Me gustan los sabores nuevos, en la cocina y en el cine. Así que me dispuse a saborear una serie turca, nada habitual en nuestra dieta cinéfila habitual. Globalmente resulta interesante, tanto por su estilo, como por sus interpretaciones, su fotografía y su ambientación. Nos encontramos en la Estambul actual, hoy, más que nunca, mezcla de culturas y civilizaciones. Y la serie lo refleja: gente que sigue las tradiciones islámicas y gente que pasa completamente de ellas. Quizás ese es el asunto más interesante, y que se refleja, especialmente, en los 4 primeros capítulos. Uno espera que los 4 siguientes, lleven a una exploración más en profundidad de esa gran contradicción en la que vive la sociedad turca. Pero no: parece como si los guionistas hubieran tenido miedo de aventurarse más en esa dirección (supongo que puede conllevar ciertos riesgos), y en la segunda parte se centran más en los dramas familiares de unas familias bastante tradicionales. Y la perspectiva sociológica se pierde. El final es abiertamente conciliador y a mi modo de ver, excesivamente dulce. Una pena, porque prometía más-.

Patrones sin conciencia, que lo mismo contratan emigrantes sin papeles para recoger la fruta a bajo precio y los alojan en barracones insalubres, que encuentran hombres toscos y necesitados como el de esta peli y los hacen trabajar en carnicerías o cocinas, sin la mínimas garantías laborales y sanitarias. Algo que sigue ocurriendo, por desgracia en muchos de los países llamados "civilizados". Buenas interpretaciones, aunque el abogado defensor resulta un poco "buenista". La intención "social" del director queda también patente. Pero aún así, vale la pena verla.

El cine es como el vino: el bueno mejora con los años, el que no lo es, empeora con rapidez. Hace dos días vi por 5ª vez "Bonnie & Clyde", y me volvió a emocionar como la 1ª. Hoy he visto por 2ª vez "Network", y me ha decepcionado por completo. Y, curiosamente, en las dos pelis la actriz principal es la bellísima y maravillosa Faye Dunnaway.
Vale que en su época esta peli debió ser atrevida y hasta rompedora (lucha por las audiencias a cualquier precio, infidelidades matrimoniales, etc), pero hoy resulta muy sobrepasada por otras que han tratado el mismo tema de forma mucho más convincente. Y por cierto, la figura del presentador que se convierte en una especie de descabellado predicador en la tele, con episodios de desvanecimiento incluidos, es del todo exagerada. Ni siquiera el público norteamericano más infantilizado de la época, lo hubiera aguantado más de un par de programas. Por no hablar del romance entre el productor y su competidora, que resulta insoportablemente hiper activa y obsesionada con sus series, incluso hasta en las escenas de cama. En fin, ya digo: con el debido respeto, estamos ante una peli que fue tan exitosa en su tiempo, como tan envejecida en los actuales.

No tenía referencias previas sobre esta peli. El hecho de que narrara una batalla de la 2ª G.M. desarrollada en Holanda y menos vista que otras, me indujo a elegirla entre el amplio abanico de posibilidades que ofrece Netflix. Y no me defraudó. Amplia visión, desde varios ángulos, excelentes escenas bélicas, y muy sólidas interpretaciones. Además deja un regusto amargo, como imagino que todas las guerras lo hacen. Difícil imaginar semejantes escenas cuando uno visita hoy las apacibles y húmedas tierras de los Países Bajos y Bélgica. Dedíquenle las dos horas que dura, vale la pena.

Esta serie está bien construida. Buenos escenarios, abundancia de recursos, buenas interpretaciones y bastante suspense. Entre sus deficiencias, yo citaría el que a veces resulta un poco confusa la lucha de Poder entre los diferentes cuerpos de seguridad británicos. Y como algo puntualmente inverosímil, que el francotirador, ex compañero de guerra y amigo del protagonista, no sea de inmediato identificado por la policía.