La película favorita de Carlos Boyero es, como era de esperar, un petardo. Lenta, mal interpretada, con un guión que parte de premisas interesantes para derivar en...nada. Ritmo constante (lento), Coronado sin expresión facial alguna, Zay Nuba sin vocalizar (farfulla cosas en tono monocorde, pero eso es muy normal entre los actores patrios), diálogos sencillos pero que a veces se intentan forzar y volverse impactantes -dando mucha risa...
Sin llegar a ser una aberración, no pasa de ser mediocre, una muestra de cine social español de costumbrismo de barrio bajo pero que se niega a entrar en el cine negro, la acción, el thriller...y que queda atrapado en tópicas historias sobre infidelidad y picores de bajos de adolescentes y de mediana edad.
La explicación viviente de por qué la gente no paga por ver la mayoría del cine español.

Repugnante reconstrucción del mito de la Torre de Babel, protagonizada por un ultranacionalista y anarcoprimitivista americano que intenta vivir por su cuenta en la selva. Repugnante en todos sus personajes, su mensaje y su pestazo religioso, conservador e inmovilista. Una película absolutamente crítica con el ansia de libertad, la autosuficiencia y la técnica al servicio del hombre. Por contra, favorable al rebaño, al no salirse del redil de Dios.
Nauseabunda.