito- son más sosas que un pescado de hospital. Por favor, Paco, no te dejes convencer para imitar el acento gallego que encima luego te cuesta una polémica y una lapidación tuitera.

**(aclaro en spoiler).

Recuerdo que cuando leí que volvía Prison Break me puse a temblar. ¿A ver que se inventan estos ahora? Sabía que podía llegar a pasar algo casi tan horrible como esto. Sólo con revisar la filmografía de nuestros 2 protagonistas masculinos se puede intuir que esto no es más que un intento de rescatar la gallina de los huevos de oro, pero 12 años después... Y la gallina ya no sirve ni para hacer caldo.

Quiero dejar claro que no es esto un agravio comparativo con respecto a la archireconocida primera temporada de esta serie, de hecho, estoy convencido de que si la volviese a ver descubriría que no es tan perfecta como yo la recuerdo; y esto es algo totalmente lógico. Desde que se estrenó por primera vez Prison Break hasta hoy ha pasado demasiado tiempo, y hemos atravesado la que sin duda es la "Edad de Oro" de las series. Podría citar decenas de ejemplos, pero voy a dejar que cada uno ponga los suyos. El número de series ha experimentado un crecimiento exponencial, por lo que las series de calidad han crecido más o menos en la misma proporción; y todos los que hemos consumido y seguimos consumiendo series también hemos aprendido algo a lo largo de todo este tiempo.

Hemos aprendido que en la variedad está el gusto, en las ideas genuinas, en que aún está todo por hacer y que la misma receta acaba cansando. Hemos aprendido a diferenciar los guiones sólidos de los que se escriben con la técnica de la huida hacia delante. Hemos aborrecido los Deus ex-Machina y los cliffhangers (más aún cuando metes varios en cada capítulo). Hemos descubierto que uno puede acabar mareado de tanto giro de guión mal planificado y que si le das la vuelta a la tortilla demasiadas veces te acabas comiendo unos huevos revueltos. Ya sabemos que pasa cuando un chico y una chica se llevan como el perro y el gato en los primeros capítulos pero se ven obligados a colaborar...

Quitando todas estas cosas que considero problemas de base, creo que no me equivoco si digo que en todos los capítulos hay errores de novato: barbas que crecen de una secuencia a la siguiente, heridas que desaparecen, puñetazos que no dejan rasguño, metralletas que no aciertan una bala a 30 metros, webcams yemeníes que hacen fotos en 4K, camiones petroleros y aviones perfectamente aparcados para una huida in extremis, cámaras escáner de la CIA que no diferencian plástico de piel, smartphones con baterías infinitas y roaming ilimitado por todo el globo... (mejor paro ya). Quizá sea problema mío que tengo el morro muy fino.

Si le pongo un 5 es porque aún tengo un rinconcito en mi corazón para Michael (aunque ahora tenga canas), Linc (que ahora tiene una camiseta blanca que se limpia periódica y automáticamente), T-Bag (al que le han regalado una mano robótica), Sucre (que es marino mercante y tiene un negocio de muñecas hinchables o algo así...) y C-Note (que se ha reconvirtió al Islam y aprobó el C1 de árabe a la segunda).



Maldita nostalgia.

…para poder poner alguna película a mis alumnos y luego charlar sobre ella; éste es un ejemplo más.

Mi criterio favorito a la hora de valorar si una película me gusta o no es el número de horas que me paso pensando en ella una vez después de haberlas visto. Y American History X me tuvo un rato bastante largo reflexionando solamente acerca de la conclusión del trabajo de Danny.

"Supongo que debo decir lo que he aprendido, mi conclusión. Mi conclusión es que el odio es un lastre. La vida es demasiado corta para estar siempre cabreado. No vale la pena. Dereck dice que siempre viene bien acabar un trabajo con una cita, dice que siempre hay alguien que lo ha hecho mejor que tu, que si no puedes superarlo róbaselo y aprovéchate. Así que he escogido algo que creo que le gustará: No somos enemigos sino amigos, no debemos ser enemigos. Si bien la pasión puede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debes romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelva a sentir el tacto del buen ángel que llevamos dentro."

(…) A pensar.

Soberbio lo que ha conseguido Jonás Trueba con estos chavales. Para mí la mejor pieza del proyecto con mucha diferencia.

Cualquiera que se haya ido de viaje de estudios con el colegio/instituto podrá verse reflejado en algunas de las situaciones. Muestra lo que tiene que mostrar, realzando algunos detalles con buen gusto y dejando otros a la imaginación del espectador. Creo que también habría funcionad bien como película estrictamente de ficción, pero la interacción entre los chicos, compañeros de instituto en la vida real, le aporta una química y una verdad a la historia que resulta muy llamativa. Es una lástima que películas así no encuentren espacio en la cartelera porque estoy seguro de que sí tendrían su público. Y no solo adolescente, sino gente hecha y derecha, en el mejor de los casos.

Espero que con el paso de los años se le de a Jonás Trueba el reconocimiento que merece por querer difundir la palabra del cine más allá de los festivales internacionales, las salas de arte y ensayo y los círculos más cercanos a la industria.

Después de llevar casi 2 años visitando regularmente FA, he decidido crearme una cuenta y lanzarme a escribir mi primera crítica en la película que me hizo cambiar mi visión respecto al cine.

A lo largo de mi infancia me acostumbré a ver thrillers, películas de acción, robos y demás parafernalia única y exclusivamente porque tenían un ritmo más o menos rápido: persecuciones, tiroteos y escenas que me podían parecer entretenidas de ver; y durante una larga temporada era muy complicado sacarme de ahí. Pero una vez vas creciendo como consumidor de cine empiezas a valorar alguna otra cosa: diálogos, planos, banda sonora, guiños a otras pelis, actuaciones...

En los 99 minutos que dura Reservoir Dogs aprendí más de cine que en 10 años; rompió todos mis esquemas y me demostró que se puede hacer una auténtica obra maestra sin tener ni demasiado dinero, ni superestrellas de Hollywood, ni escenarios espectaculares; sólo contando una historia acerca de un atraco a un banco, que perfectamente podía ser una de esas películas que me encantaban cuando era un joven alevín que pensaba que "Misión Imposible 2" era la mejor película de la historia.