Empieza entretenida, un poco gore, cagada de tópicos, pero se alarga en exceso en su parte final hasta terminar siendo aburrida, cargante y soporífera.

Todos los “malos” irrespetuosos que merecen morir son blancos estupidos y borrachos y drogadictos, las otras razas no salen de fiesta en Reino Unido, por lo visto. A lo mejor, negros, asiáticos o hindúes pasan los sábados noche en la biblioteca, o si salen de fiesta, son buenos y no beben ni se meten en peleas.

En fin, maniqueísmo racial aparte, la película aburre.

Lucas Ordoñez, el verdadero primer ganador de GT Academy se merecía ser el protagonista de ésta película.

Además de ser el auténtico pionero, sus logros al volante son infinitamente superiores a los de este Jan.

Por lo visto, un protagonista español no interesa.

Nos vuelven a desplazar de la historia, falseando y mintiendo como solo los anglosajones saben hacer.

Aparte de la nacionalidad, durante la película quedan claros otros motivos que llevan a elegir a este personaje como protagonista, motivos muy actuales que encajan mejor en el cine actual.

Los hechos que se narran están alterados para darle mayor dramatismo a la historia, cambiando el orden cronológico, pero no deja de ser otra mentira.

Manipulaciones aparte, la película en sí es solo pasable. Últimamente han rodado mejores películas sobre carreras y conducción.

Las escenas se suceden de forma atropellada. El ritmo narrativo decae por momentos. La buscada tensión dramática y deportiva no consigue engañar al espectador.

El mayor problema de la película es su duración, larga y aburrida.

El mejor acierto, sin duda, los efectos especiales al volante, pero para ver eso, mejor jugar al GT

No está a la altura de su predecesora pero se deja ver.

La ambientación del S.XIV está bien lograda y los actores dan la talla.

Como serie de televisión peca de demasiados saltos temporales, idas y venidas. Siendo la adaptación de un libro imagino que en el papel funcionará mejor. No he leído libro ni lo voy a hacer. Pero en formato serie de televisión termina por marear al espectador y no empatizar con los personajes.

Se suceden tantas desgracias y al cabo soluciones, para volver a las desgracias y de nuevo soluciones que terminas por sentir indiferencia ante la suerte de los personajes.

Ahí radica la dificultad de adaptar un libro, imagino que bien extenso como suelen ser estos bestseller, con sus cientos de páginas a una mini serie de 8 capítulos que casi se puede ver del tirón.

En el mismo capítulo se dan la mano desgracia, solución a los problemas, nueva desgracia, nueva solución, salto temporal, crecimiento de los personajes, etc, sin solución de continuidad. Demasiado que condensar en poco metraje.

Aún así, se deja ver.

Sin entrar en spoiler, para mi gusto, la venganza que da sentido a esta segunda parte llega demasiado pronto. El resto ya es rizar el rizo.

Y si es corta, dos veces buena.

Buen por los suecos.

Aúnque la idea principal del plan ya esté vista, no deja de sorprenderte.

Los actores están más que correctos, con dosis de humor bien llevada.

La película tiene algunas incongruencias, pero son pasables, se puede disfrutar de un rato con el Máster Plan.

Lo único que no me terminó de convencer fue la falta de química entre los protagonistas.

Historia conmovedora.

La India aparece fielmente reflejada, los paisajes, las calles, la gente, su indiosincrasia, sin tapujos, sin engaños, no como en la mayoría de películas ambientadas en la India donde solo reflejan la India urbana y opulenta.

Los actores cumplen. Fotografía impresionante.

Los dos capítulos se ven como una película.

Buena opción para la sesión de tarde.