La película en sí no está nada mal, es entretenida e interesante, a pesar de que con el paso del tiempo ha envejecido mal. la protagonista pasa toda la película debatiendose entre el amor que siente por su mozo de cuadra, el cual después se convierte en noble, y sus deseos de seguir siendo una señora de la alta sociedad, lo cual destroza el corazón del susodicho mozo de cuadras. Obviamente, para la época en la que se rodó esta película, el argumento es buena, ya que demuestra la diferencia entre ambas clases y los consiguientes prejuicios, pero claro, es una película que, si no te sabes meter en esa época, carece de encanto. Eso sí, tanto los actores, como la banda sonora son geniales, y cabe decir que el doblaje al español también está de lo más cuidado, especialmente el doblaje que hizo Simón Ramírez del personaje de Lawrence olivier.

Nos encontramos ante la segunda parte de la guerra de los niños, como su título indica. La película en sí, al igual que su predecesora, es más bien pobre, con un guión totalmente previsible, pero aún así, tiene algunas escenas que, aún siendo absurdas, llegan a ser bastante risibles, y en conjunto, al igual que las del resto de la saga, llegará a entretener a los más pequeños de la casa. Las canciones, en este caso, abundan más que en la primera parte.

Esta es, con distinción, la mejor de las 7 películas que rodó el grupo parchís junto a su ya habitual equipo. Al igual que en todas las demás películas del grupo, consiste en una comedia musical, en la que se van entremezclando canciones de parchís, algunas de ellas míticas en su trayectória, y argumento de la película. Al igual que las demás películas, está plagada de escenas completamente surrealistas, pero aún así, es una de esas películas que entretienen a los más pequeños de la casa y, por qué nos vamos a engañar, arrancan alguna sonrisa a los mayores, ya sea por los recuerdos que trae, o por las escenas y el argumento en sí.