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Críticas de edddddddd
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
8
5 de abril de 2024
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El cuerpo es una cárcel. En la desnudez de la piel los pies se agrietan y las llagas trasmiten soledad. Hay silencio y en el claustro crece la libertad. La imaginación es la loca de la casa. Entre pucheros anda el Señor. De lo que no se puede hablar mejor callar.
En tiempos de la inquisición sobran las palabras. Los conventos escuchan, las paredes esperan, sufrientes. En la dualidad surge la verdad, del contraste, del dolor. Quien no se conoce no conoce el mundo. Mirar fuera y mirar dentro. El misticismo es sensualidad y tenebrismo. Hay sapos cojos y murciélagos ciegos. El hábito habita, la religión viste, la fe no hace montañas. Teresa reza y el espectador mira, escucha, siente. De tanta paradoja se alimenta el espíritu.
Bebe Juan Mayorga de la filosofía, de la escolástica y del desvelamiento. Como Blanca Portillo que resiste el primer plano, que deja a Paula Ortiz jugar a ser Bergman, y coquetear con Buñuel y mostrar espejos borgeanos. La sensualidad de blanco de una Teresa joven y las carcajadas de Asier Etxeandia liberan un tenebrismo poblado de velas, el límite entre el bien y el mal.
La escritura se refugia entre el yo y el mundo, en los resquicios que deja la salud. El desierto no es la solución y en la Castilla profunda caerán muchos muros durante siglos para que las mujeres crezcan.
Película de lengua afilada y plano corto, de interiores y saltos al vacío, de profundidades y revelaciones. De la llama que nunca se apaga. De fuego y seda. Humo sin ceniza. Teresa es misterio, zozobra, plenitud en lo sublime y equilibrio en el alambre. Introspección en espiral.
edddddddd
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8
14 de febrero de 2024
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¿Dónde están las llaves? En 1954 no debía ser fácil hacer copias de llaves ni había cajeros automáticos y el dinero en metálico dejaba un rastro que se podía seguir. La policía inglesa rastreaba como Sherlock Holmes los movimientos más sospechosos. Tampoco había relojes digitales y Alfred Hitchcock con habilidad ponía en hora todos los resortes narrativos para que funcionaran a la perfección. Rodada como una obra de teatro, en el interior de un pequeño piso sucede casi todo el film. Intriga con marido y amante, con Grace Kelly como centro de la trama, pero Ray Milland lleva el peso de la interpretación. El director británico consigue darle la vuelta a la acción, jugando entre la realidad y la ficción, al contar con un escritor en el reparto, y mantiene la tensión del espectador que desconoce en cada momento los sucesivos giros de guion. No es casualidad que sea un tenista quien nos lance de un lado y otro, como buen jugador. El policía, el marido tenista, el amante escritor, la mujer codiciada, el asesino a sueldo son las piezas de este puzle que una vez más demuestra que siempre falta o falla algo para conseguir el crimen perfecto. Un maletín con dinero, dos llaves, un reloj retrasado, el teléfono, una medias, una carta y las tijeras son elementos clásicos, necesarios, para que una muy buena película de suspense funcione a la perfección. Gran lección de intriga policial del maestro del género.
edddddddd
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8
16 de enero de 2024
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El deseo no tiene fronteras. Ni géneros. Tienes que ver con la vehemencia, las ganas de vivir. A veces se oculta pero sale a la luz en escenas pasionales, irracionales, animales. Somos animales, los perros, nosotros. A partir de una goteras se puede reordenar el mundo. La civilización empieza en los pueblos, con un móvil, un coche viejo y un portátil. Hoy todos venimos de la ciudad, hasta los perros, como los domingueros, los alemanes, los matrimonios mayores, los artistas que trabajan con vidrieras de colores. En Un amor hay color, el azul de la naturaleza, el baile, los velos que se airean, la danza que deja caer las máscaras. Los acercamientos, las caricias, también las insanas. La dependencia, los roces, los malentendidos.
Ha sabido Isabel Coixet leer el mundo de Sara Mesa, ponerle imágenes. Conseguir una buena versión, visual, independiente, sin dejarse arrastrar por la toxicidad de las relaciones, leyendo y recreando la fuerza de los personajes de la autora de La familia. La película mantiene el equilibrio paseando por un alambre difícil de sortear. El viaje que propone el film posee destellos de luz, arrebato, intensidad. Un película lograda, un reto visual, cuando la supervivencia consiste en pactar con el paisaje, los vecinos, la sociedad. Hacer las maletas no es perder, es seguir viajando, porque goteras hay en cualquier parte, siempre lloverá y mojarse no es tan grave.
edddddddd
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8
5 de enero de 2018
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El lector nace de El móvil de Javier Cercas. También podría llamarse El autor. La obsesión. O El triunfo y el fracaso. El guión es lineal, con cierre original. El guión parece provenir de un taller literario, como a los que asiste el protagonista. Para aprender a escribir. En un taller se enseña a leer y escribir. Con lo difícil que es enseñar. Y aprender. Con lo inaprensible que es el arte. Se contagian las aficiones pero difícilmente se hace al artista. De mucho intentarlo se puede dedicar toda una vida a una idea, a un proyecto. Se puede transformar la vida para que se acerque a la ficción, para que las ideas preconcebidas vayan resultando. Pero hay muchos impedimentos, muchas variaciones en la realidad. El mundo es como es y no como nos gustaría. La realidad va por libre, salvo que juguemos a ser don quijotes. El lector consigue que nos creamos al protagonista, un obsesivo escritor, un mediocre escritor, un artista en ciernes, un soñador más.
La vida no es una novela. Las novelas sólo se parecen a la vida. La vida es una película con muchos matices. El lector es una película absorbente, que atrapa e inquieta, que llega a incomodar, por sus excesos, por la manipulación de la realidad que quiere realizar el creador. Película en torno a la escritura. Para el disfrute de escritores y cierto desconcierto para el resto. Con buen ritmo, jugando con la realidad y la ficción.
edddddddd
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10
13 de febrero de 2017
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cerca nadie es normal. No hay que fiarse de la gente normal. A saber qué será eso de ser normal. Por si acaso, Leticia Dolera lo intenta, con una lista. Al final, como los diez mandamientos, se resume en uno: ser feliz. Si eres feliz eres normal, si eres normal eres feliz. Y si entras en el bucle, ya no saldrás. ¿Cómo entrar? O cómo hacerse mayor, o no, de qué manera integrarse, amoldarse, socializarse, ¿normalizarse?
Así no resulta atractivo, pero la película sí lo es. Fresca, ágil, amena, sugerente, risueña. Es blanca pero se atreve con la discapacidad, los gorditos ( y los flacos), a bromear con los deportistas, a caricaturizar a Ikea, a lanzar globitos al aire, a entretener, con sus cartelitos y etiquetas de colores.
Me ha recordado a Amelie, por la ternura, pero también a Isabel Coixet por la manera diferente y atrevida, valiente, de acercarse a temas variados, desdramatizando.
Es una película en color, con muchos matices. Donde se cuenta que si apagas la luz podrás ver la intensidad de una bombilla. Su luminosidad, como la de esta aventura de cine, sin necesitar requisitos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edddddddd
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