Un tema original, unos personajes dignos de estudio, unos paisajes e imágenes sugerentes...pero todo ello en bruto, sin tallar apenas, como si le faltaran veinte minutos de tallaje-metraje. Entendemos el conflicto inicial, pero tenemos que imaginar las escenas que le faltan, a mitad de la historia aparece el padre, y nos cuenta en dos frases lo que requería cinco minutos de proyección, se inicia una relación afectiva, que queda coja y manca a la vez. Vale, que ya sabemos que el darle un ritmo moderno a la narración requiere sacrificio, pero es que los que sufrimos de ese afán de modernidad somos los espectadores, que tenemos que poner con nuestra imaginación lo que falta en la peli. Veinte minutos más o menos. Una pena, porque lo que podía haber sido una gran película, se queda en un entrecortado relato.

La buena peli es como el buen vino: te gusta desde que degustas el primer sorbo. Pues eso es MHF, un buen vino georgiano decantado poco a poco, con extraordinaria profesionalidad. Desde el comienzo, estamos esperando entender lo que le ocurre a la protagonista, el por qué de su extraña decisión. Y tan sólo al final, en los últimos tres e imperdibles minutos, entendemos el por qué de todo, sin que la extraordinaria "Manana", tenga que explicarlo. Con actores desconocidos para nosotros, con una cultura diferente a la nuestra, y, sin embargo, nos sentimos como en medio de la historia, como si fuéramos parte de esa gran familia. Nos unen a ella sus problemas, sus esperanzas, sus frustraciones. Cine de verdad, del auténtico, del que destila vida por todos su poros. Sin moralina alguna. Todo el recorrido argumental, que muy podía haber servido para una serie, contada en dos emocionantes horas. Imprescindible.

El Tirol es una región privilegiada: suponiendo que Dios creara la Tierra, parece como si se hubiera detenido con especial interés en esta zona de la esfera terráquea, y la hubiera acariciado con sus dedos, trazando con mimo sus impresionantes montañas y hermosos valles. En ese entorno se desarrolla la parte luminosa de esta historia, donde un matrimonio, todavía joven, cultiva sus tierras y cuida de su ganado, en compañía de sus tres preciosas hijas. En ese privilegiado entorno, tanto ellos como sus convecinos viven con absoluta convicción su Fe en Dios. La parte oscura se inicia cuando el marido, Frank, rechaza su incorporación a las filas del ejército nazi, mediada la guerra, ya que no entiende ni comparte en absoluto las ansias expansionistas de Hitler. El calvario que atravesará este hombre, sufriendo infinidad de vejaciones durante varios largos meses, por mantener su integridad moral, contrasta con la mezquindad y la maldad de sus carceleros. Su profunda fe religiosa y su firme creencia en el reencuentro con los suyos, en otro mundo infinitamente más justo, le ayuda a mantenerse fiel a ella.
Puede que le sobren minutos a esta película, sobre todo en la parte luminosa, pero son tan hermosas las imágenes, que entiendo que al director le costara meter la tijera en ellas.

La relación entre hermanos, suele ser una de las más fuertes que experimentamos en nuestras vidas. A veces, por diferentes motivos, esa relación se trunca, pero otras, se fortalece con el paso del tiempo y de los avatares de la vida. Este es el caso en esta película. Una unión intensa y casi corporal. Genialmente interpretada por su dos protagonistas, y bien secundados por el resto del reparto. Muy recomendable, como motivadora y cargada de influencia positiva.

Esta película es un canto a la cultura, al amor al arte, por encima de todo. Incluso por encima de las circunstancias histórica que a las protagonistas les toca vivir. Aunque, al final, sufren en sus propias carnes las consecuencias. La imparcialidad nunca es suficiente protección frente al totalitarismo. El totalitarismo lo exige todo. Una pega importante: en esta peli se mezclan personajes de distintos orígenes (y por tanto idiomas ), muy diferentes: italianos, ingleses, alemanes... pero, ¡oh maravilla!, todos se entienden casi siempre en perfecto español. Lo he dicho otras veces: es aceptable que una peli americana, italiana o alemana, sea doblada al español, cuando la historia se desarrolla dentro de sus respectivos países y con protagonistas que usan todos el mismo idioma, pero cuando los protagonistas se expresan en diferentes lenguas, esa diferencia debe ser conservada en la película. Forma parte de la historia. Aún así y todo, se ve con agrado.