Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Chris Jiménez
Críticas 2.193
Críticas ordenadas por utilidad
5
7 de febrero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trágica aventura la del "Asesino de cientos", una que se extiende a través de las décadas hasta convertirse en leyenda viviente de una tierra que se queda tras sus pasos igual que los cadáveres con los que la ha ido alfombrando.
Y por fin podemos verla, en carne y hueso.

Tarea complicada. Ni aquella adaptación anime estrenada en 2.008, con sus más de 300 minutos totales, pudo hacer verdadera justicia a "Mugen no Junin", obra magna de Hiroaki Samura cuya extensión abarca desde 1.994 a 2.013, nada menos, y eso que sólo se concentra en una cuarta parte de toda su historia. Por tanto más peliaguda se ha presentado la tarea para Takashi Miike cuando encantado (ya que es un gran fan del manga) accedió a encargarse del "live action", carísima coproducción asiático-británica celebrada con cohetes por tratarse según algunos (erróneamente) de su 100.ª película.
Pero éste le confiere un toque mágico aun desestructurando la narrativa desde el mismísimo comienzo en que vemos al perseguido Manji junto a su desequilibrada hermana Machi ganándose por la fuerza el apodo de "asesino de cien hombres" durante una agobiante y frenética secuencia de sangre por los aires y katanas restallando; y al estar filmada en viscoso blanco y negro tanto se impregna de la esencia del "ken-geki" clásico como del imaginario híperestilizado y pintoresco del manga. El director logra un equilibrio visualmente atractivo, y la labor a la fotografía de Nobuyasu Kita contribuye a ello; el color llega, entonces, con la legendaria sacerdotisa Yaobikuni y los gusanos de inmortalidad que ofrece al moribundo Manji...

Y Tetsuya Oishi (responsable también del libreto del "live action" de "Death Note"), en su simplificación de las historias de cada personaje, que incluso el anime se tomaba tiempo para ir revelando capítulo tras capítulo, me planta en la cara la de Rin, cuyo dojo familiar ha sido asaltado por los singulares bandidos del Itto-ryu, siendo sus padres asesinados...pero ha pasado medio siglo desde la presentación del protagonista, de quien sólo sabemos lo que hemos visto. Este recurso tan usado de una trama en funcionamiento cortada de repente por otra es irritante, ya que la invade sin permiso.
Aquí la joven viene con su fatalidad personal a interferir en la existencia de Manji, que a cuentagotas conocemos gracias a pequeños "flashbacks" sin alcanzar la compleja riqueza del manga. En la unión de ambos se pierde algo de esa magia, aunque entre la superestrella Takuya Kimura y una improbable aunque visceral Hana Sugisaki (tal vez Fumi Nikaido o Erina Mano hubiesen sido mejor opción) haya cierta entrañable química, y Oishi construye el guión, porque no hay más remedio, a base de seguir un argumento, introducir otro de la nada y desarrollarlos en paralelo, hasta llegar a una confusa acumulación que ni siquiera Miike puede arreglar (de hecho esto es "marca de la casa" en sus "live actions").

En la historia principal (cruce nada disimulado de "Lady Snowblood" y "Valor de Ley" (el pistolero Cogburn por el ronin, ambos a falta de un ojo; Mattie por Rin, valientes y testarudas) en el universo bizarro, grotesco, feudal y medio fantasioso de "Ninja Scroll") van entrando uno por uno los diversos villanos del Itto-ryu, desgajados por la katana y los malos modales de Manji. Por otra parte conocemos la intriga conspiratoria que pergeña Kagimura, político de alto rango del Shogunato, contra Amatsu, líder del mismo Itto-ryu (Sota Fukushi no transmite su enfermiza ambición y oscuridad).
Así, mientras esos villanos llegan y son derrotados, o se van y no los volvemos a ver, y cuyas subtramas propias abarcan demasiado para el ajustado metraje, siendo reducidas a la nada (la maravillosa Makie y su tristísimo pasado, es menos que una sombra), en la obra original las maniobras de Kagimura se trataban poco a poco, pero aquí se muestran de repente y con el film muy avanzado. La luz y la oscuridad, la ambigüedad, la violencia, la moralidad siempre en desafío, la lealtad, la culpa eterna, son ideas que quedan y llegan a cierto nivel dramático, pero da la sensación de ser observadas sin toda la profundidad que merecían (Machi, por mucha importancia que pretendan darle, no significa nada en comparación con su análogo original).

Y esto enlaza con el trato que dan al misterioso grupo Mugai-ryu, increíble en el manga, cuyos actos también eran recuperados en el anime, estos extraños mercenarios que realizan actividades de espionaje y asesinato, nunca del todo claro a qué bando pertenecen; en el film, a más de la mitad de metraje, se meten con calzador en una historia donde ya no caben más personajes secundarios, por lo tanto detalles como qué leches hacen aquí quedan en el aire (un desperdicio de mi amada Chiaki Kuriyama en el papel de la pérfida Hyakurin).
Aún peor, se revela, de golpe y en boca del mismísimo Anotsu, toda la subtrama sobre los viejos odios entre las familias de éste y Rin, en una escena de encuentro con la niña en el bosque del todo gratuita y ridícula. Sin embargo Miike se recrea haciendo uso del abultado presupuesto y la refinada técnica en ese extenso clímax que recuerda al de "Trece Asesinos" o "Azumi" donde se nos arroja a un espectáculo descarnado y colorido de movimiento incesante y feroz violencia hecho para hipnotizar al fan del cine de samuráis, con todos los personajes enfrentados y volando miembros humanos, katanas, sangre, pólvora y kilos de humor negro aquí y allá.

¿Pero tiene sentido? En una ingeniosa broma metafílmica, Manji (al que por cierto quitan la significativa cruz gamada de su kimono para no ofender al público) confiesa a Rin no tener ni idea de a quien matar. Ni siquiera el protagonista sabe qué hacer (¡!).
De planearse una secuela, Oishi podría haber profundizado en las historias de mejor forma...pero no sucedió y, aunque visualmente impactante, volvemos a estar ante un "live action" que no adapta bien el material original, y que borra todos los instantes memorables del manga y el anime.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
1 de febrero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si, un grupo de pistoleros comandado por un despiadado gangster que no tienen ni puñetera idea de lo que están haciendo y está claro que la jugada les va a salir mal.
El pobre Charles Bronson estaba ahí, tan tranquilo con su huerto de sandías, sin molestar a nadie, y tienen que venir a fastidiarle. Pues en cuanto empuñe un arma los otros van a desear no haber nacido, porque...¡el día del melonero ha llegado!

Mr. Majestic era un superhéroe de la DC Comics que empezó sus aventuras a mediados de los '90, pero no es de él de quien estamos hablando ahora. Hablamos de Vincent Majestyk, un antiguo ranger y veterano de la guerra de Vietnam que ahora pasa sus días apaciblemente centrado en su campo de sandías y melones; un hombre cuya ambición es recoger su cosecha para ganar dinero, no se mete con nadie ni quiere problemas...más bien los problemas parecen venirle.
Y es que, desde que el maleante de tres al cuarto Bobby Kopas le ha hostigado y presionado para que se asocie con él, lo único que gana es una mala suerte que se acrecienta a pasos agigantados; denunciado por agresión con arma de fuego, es enchironado, pero el destino ha querido que comparta el autobús de la prisión con el famoso criminal Frank Renda. Tras una malísima decisión para lograr su excarcelación, Majestyk se convierte en el objetivo del gangster, quien sólo desea verle muerto antes de marcharse de Colorado. Aquél lo puede tolerar todo, que le amenacen, que le persigan, incluso que lo acusen injustamente...pero, joder, el que se atreva a tocar su cosecha de sandías lo pagará muy caro.

¿Qué nos podemos encontrar en "Mr. Majestyk"? Ni más ni menos que lo que uno ya se espera: la clásica película de acción de los '70 con Bronson haciendo de Bronson. Aunque el argumento no vaya más allá de la típica historia de enfrentamiento y venganza, hay que reconocer que como producto de entretenimiento el film es bueno. Si algo tienen los "thrillers" de esta década es brusquedad, aspereza y agresividad, heredado de las clásicas novelas negras americanas sobre criminales y tipos duros.
Y esto es algo que el sr. Leonard, como brillante escritor del género que es, sabe reflejar muy bien en las situaciones y diálogos que inventa. Fleischer dota de un ritmo ameno y un tono violento y descarado a la película, y aunque en ciertos momentos parezca que pretende imitar a Siegel o Peckinpah, su talento de realizador veterano hace mucho, poniéndolo de manifiesto, sobre todo, en las buenas secuencias de acción del film, siendo la mejor esa excitante persecución entre Majestyk y Renda.

Poco a poco, el sr. Bronson se estaba ganando a pulso el convertirse en el héroe de acción por excelencia de los '70, el más implacable y estoico, y eso que muchos lo consideraban un Clint Eastwood de garrafón (hasta que "El Justiciero de la Ciudad" cambió todo eso). Pero así era, gracias a "thrillers" como "América Violenta" o "Fríamente...sin Motivos Personales" y a los numerosos "westerns" que llevaba haciendo desde hacía tiempo, siendo "Hasta que Llegó su Hora" el más memorable, el buen hombre ya contaba con una sólida base de fans, y no sólo en EE.UU..
Después de estar a las órdenes de John Sturges y Duilio Coletti en "Caballos Salvajes", Bronson se volvía a meter en la piel del implacable hombre de acción que luchaba contra el crimen, al que ya se había acostumbrado, en "Mr. Majestyk", un film que contaba con el guión del gran autor Elmore Leonard (cosa que se nota bastante) y con Richard Fleischer tras la cámara, quien llegó tras haberse inmiscuido en los entresijos del mundo de la mafia con "El Don ha Muerto". Fleischer, ya habiendo demostrado su valía en otros notables "thrillers" de acción de la década, y "Fuga sin Fin" es un buen ejemplo de ello, era el perfecto para ocupar la silla de director.

Curioso sí que es el personaje al que da vida Charles Bronson; no le veo en una de Michael Winner haciendo de alguien como Vincent Majestyk, sobre todo por las inclinaciones tan conservadoras e intolerantes del director (bueno, con el paso del tiempo, Bronson también se volvió así). Acompañando al tipo del bigote fino y ojos entrecerrados está la guapa Linda Cristal y el mítico Al Lettieri, otra vez haciendo de cabrón, que no se le da nada mal, muy en la onda del Rudy Butler que interpretó en "La Huida".
Mucha palabrota, mucho tiro, mucho puñetazo, mucha sangre, mucha destrucción material, en fin, una de acción de los '70 perfecta para pasar un rato entretenido. Por desgracia falla en el final, demasiado precipitado y fácil...un verdadero anticlímax, diría yo. Ahí Fleischer debería haber tenido más tino.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
1 de febrero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arturo, rey de los bretones. Sir. Lancelot, el valiente. Sir. Bedevere, el sabio. Sir. Gallahad, el puro. Sir. Robin, el no tan puro que estuvo a punto de combatir contra el dragón de Angnor, que estuvo a punto de enfrentarse con la malvada gallina de Bristol. Y el llamado Sir. que no figura en esta película.
Juntos formaron un grupo cuyos nombres y hazañas se relatarían a través de los siglos.

A comienzos de los años '70 y tras las dos primeras temporadas del exitoso programa "Flying Circus", el chiflado grupo británico de cómicos Monty Python decidió pasar de la televisión a las pantallas cinematográficas cuando realizaron "And Now for Something Completely Different" (con el escueto y horrible título de "Se Armó la Gorda" en España), una baratísima producción que recopilaba algunos de sus más conocidos sketches dirigida por Ian MacNaughton donde éstos aparecían mezclados sin seguir un orden fijo ni argumento alguno, la cual consiguió ganar popularidad en la época, aunque su paso por la taquilla no fue nada del otro mundo.
Luego, como era lógico, regresaron a los más cómodos territorios televisivos. Sin embargo, entre la 3.ª y la 4.ª temporada del programa, los muchachos optaron por hacer otra película con una sólida historia. Esta vez se centrarían en parodiar las leyendas artúricas y el género de la épica y la fantasía mezclando Edad Media con actualidad de una manera disparatadísima y muy original (y es que lo que a ellos no se les ocurriese...). También significó una experiencia de aprendizaje para Terry Gilliam y Terry Jones, que por primera vez se pusieron tras las cámaras.

Los Python nos trasladan al año 932 d.C., en una Inglaterra feudal de pobreza, injusticia y extraños peligros. Arturo, soberano del reino, busca sin descanso, junto a su fiel escudero Patsy, a valientes caballeros que formen parte de su corte de Camelot; tras esta pequeña empresa donde poco a poco se nos presentarán a los protagonistas y otros memorables personajes de lo más "freaks" (el caballero negro, el "recogedor" de muertos o el campesino obsesionado con las injusticias sociales y políticas del momento), les es encomendada una misión por Dios: nada menos que hallar el Santo Grial, cuyo paradero es completamente desconocido.
Puede adivinarse, habiéndose concebido esta peripecia por el grupo inglés, que la que se va a organizar en esas tierras con Arturo y sus caballeros de la Mesa Cuadrada va a ser de no creérselo, y efectivamente así es. La cantidad de peligros que estos aguerridos y algo poco espabilados hombres deberán afrontar para localizar el Grial no tiene límites (incluyendo un puente de la muerte, unos espeluznantes caballeros que dicen "¡ni!", una maligna bestia que habita en Caerbannog, un grupo de ardientes damas que mora en el castillo de Anthrax y hasta unos soldados franceses con muy mala uva); la corte del rey nos llevará a través de bosques, pantanos, cuevas, llanuras, puentes y castillos, una épica hazaña para encontrar el Grial y salir victoriosos.

Con una notable economía de medios (no tenían ni para caballos, por eso lo de los cocos) pero con muchas ganas de ofrecer una gran aventura, el grupo británico da vida a la que es la obra más descabellada y gamberra de las que realizaron; pese a las semejanzas argumentales y ese humor tan negro, poco o nada tiene que ver el film con la posterior "La Vida de Brian" ni mucho menos "El Sentido de la Vida", de algún modo más elaboradas, de estructura más coherente, por decirlo de alguna manera, y unos diálogos más trabajados, lo que no quiere decir, por supuesto, que la que nos ocupe no los tenga.
Son remarcables las ácidas miradas sociopolíticas donde el grupo hace hincapié en la resignación que sus compatriotas siempre llevaron a cuestas debido a las estúpidas tradiciones monárquicas; sin embargo, el humor de ésta alcanza cotas de absurdez increíbles, ligado esto al humilde presupuesto del que disponían para la producción, cuya traba resolvían usando la imaginación, pues de eso no les faltaba. De todas formas nos brindan una irreverente y amena comedia que guarda descacharrantes diálogos para enmarcar y algunos de los mejores momentos de su carrera en el cine (destacando, al menos para mí, el ataque del conejo).

Cleese, Chapman, Palin y Idle, encarnando decenas de grandes personajes, así como Carol Cleveland o la por entonces esposa de Cleese, Connie Booth, son dirigidos por Gilliam y Jones con oficio, quienes demuestran además sobrado talento a la hora de recrear las atmósferas y la cuidada ambientación y estética formal, a través de las cuales consiguen un medievo sucio, oscuro, grotesco, viscoso y violento en el que nos meten de cabeza, absolutamente realista si fuese despojado de toda la parafernalia más irreal, absurda y fantástica con la que terminan modelando su aventura.
Aventura desarrollada por medio de impagables "gags" encadenados hacia un anticlímax final apoyado en un relato paralelo a la hazaña de Arturo y sus acólitos y protagonizado por un malogrado profesor de historia, que no es sino un enorme pitorreo a toda lógica narrativa y a la propia lógica del espectador (y es que de alguna manera había que acabar con esta peripecia...), los ingleses pondrían la primera de esas tres grandes piedras de la que consta su filmografía. No es la mejor comedia de la Historia del cine, eso está claro, pero hace reír de principio a fin. Es decir, que cumple su cometido a las mil maravillas.

Sí es, de todas formas, la más escandalosamente hilarante parodia que se ha hecho del medievo, conteniendo algunas frases y chistes memorables, a saber: "¡Oiga! ¡Que a una mujer le de por repartir espadas mojadas no es base para un sistema de gobierno!", "Ahora somos los caballeros que dicen "equi, equi, equi, equi, equi, equi, ¡tapaan!", está bien, ¿eh?", "Se hundió en el pantano y construí un tercero; ese se quemó, se derrumbó y se hundió en el pantano" y, por supuesto, la de "Debió morirse mientras lo grababa".
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
22 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ponernos los pelos de punta con "Tiburón", de hacernos ver a los extraterrestres de una manera distinta gracias a "E.T.", de ofrecernos una de las mayores aventuras de todos los tiempos con "En Busca del Arca Perdida", muchísimo antes de volvernos locos con los dinosaurios con "Jurassic Park", el hombre que se convertiría en el nuevo mesías de Hollywood debutaba en los cines con esta melodramática "road movie" basada en hechos reales.

En efecto, en 1.969, la joven de 21 años Ila Fae Dent emprendía junto a su marido Robert una viaje por carretera con destino Texas para ir a ver a sus dos hijos, a cualquier precio, y con el patrullero Kenneth Crone de rehén. Una peripecia de amargo final que puso en jaque a toda la policía tejana y que hizo de los dos chicos unos auténticos héroes (bueno, los americanos han tenido por costumbre convertir en héroe a todo aquel que vaya contra las fuerzas de la ley...y más si hablamos de los '60).
Spielberg, sin embargo, nos habla de Lou Jean Poplin, una alocada chica a la que no se le ocurre otra cosa que preparar la fuga de su marido Clovis, a quien aún le quedan cuatro meses de condena, para ir de Texas a Sugarland, donde su hijo Langston vive con una familia adoptiva. Seremos testigos de cómo la pareja convierte la fuga en un dolor de cabeza para toda la policía del Estado y los periodistas en un espectacular y sensacionalista circo mediático...pero todo sea para recuperar a su retoño.

Spielberg comenzó su prometedora carrera cinematográfica con este hecho real que le enterneció el corazón tras acabar su contrato para la televisión al dirigir el piloto de la serie "Savage", con Martin Landau de protagonista. El director pidió a los productores Richard D. Zanuck y David Brown que le ayudasen a financiar este proyecto para debutar en cines, y es verdaderamente curioso lo mucho que se distancia de las primeras obras realizadas por él. Qué demonios, ¿quién diría que "Algo Diabólico" pertenece al mismo tipo que más tarde hiciera "E.T."?.
Aunque centra la acción del film en el mismo escenario, al igual que en "El Diablo sobre Ruedas", el único parecido que se le puede achacar es ese, que cada historia se desarrolla en plena carretera, con una huida como motor de la acción. No obstante, la del espeluznante camión que mantenía aterrorizado a aquel pobre hombre durante todo el metraje parecía más una obra de Tobe Hooper o John Carpenter (en cierto modo "Christine" recuerda a aquella), nada y menos que ver con "The Sugarland Express".

Esta "road movie" no presenta un ritmo frenético o vertiginoso pese a contener algunos momentos de pura acción. Lo que hace Spielberg es abrazar el profundo melodrama, casi de corte familiar, cruzado con gotas de romance y simpática comedia, destacando ciertos aspectos que, de algún modo u otro, estarían presentes en su filmografía posterior. Por otro lado pone de manifiesto un claro sentimiento contracultural, quedando patente en qué época está rodada la película, ridiculizando del mismo modo tanto a las fuerzas vivas del orden como a los medios televisivos (se ve que Spielberg salió con algún rencor guardado de allí...), las cuales se aprovechan como buitres de la situación de los jóvenes.
Más que en ningún otro estilo, la película se ancla en una tradición muy americana: la de los amantes fugados y en contra de la ley. Pero el director juega con las claves de este cine, pues la pareja Clovis y Lou Jean Poplin están muy lejos de ser los Doc y Carol McCoy de "La Huida" o el dúo protagonista que da nombre a "La Indecente Mary y Larry, "el Loco" ". Los chicos de "The Sugarland Express" no han robado un banco y ni les persiguen por homicidio ni son hostigados por asesinos a sueldo; su intención, que no es otra que la de volver a tener a su hijo Langston con ellos, es bastante noble y pura, pero los reveses del destino les han empujado a actuar de esa forma. Por eso, al final, todos les quieren y les consideran héroes.

El cineasta se sirve de unos actores tan solventes como Ben Johnson, Michael Sacks y Gregory Walcott, secundando a la jovencísima e histérica Goldie Hawn, a la que normalmente no aguanto, así que imaginen aquí, que me puso los nervios de punta con tanto grito y convulsión. Pero por mucho alarido que pegue no supera la más comedida y sin embargo magistral actuación de William Atherton.
Comedia, amor, acción y mucho drama aseguraron a Steven Spielberg el comienzo de una longeva y muy fructífera carrera, citando muchos a "The Sugarland Express" como "uno de los más excepcionales debuts de la Historia del cine".
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
16 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podría haber servido de título para la secuela del clásico de Donner, sin embargo es el de mi crítica, y si os parece estúpido imaginaos lo estúpida que será la película a la cual va dirigido...
Preparaos para viajar al interior de un cementerio maldito junto a cinco chicos cuyo premio por salir vivos será un tesoro ancestral. El despropósito está servido.

Y es que el tiempo de Lamberto Bava, así como de otros directores italianos dedicados al género del terror o lo fantástico, estaba presto a acabarse en aquellos '80, a los que poco les quedaba ya de existencia. El buen hombre lo sabía, y tras estrenar en cines el correcto aunque no demasiado original "giallo" "Crímenes en Portada", decidió pasarse a la televisión, haciendo un trato con los ejecutivos de Reteitalia, Massimo Manasse y Marco Spina, para estrenar una serie por cable que incluyera cuatro films con la ayuda de del mítico Dardano Sacchetti al guión junto a él.
Esta "Disturbios en el Cementerio" fue la primera de las cuatro producciones, seguida por "Efectos Sobrenaturales", "El Ogro" y "Cena con el Vampiro". Películas con las que, de algún modo, Bava parodiaba el género que le había hecho famoso incluyendo en cada una todos los clichés referentes al tipo de historia que se contaba.

En la que nos atañe tenemos al típico grupo de chavales adolescentes con las neuronas fuera de sí, pasotas, rateros, payasos pero, sobre todo, muy leales: Robin, el listillo del grupo que se cree que tiene soluciones para todo; David, el sarcástico e impulsivo que va de cómico; Tina, la aguafiestas que se asusta constantemente; Johnny, el nervioso y torpe que está ahí para soltar alguna que otra frase graciosa y Micky, la chica guapa sin mucho cerebro pero que al final es más de lo que aparenta.
Pues esto cinco jóvenes, sanos y en la flor de la vida, no tienen otra cosa que hacer que ir a parar a una siniestra y vieja taberna situada cerca de un cementerio gótico y aceptar la apuesta que les hace el camarero del lugar: aguantar toda la noche en las tumbas malditas subterráneas, y si lo consiguen se llevarán como premio un gran botín. Todos de la mano, y sin tener ni idea de que acaban de entrar en un terrorífico mundo que va más allá de la lógica, se disponen a vivir una aventura que ni la de los Goonies.

Parece mentira que esta chaladura la firme Lamberto Bava, el hombre que empezó su carrera con "Macabro" y luego nos dio la memorable "Demonios"...y encima junto a Sacchetti. Una cosa es querer hacer una parodia del género de terror y otra hacer una cutrez sin gracia ninguna, porque "Disturbios en el Cementerio" es eso, la típica película de terror y aventuras para adolescentes que tan vista y oída estaba ya en los '80; los diálogos son a veces de vergüenza ajena y la originalidad en el argumento brilla por su ausencia, aunque es interesante el detalle de que unos chicos decidan jugarse la vida en unas catacumbas malditas por un tesoro.
Lo que el director sí sabe hacer es crear la atmósfera de cuento de terror que posee la película: oscura, extraña y sobrecogedora, trayéndonos recuerdos de la que Fulci ideó en "El Más Allá" y con ese aroma tan de Carpenter o Craven, tan de los '80. Eso es lo que se lleva la mejor parte, que haya momentos como cuando Tina y Robin entran al lugar donde se da la cena de los seres desfigurados, cuando este último cae al pozo donde está ese ojo monstruoso o cuando el camarero se arranca la piel de la cara y revela su identidad; desde luego, si Bava hubiera contado con un presupuesto mayor y más ganas a la hora de hacer el guión, se habría podido sacar una jugosa propuesta. Y vaya protagonistas que tenemos.

Para mí que Gianmarco Tognazzi es gilipollas de verdad, Gregory Thaddeus odioso a más no poder, a Beatrice Ring no se la cree ni su padre, y que se las quiera dar de Kristen Parker (la prota de la 3.ª parte de "Pesadilla de Elm Street") no mejora las cosas, de Lea Martino lo que sabemos es que tiene un buen culo. El mejor, Karl Zinny, quien ya salió en "Crímenes en Portada", en el papel de David. Por otra parte tenemos al gran Lino Salemme haciendo de ese espeluznante camarero y al mismo Lamberto Bava encarnando al dueño de la tienda.
A mí me recordó a la película que se mostraba en el cine en "Demonios", donde también aparecían unos jóvenes entrando a un cementerio (...no, si tampoco se esforzó mucho en pensar el director). Lo curioso es que en el mismo año, Lucio Fulci se sacaría de la manga "Los Fantasmas de Sodoma", una producción más o menos igual de cutre y con el mismo argumento que la de Bava (¡hasta las portadas son clavadas!), aunque la de éste es más imaginativa, todo hay que decirlo.

Bueno, piénsenlo bien antes de pasar más de 90 minutos contemplando esta gran tontería sin encanto ni nada de nada, y con un final tan malo de esos que desearías que nunca hubieran existido...
¿lo idearían así a mala leche o sería síntoma de algún lapsus mental transitorio?
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow