Kevin Spacey, está magnífico, desde una actuación cargada de matices, todos acertados; lo que falla es el guion que aún siendo bueno, se ofrece errante, poco concreto. Existe demasiada emoción mal gestionada, algunos lloros innecesarios, aunque bien interpretados.

Hizo que me perdiera en ciertos momentos, no porque no fuese capaz de seguirla, sino por la escasa concreción de escenas que no entendí hacia donde derivaban.

No me ha gustado la interpretación de Kate Winslet, siempre la he encontrado bastante inexpresiva, aquí se acentúa. "LA VIDA DE DAVID GALE" resulta demasiado larga, para lo que tenía que contar.

Lo que más me gustó fue... que no me gustó. No soporto a Woody Allen. Esta película venía precedida de importantes críticas de los críticos... todos entregados al sobrevalorado director.

La historia era interesante si no la hubiese desarrollado hace treinta años el fabricante de celuloide fatigado. Parloteos incesantes, con ese estilo deprimente que tanto me abruma... me dormí; fue el único rato en el que aproveché mi tiempo.

John Cusack, actor interesante, estaba irreconocible; debido a un aparente agotamiento obsesivo en la interpretación, gafas ridículas, además de una cansada mediocridad impuesta por una aparente dirección fastidiosa y castrante.

A medida que avanza los personajes se definen, encuentran su lugar y eso es algo que resulta muy satisfactorio.
Lola Campbell, conmueve sin tristeza, la sientes próxima entendiendo su situación como algo natural, aunque no lo sea. Harris Dickinson, es demasiado joven para que nos creamos su papel de padre, pero encaja sin resultar esperpéntico.

Muy bien escrita, apetece seguir lo que allí se narra. Es positiva y creíble.

Antonio de la Torre ejecuta una interpretación de su personaje, eficaz y solvente. Pero no se hace acompañar por un guion que canalice lo que pudo ser una historia interesante.

Ritmo desacompasado, con secuencias bien planteadas, junto a otras (la mayoría) donde debes dejar tu cabeza en off, por las importantes carencias que acusa.

Existe en ella una violencia perturbadora y soterrada, con esa inquietud que produce ese lugar donde debes encontrar pareja para sobrevivir; nada es normal y todo se tiñe de una extraña cotidianidad asumida.

En algunos momentos avanza de manera automática, con interpretaciones un tanto robotizadas, absolutamente necesarias, donde la rutina se normaliza en un contexto de tensión contenida.

El argumento resulta absurdo, curiosamente entretiene durante casi la primera hora, al manejar resortes tan sorprendentes como peculiares, cuya soltura provoca interés.

El último tramo, se gestiona mal, alargando una trama que ya no da para más, desactivando las expectativas del principio.