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España España · san sebastian
Críticas de Izeta
Críticas 1.407
Críticas ordenadas por utilidad
8
25 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene muchísimos aspectos interesantes este drama que plantea el tema de la delincuencia juvenil que se beneficia, además, de su realización antes de instaurarse el código Hays, por lo que su tratamiento no está de ningún modo dulcificado ni censurado.
Nos irán presentando el proceso por el que pasarán una banda de muchachos, cuando sean sorprendidos con las manos en la masa en una de sus fechorías y puestos a disposición judicial. El juez encargado del caso no tendrá más remedio que enviarlos a un reformatorio al constatar la ineptitud de sus progenitores para hacerse cargo de ellos.
Lo malo es que los reformatorios no eran, precisamente, campos idóneos para la educación.
Eran puestos que se otorgaban a dedo por parte de politicastros agradecidos, sillones a rellenar.
También para Cagney, un hampón del tres al cuarto, el puesto de director adjunto que le ofrecen no tiene mayor importancia.
Sólo cuando conoce a los muchachos, de la misma procedencia que él y a la guapa enfermera, la única que parece allí preocuparse por los chicos, se empezará a interesar por los internos y empezará a vislumbrar que, quizá, una salida sea posible para ellos.
La película contiene muchas escenas valiosas e insólitas y el tratamiento que hace del tema está descrito con mucha veracidad. Por poner alguna pega sería a la parte central del film, con el autogobierno de los muchachos que está planteado muy rápido y sin apenas obstáculos, me parece la única concesión a la ensoñación pero todo lo demás la convierten en una cinta muy, muy, disfrutable. Y desesperanzada.
Izeta
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7
17 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que Capra descubriera un auténtico filón en la inconmensurable " Sucedió una noche", el cine no ha dejado de repetir la misma fórmula una y otra vez hasta nuestros días, aplicando infinitas variantes en la descripción y situación de los protagonistas pero manteniendo siempre cierto denominador común que el espectador jamás permitirá que se altere.
Historia de amor y descubrimiento entre seres antagónicos de distinto sexo, viaje y aventura de búsqueda o de huida, guerra de voluntades, encuentros y desencuentros hasta, por fin, alcanzar una meta común. Podréis decir lo que queráis, pero la Coca Cola Zero, no es Coca Cola.

En esta película de William Keighley tenemos una agradable comedia romántica que repite patrones parecidos:
Hija de un magnate del petróleo, se compromete a un matrimonio relámpago con un músico al que acaba de conocer. Se propone alquilar una avioneta para fugarse con su novio a las Vegas. El propietario de la avioneta, que está a punto de ser embargado, se compincha con su padre para secuestrar a su hija e impedir así la boda, pero un accidente durante la travesía, terminará arrojándolos en medio del desierto.

Con un reparto de campanillas, James Cagney y Bette Davis, en los papeles estelares. Stuart Erwin como cazafortunas. Eugene Pallete como el padre millonario sufridor que tan buenos réditos le diera en su carrera y un Harry Davenport inmenso como ermitaño dueño de un pueblo fantasma, podemos colegir que la película va a resultar, cuando menos, muy divertida y excelentemente defendida.
El guion contiene todos los elementos de las películas de estas características:
Diálogos llenos de desparpajo y, algunos, muy, muy agudos.
Situaciones divertidas y ridículas, con algún punto de locura, sin que falten ciertas alusiones sexuales hechas con picardía.
Escenarios originales y poco vistos como situar la acción en un pueblo abandonado en medio de la nada o la escena de la mina con los dos protagonistas perdidos en ella.
Todo parece que se conjuga para que esta película se convierta en otro ejemplo de gran comedia de la época.
Pero no es del todo así.
Keighley era un gran director que se manejaba muy bien en muchos géneros, no olvidemos que coparticipó en la soberbia " Robin de los bosques" u otras cintas de aventuras como " El señor de Ballantry" o " El príncipe y el mendigo". El cine negro " La calle sin nombre" o la comedia " El ladrón que vino a cenar", pero en esta película no sabe encontrar el tono adecuado que requiere. A pesar de todo lo que he señalado más arriba la cinta resulta demasiado seria incluso en los momentos más locos. Se echa de menos más chispa y desenfreno.
Lo mismo me pasa con la actuación de Bette Davis.
Yo me declaro gran admirador de esta actriz y, no cabe duda, que cumple con su papel muy bien pero...no. Para mí la Davis es gigante como actriz dramática. De las más grandes. Pero en la comedia, al menos en ésta, que debiera ser más loca, no le encuentro el chispazo cómico que otras actrices especialistas de la época poseían.
Cagney sí. Está soberbio con su aire inquieto, descarado y sinvergüenza.
Al final, me quedo con la sensación que de esta historia se podía haber hecho algo mejor pero, aún y todo, es una comedia muy agradable y que se disfruta con gran placer. Muy recomendable.
Izeta
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7
14 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correcto y bienintencionado western que trata de ofrecer un mensaje de paz y concordia entre indios y blancos, aunque pasando de puntillas sobre los temas más hirientes o controvertidos del conflicto, nos pone en la piel de un hombre blanco ( Charlton Heston), adoptado en su infancia por los sioux, cuya lealtad será sometida a prueba, cuando por motivo de la enésima ruptura del tratado de paz, los dos pueblos entren en guerra.
En realidad, la cinta tiene bastante interés, porque plantea ciertos dilemas morales en la persona de Heston, que tendrá que ir aprendiendo a conciliar lo que le dicta su corazón y su sentido de la justicia, con lo que debe a su familia y a su pueblo.
Este hombre, tendrá la oportunidad de conocer al " enemigo" cuando se infiltre entre ellos para conseguir información lo que le otorgará un raro privilegio que pocos hombres poseen. Ver las cosas bajo otro punto de vista.
Las cosas nunca son blanco o negro o estás conmigo o contra mí y este " salvaje" se irá dando cuenta cuando se vea obligado a tomar decisiones que entrarán en conflicto con su conciencia.
En los demás aspectos no se incide demasiado y el resto de personajes están dibujados más esquemáticamente (aunque la visión que se otorga de cada pueblo no es nada maniquea) y esto hace que la película quede algo coja con respecto a sus intenciones pero el conjunto es satisfactorio amén de ofrecernos unas buenas dosis de acción y un buen entretenimiento.
Izeta
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8
6 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una magnífica historia es la que nos trae esta película, siendo, al parecer, un remake en clave de western de un film de Mankievicz " Odio entre hermanos", basado a su vez en el Rey Lear de Shakespeare.

Spencer Tracy encarna a Matt Devereaux, hombre de casta, rudo, irascible y déspota. Pionero de aquellas tierras, comenzó a trabajarlas con una primera esposa que falleció y los tres hijos que tuvo con ella. Poco a poco, fue levantando un imperio y contrajo segundas nupcias con una india ( Kathy Jurado) con quien tuvo el cuarto hijo.
Pero a medida que los hijos van creciendo, no todos van a tener la misma percepción del cariño de su padre, ni él va a tratar a sus hijos del mismo modo, con lo que los resentimientos familiares no tardarán en asomar.

Dmytryk, además, plantea también el problema racial al apuntar el rechazo que generaba su matrimonio y la condición de mestizo de su hijo en esa sociedad.
Con una gran interpretación de Tracy que, en esta ocasión, va a generar en nosotros sentimientos muy encontrados y Widmark, magnifico también en su papel de hijo resentido, al que no podemos dejar de comprender a pesar de mostrar una vena mezquina y astuta provocada por la tiranía del padre y que terminará provocando el enfrentamiento fraternal.

Se me olvida mencionar la magnífica factura del film. Rodada en Cinemascope, grandiosos paisajes, buena fotografía, estupenda música. Y contiene algunas escenas francamente olímpicas. y también buenos diálogos. En fin, un gran western.
Izeta
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8
1 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y el grandioso Charles Laughton, se nos pone en la piel de un mayordomo inglés. El perfecto caballero al servicio de otro caballero, un lord que !ay!, en una noche de París, de aristocrático y despreocupado derroche dedicado al póker, pierde hasta la camisa y, por perder, pierde a su mayordomo a manos de un advenedizo americano, recién encumbrado gracias al petróleo, y su extasiada esposa, que cree que con semejante adquisición, va a obtener la categoría que merece ante sus palurdas amistades del otro lado del océano.
_ Perdona Ruggles. Te perdí en la partida. Vas a tener que irte con ellos y yo me tendré que vestir sólo.
_ ¿ A América, señor?. Ejem, ejem. ¿El país de la esclavitud?.
_ ! Oh, no te preocupes Ruggles!. Ya abolieron la esclavitud. Vete haciendo el equipaje. No tardarán en llegar.
Y Ruggles, como perfecto vasallo guardián de la tradición y diferencia de clases, se pone al servicio de su nuevo amo que va a resultar francamente diferente a todo lo que él había conocido hasta el momento. La esposa tratará de que Ruggles pula un poco a su tosco marido antes de su regreso a América, pero no contará con la influencia que su marido y luego América, ejerza sobre su mayordomo.
La comedia discurre muy divertida donde iremos viendo el proceso de transformación de un Laughton lleno de prejuicios y anquilosadas represiones trasnochadas, que irá descubriendo otro modo de vida en la polvorienta ciudad del Oeste, mucho menos refinada y educada pero más igualitaria y donde el concepto de libertad adquiere otro sentido.
Sí resulta, en mi opinión, bastante poco sutil en sus ganas de que cale bien el mensaje de que América es la tierra de las libertades y todo eso, tan típico, entonces y ahora, en las películas hollywoodienses y que difícilmente podemos tragar sin cuestionar. Sin embargo, exceptuando eso, la cinta está plagada de personajes divertidos y bien dibujados, así como largas situaciones que nos arrancará muchas sonrisas y momentos emotivos comenzando con el descubrimiento de Ruggles de que la libertad comienza en uno mismo. Muy buena.
Izeta
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