Este thriller de ciencia ficción se plantea en un futuro no muy lejano y aborda la necesidad de colonizar otros planetas por el deterioro del nuestro.

Unos científicos han diseñado genéticamente un grupo de niñatos con lo mejor de la humanidad, los cría en cautiverio y con una educación especial, para que una vez que lleguen a la adultez sean enviados en una misión espacial, un viaje que durará más de ochenta años con destino a un nuevo planeta habitable. Esa comunidad se reproducirá en pleno tránsito sideral y serán sus nietos quienes inicien la nueva sociedad. En principio iban a viajar solos, pero finalmente son acompañados por Richard, su mentor. Todo marchaba tranquilo, hasta que un par de ellos descubren que estaban siendo medicados para controlar sus impulsos, dejan de consumir la droga, incentivan a los demás a hacer lo mismo y lo supuestamente peor de la naturaleza humana comenzará a dificultar todo.

Se trata de una propuesta interesante, que si bien no es del todo original, intenta combinar el espíritu de Lord of the Flies con detalles de Orwell e, incluso, The Planet of the Apes (más que nada la adaptación de Tim Burton). Todo esto sumido en un contexto clásico de la ciencia ficción que además aprovecha para abordar el tema del confinamiento que tenemos bien presente últimamente.

Si bien el desarrollo no es inesperado o sorpresivo, está muy bien llevado, mejor durante la primera mitad. Las actuaciones son correctas, no mucho más, algunas tal vez un poco deslucidas en la última parte, pero puede deberse al destino que se le ha otorgado a través del guión, donde se ha decidido hacer una marcada diferencia entre las personas que se dejan llevar por los impulsos que inducen a la mentira, la traición y la violencia y aquellas que dominan mejor la razón.

También toca un tema sugestivo como la manipulación de la opinión pública a través del miedo y la inoculación del odio, algo muy común en estos tiempos, sobre todo en redes sociales e incluso utilizado por medios de comunicación y hasta algunos sectores políticos para la construcción del “otro”.

Un buen entretenimiento, nada del otro mundo, pero que viene bien para algunas reflexiones (incluso contrariando al propio film en algunos tópicos propuestos).

Del creador de In Bruges y Seven Psichopaths nos llega esta interesante película, a la cual es difícil catalogar en algún género. Los más simplistas dirán thriller, pero es mucho más que eso, tiene también características de western, comedia negra, drama.

Una mujer cincuentona, cuya hija fue violada y asesinada, decide utilizar tres carteles publicitarios para encarar su reclamo de justicia al no tener respuestas de la policía meses después del hecho.

Si bien se nota mucho el estilo de McDonagh, ha hecho algo distinto a las anteriores, las cuales eran más comedia que otra cosa. Tiene muchas secuencias con el humor que lo caracteriza, pero es un film más serio, reflexivo también. Creo que ha dominado una técnica narrativa, que ya nos había sido presentada, para contar una historia profunda, con lo que a partir de ahora puede llamarse su sello.

Planos cortos nos permiten concebir cierta intimidad con los maravillosos personajes que se nos ofrecen, nadie es ni bueno ni malo, todos tienen sus rasgos bien marcados y cada personalidad cautiva por algo distinto.

No esperen una historia concreta, no se trata de una narración de régimen fuerte, porque la misma es lo que ya pasó, no lo que se nos muestra ahora. Son más bien distintas secuencias que se suceden y se conectan. Son una invitación a vivir diferentes momentos en la piel de cada integrante del relato, ver lo que el caso ha hecho de cada uno.

De más está decir que para lograr esto se necesitó de grandísimas actuaciones de parte de los protagonistas. Todos están 10 puntos. Yo, particularmente, me quedé con Woody.

Adaptación live action del clásico animado de Disney de 1991, aquel que se ha convertido en una película de culto, galardonado en los Oscars cuando todavía no existía la categoría "Mejor película animada", ganando 2 de sus 6 nominaciones.

Un excelente trabajo, respetando la mayor parte del guion (más de lo esperado), no sólo en la trama sino también en las canciones. Cambiaron pocas cosas, y las que lo hicieron fueron muy acertadas.

Las actuaciones son buenas, aunque nada extravagantes.

La producción, no podría esperarse menos, es de lujo, con sets imponentes (ojo, hay muchísimo trabajo digital también), vestuarios majestuosos y unas paletas de colores muy acertadas para cada secuencia.

40 años después del estreno de The Shining, llega su secuela de la mano de Mike Flanagan, que al parecer ha quedado bien con Dios y con el Diablo. Lo digo por el homenaje a Kubrick que detallaré luego y por el beneplácito del autor Stephen King, quien ha quedado satisfecho con la adaptación (por fin).

Me parece una obviedad aclarar que es recomendable que veas el mencionado clásico antes que esta peli (y el resto de esta reseña). Tal vez no te desoriente tanto ver directamente ésta, pero te arruinarías una obra maestra como la anterior.

Acá Danny (el pendejito raro de la anterior) ya es un Ewan McGregor adulto, arruinado por su pasado y por ahogarse en el alcohol como su padre para tapar su resplandor. De repente le dan ganas de rescatarse, se va a un pueblito, labura, va a reuniones de AA y empieza a comunicarse con una pibita, que en esto de resplandecer la tiene mil veces más clara que él. Paralelamente hay un grupo de guachines raros que matan pibitos con este don para robárselo y prolongar sus vidas. Obviamente todo apuntará a que todos se junten en algún momento.

A excepción de una subtrama que a mi parecer sólo está para justificar el nombre de la obra (aunque quizás en la novela esté mejor desarrollada), es un relato super cómodo y atrapante, más allá de la larga duración del film. Hay un recurso que llamó mucho mi atención y me gustó, la estructura está separada en capítulos, pero con un estilo que une tres corrientes. Por un lado es una clara referencia al formato literario, por otro una emulación a la cinta original que separaba en días, y por último, para adaptar el viejo espíritu a las nuevas generaciones, el inicio de cada capítulo se asemeja mucho a los modos historia de los videojuegos actuales.

Yendo más a lo técnico, acá se nota más ese homenaje o referencia al trabajo de Kubrick. Fotografía y banda sonora, dos cosas que son muy importantes en The Shining, son claramente emuladas en esta nueva entrega. La música es reutilizada en muchas escenas y la "nueva" es como una prolongación de ese estilo, y en cuanto a lo visual mantiene lo pictórico de esos grandes paisajes, la simetría de muchos encuadres específicos y hasta hay una escena en la cual el protagonista va a una entrevista de laburo, y la oficina es un calco a la que asiste Jack para conseguir el trabajo de cuidador del Overlook. Así como esto hay mil cosas más a modo homenaje, pero prefiero dejarles que las descubran y disfruten solos.

Las actuaciones me parecieron correctas pero no mucho más, aunque sí me parece justo destacar el casting para reinterpretar a personajes que ya figuran en la película anterior, muy acertado.

En conclusión, varios momentos de sobresalto, linda nostalgia y sensaciones renovadas con estos nuevos estilos. Vale la pena la experiencia y se disfruta bastante.

Película de acción en la que Jessica Chastain hace de una asesina a sueldo, adicta a las sustancias, que trabaja para una organización secreta. Por un lado un trabajo sale mal y por otro ella decide tomarse un tiempo por cuestiones familiares y vuelve a su ciudad de origen. Esto hará que su propio jefe decida matarla y ahora Ava tendrá que luchar por su supervivencia. Una especie de mezcla entre John Wick y Bourne.

La secuencia que hace de prólogo y los posteriores títulos de inicio son espectaculares, pero luego de eso nuestras expectativas se desploman ya que el film se torna bastante ridículo, aburrido y predecible (si ves el trailer ya entendiste toda la peli).

Muchas cosas contadas brutalmente en diálogos por demás explícitos, super resumidos, escenas de acción bastante pedorras y actuaciones que dejan mucho que desear. Si bien Chastain no está mal, Colin Farrell es un cliché, John Malcovich está desaprovechado y Common (quién?)... bue, que se dedique a la música.

Es completamente olvidable, pero vale decir bien apegada al género. ¿Qué quiero decir con esto? Que muchos seguro saldrán a decir que una mujer no sirve para este estilo de películas, pero si ni chistamos (y hasta celebramos) cuando los Stallone, Schwarzenegger, Cage, Willis, Norris, Seagal, Statham (y podría hacer una lista eterna) hacen una película mediocre como ésta, ¿por qué caerle a Jessica ahora? Solo expondría misoginia.

No solamente lo anterior, Chastain es una de las mejores actrices de esta época, que se mantiene en vigencia pasados los 40, algo que Hollywood no le permite demasiado a las mujeres, y que encima se atreve a transgredir géneros inusuales.

Una última aclaración: prepárense porque esto está planteado como saga. Ojalá salgan nuevas entregas (y que mejoren en calidad).