Interesante reconstrucción del asesinato de esta mujer víctima de la explotación sexual y posterior asesinato a sangre fría por unos sicarios contratados por el proxeneta desde la cárcel de Pamplona contra el que había testificado valientemente como testigo protegida.
Las partes en que sale hablando el hijo mayor que iba con ella cuando fue tiroteada en su presencia, son muy emotivas y desgarradoras emocionalmente.
Hay muchas mujeres en su situación por desgracia.

Filmado durante el mandato de Obama el documental esta dividido en 2 capítulos bien diferenciados:
Los primeros 100 minutos a través de un adicto al crack que hace entre comillas de guía de unos cuantos personajes a cuál más marginal y destrozado.
Desde algunos retazos de la fabricación de crack a como se lo chuta e inyecta a su colgadísima compañera sentimental, una de las veces un chute en cada teta, no sé, si es un ritual o una especie de oscura metáfora.
El segundo bloque nos ilustra sobre un grupo de colgados mentales que han estado en el ejército y planean una especie de paranoia colectiva de lo más esquizofrénica.
Culpan de todo al negro de Obama y hay varias escenas que no develaré de un grotesco enorme con una mácara de feria de Obama por medio.
El cabecilla de éste grupo hasta dice alguna cosa interesante:
" Cuantos años tiene nuestro país, unos 200. Y Oriente, pues 10.000 o 12.000, dice. ¿Cómo les vamos a enseñar a vivir o cómo tienen que hace las cosas? "
"Aquí por matar a un hombre te pueden caer unos 6 años, por traficar con droga unos 20 o 30".
En fin tiene mérito el Italiano éste que ha pasado años filmando a semejante pandilla de retrasados.
La otra cara, como el título indica.
Hay imágenes crudas, no es un documental para todos los ojos.

Nada complaciente alegato por intentar comprender la condición humana.
Inspirada en un suceso acaecido en los Balcanes. Un niño fue encontrado por cazadores.
Se había criado con lobos y otros animales salvajes.
Deciden enviarlo a un orfanato en Belgrado.

A partir de aquí, la metáfora de su director se convierte en la radiografía de lo que somos, cómo aprendemos, etc.
El aprendizaje modelado, suscita el propósito del director por intentar entender.

Realmente la película da pistas, observa, nos pone frente al espejo de lo que somos.
Desvela lo condicionamientos sociales a los que nos sometemos desde que nacemos.
Hemos crecido copiando lo que vemos, básicamente.
Esa idea junto a lo condicionados que estamos por dónde y con quién nacemos, hacen de esta obra algo interesante, que probablemente haga que te preguntes muchas cosas y te pique la curiosidad por esa amalgama de la que estamos hechos los humanos.

Ópera prima de éste joven director serbio, realizada con una fuerza desgarradora.
Visualmente de un realismo sucio, a veces poético y siempre arrebatador.

La paternidad es como un lobo que te cría.
Después tú, caza tu alimento, busca tu techo, construye tu existencia sin dañar tu ecosistema.
Como cualquier animal hace, salvo el animal más destructivo que conoce la tierra, el llamado humano.

La interpretación del niño es de las que dices no actúa, no puede ser, es de las que emociona, enternece, duele.
El tono documental elegido por su director, todo un acierto.
Creo que no dejará indiferente a nadie y hará que reflexionemos sobre en que punto estamos llevando a la llamada civilización. Por ejemplo.

La composición del personaje que hace Philip Seymour Hoffman, es de las que hacen historia.
Sin él, esta película quedaría en algo bastante olvidable.
A pesar de poseer un guión notablemente construido y un ritmo narrativo resultón y sorprendente por momentos.
No estoy de acuerdo con la opinión de que acaba la historia y no sabes realmente que quería contarnos.
Las sensaciones, emociones que emana el actor son de tal calibre que hace que comas de su mano. Y si es necesario te metes una esnifada de gasolina para entenderlo mejor.
El McGuffin de la carta es el motor y eje de una historia que emociona y desgarra por momentos.
Los toques de humor la convierten en algo muy superior a la media.
Una película de bajo presupuesto, con muchas ideas bien resueltas.
Hasta el final me parece de un simbolismo poético tan seductor como imposible.
Como dato curioso, el guión fue escrito por su hermano, Gordy Hoffman.

Vista hoy día, queda obsoleta y melodramática pero claro, en los 60'. Tuvo algún mérito.
Cómo se ha dicho por aquí, probablemente Stanley Kramer. Ejerció de productor a la vieja usanza. Hoy día otra anécdota más.
Sidney Poitier. El negro actor, más famoso de su época. Se maneja con habilidad en un papel que encaja como negro inteligente que era. Un tío Sam, para otros negros de su época.
Para mí, fue un intérprete talentoso y utilizado por la industria para demostrar, que no eran tan racistas como aparentaban. Y eran en esencia.
Hecha esta puntualización. La película es interesante por su época. Más hoy día. Queda panfletaria, simplista, esquemática y hasta ramplona.
El influjo Freudiano del momento es tan grotesco que la lastra hacia el olvido perpetuo. Pero quiero salvar algo de ella.
La secuencia del 3 en raya, lo más destacado con diferencia, a nivel visual, puesta en escena.
La aconsejo a los nostálgicos de aquella época y soñadores con un mundo mejor.
El racismo e intolerancia que trata de combatir el filme. Por desgracia es casi tan peligroso, como entonces.
En un país tan hipócrita políticamente como los EEUU. Véase el reciente asalto al capitolio. Por poner un triste ejemplo.
El racismo sigue siendo un auténtico problema y fuente de discriminación social en el país más poderoso e imperialista del siglo XX y XXI. Un arma de poder.
P.D
El nazismo creció en esos años con partidos políticos potentes en EEUU. Hasta el 42'. Año en que entraron en la contienda. Gracias al providencial ataque de Pearl Harbour.
Churchill. Exclamó, al enterarse del enorme error Japonés. ¡Ya hemos ganado la guerra!
Lo cierto, es que murieron millones de personas menos de los que habrían muerto.
Aunque la bomba atómica. Se habría evitado. Al menos de momento.