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España España · Hobbiton
Críticas de AtomS8
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Críticas 34
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
6 de junio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Un hombre presiona a otro y, de repente, toda la ciudad mira para otro lado." Walter "Robby" Robinson.

Poco a poco, voy sumando críticas a mi lista de las que son mis películas favoritas. "Spotlight" entró hace poco en ese grupo, en el momento de su estreno, y he de decir que fue antes de que ganara, o siquiera fuera nominada al Óscar.
Por otro lado, también he de admitir que esta es de las ocasiones en que más de acuerdo estoy con la película ganadora, porque últimamente los Óscar están tirando a flojos (nunca perdonaré que no ganara Stallone por "Creed: La leyenda de Rocky" ese mismo año, igual que el ninguneo a Scorsese por "Silencio" este año).

Entrando ya en materia, "Spotlight" narra la historia real de un pequeño equipo de investigación del periódico The Boston Globe, que cubrió los casos de pedofilia por parte de párrocos, así como el sistema secreto y silencioso que se creó de reinserción de estos en otras parroquias.
La mera descripción ya hace estremecerse a cualquiera, y la verdad es que me costaba ver cómo se iba a plasmar una historia tan cruda en pantalla. Al ir a verla, de hecho, tenía más bien pocas esperanzas de que valiese la pena, pues con un tema así más de un cineasta habría caído en el morbo, en buscar impresionar al espectador con escenas explícitas y la película (por más que digan algunos) habría perdido significado.
Por suerte, el director Tom McCarthy se revela como un magnífico cineasta, centrando la película en la propia investigación, matando más de dos pájaros de un tiro:

En primer lugar, le da un hilo conductor a la película. Hay que entender que hablamos de una enorme cantidad de casos, y que centrarse en algunos en concreto habría hecho que la situación pareciese menor de lo que fue. El propio personaje de Keaton dice en un instante que lo que quieren no es a un párroco, ni siquiera al cardenal Law, sino el sistema al completo. Hacer la película de este modo garantiza que el espectador lo capte en su totalidad.
En segundo lugar, el uso de testimonios es más ilustrativo que una escena explícita. De secundarios cogen a magníficos actores desconocidos (ahí están el drogadicto y, sobre todo, el homosexual), que solo con un par de escenas de diálogos ya nos hacen a la idea del sufrimiento de estas personas.
Otro apunte: el espectador conecta. No se trata de unos testimonios inconexos, sino de un equipo de personas totalmente normales. De hecho, se esfuerza en no mostrarnos a nadie que no sea periodista: sus familiares (salvo los del personaje de McAdams, y apenas aparecen), no tienen cabida en el metraje, salvo mencionados ocasionalmente. Sus dilemas sobre ir o no a misa, sobre publicar o no lo que tienen y cuándo... Son cosas muy cercanas a casi cualquiera.

Por otro lado, voy a contradecirme un poco: la película tiene un hilo, sí, pero no funciona en torno a él. La escritura del artículo, propiamente dicho, sucede al final, luego nosotros vemos la investigación directamente. Para lograr esto, McCarthy elige una estructura basada en escenas: si aparecen unos personajes, esos personajes harán todo lo necesario en ese momento, acabarán la conversación, o descubrirán lo que buscaban al inicio, sin ningún tipo de gancho (lo que se empeñan en llamar cliffhanger, como si fuéramos ingleses). Son conversaciones una detrás de otra, cada una con su objetivo, volviendo de vez en cuando a la redacción de la revista para mantener la sensación de que es un equipo investigador.
Es como si las hubieran ido haciendo individualmente y luego el mejor editor del mundo las hubiera juntado. Esto tiene una cosa arriesgada: puede hacerse aburrida. La suerte de "Spotlight", y en lo que radica gran parte de mi gusto por esta película, es que cada escena busca comunicar algo y lo consigue, está bien grabada e interpretada, y solo cuando ha acabado uno se da cuenta de que pertenece a un magnífico todo.

Y ya que surge, las interpretaciones son magníficas, tanto las de principales como las de secundarios, e incluso los que apenas tienen diálogos. Si tuviera que elegir a uno sería a Keaton, que simplemente lo borda en cada fotograma, seguido por Schreiber y Slattery, pero es que el resto del reparto está al mismo nivel (quizá McAdams es la menos convincente, pero nunca desentona).

El resto, cámara, banda sonora y especialmente guión, todos a un altísimo nivel.
Al ver que es tan buena, me extraña que el término que usen algunos es "fría". ¿No hay suficiente? Yo creo que se comprende más que de sobras lo que sucede y sucedió, no hay por qué mostrarlo más, y no es que en el artículo original hubiera cosas diferentes (me lo he leído y reproduce todo palabra por palabra, impresionante adaptación).
Al final, uno sale enfurecido de la sala, ¿cómo pudo permitirse esto? Hay quien trató de vender esta película (en este país al menos, que ya sabemos de qué pie cojea) como "la película que la Iglesia no quiere que veas", y no es cierto, en absoluto. Es la película que cualquier cristiano (y cualquier persona, en general, que sienta un mínimo de interés) debería ver.
AtomS8
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7
1 de junio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A veces, cuando hay demasiados blancos me pongo nervioso." Chris Washington.

Vaya por delante que me enteré de varios de los puntos fuertes de esta propuesta antes de verla. No soy un aficionado al cine de terror y suponía que no iba a verla, así que no me importó. Sin embargo, y como todo aficionado al cine ya sabrá, algunas de las películas que más nos sorprenden son aquellas que ni siquiera pensábamos ir a ver.

Pues bien, aun sabiendo ciertas cosas, la película logró pillarme desprevenido en ciertas aspectos, entre ellos, la errónea afirmación de que "Déjame salir" es de terror. La ópera prima de Jordan Peele es más un thriller psicológico con momentos más intensos que de terror puro propiamente dicho. También habría que hacerse mirar cual es nuestra definición de terror, porque en la última década han salido cientos de películas de posesiones, ouijas, zombies y un largo etcétera que han ido devaluando el género. Si consideramos eso, "Déjame salir" si podría entrar en el género de terror ya que ciertamente provoca intranquilidad, pero no es el terror por el terror, sino que tiene un objetivo.
Va muy en la línea de algunos momentos de M. Night Shyamalan (el bueno, el de "Señales" o "Múltiple", diría yo) que provocan nervios en el espectador poco a poco, introduciéndole en una situación que va aumentando en cosas extrañas o sospechosas.

En mi caso, el saber algo más de la propuesta, me ha hecho ver muchos de los artificios de Peele a la hora de dirigir, y los mil modos en que introduce algo sin que el espectador se dé cuenta. En este aspecto, es de admirar la maestría de Peele, cuando su película ya se ve que sí da para un revisionado o más.
Reseñaría especialmente dos cosas de su dirección: el uso de la luz, que muestra que un momento a la luz del día es igual de terrorífico que uno en la total oscuridad, si se sabe hacer bien; y el final, la última escena, valiente y el momento más difícil para el espectador, que cree saber lo que va a pasar y se ve sorprendido.

El segundo gran pilar de la propuesta es Daniel Kaluuya, un actorazo como la copa de un pino que se come a todos sus compañeros de reparto. A Kaluuya (a quien solo había visto en "Johnny English Returns") interpreta a Chris, un personaje sencillo que podría ser cualquier joven afroamericano.
El resto del reparto, todos correctos, especialmente Allison Williams, pero la película pertenece a Kaluuya.

Por otro lado, lo que realmente hace que la dirección de Peele y la interpretación de Kaluuya lleguen a buen puerto es su afilado guión.
Su crítica a la clase media-alta americana, siempre tan abierta, pero con rencores y racismo internos es fantástica. Todos son muy abiertos hasta que dejan de serlo.
Para mí, el cine de terror está muy devaluado en la actualidad. Todo se reduce a gente poseída, niñas con mirada enfurecida, uso abusivo de la oscuridad, pero el terror que se basa simplemente en eso es un terror que tiende a ser vacío. No se puede hacer a estas alturas una película de terror que no destaque en algo en particular o que no innove en nada. En ese aspecto, que "Déjame salir" se haya convertido en este éxito, especialmente en su país de origen, pues toca un tema muy delicado y presente en la sociedad, y particularmente hiriente en la americana.

Además, el método que usa para hablar de ello es ciertamente nuevo. No recuerdo ninguna película que trate el tema del racismo de este modo y es agradable ver en el cine algo totalmente original. Más aún: una película que no siente ninguna necesidad de dejar nada para ninguna secuela. ¿Podría haber secuelas? En cierto modo, pero el argumento queda cerrado de la mejor manera, y no hay necesidad de ello. "Déjame salir" crea un mundo interesante y nos muestra exactamente lo que el espectador quiere, ni más ni menos.

Mis críticas suelen ser algo más extensas, pero hablar de "Déjame salir" más en profundidad requeriría un análisis completo y destripar la película, cosa que aquí no quiero hacer, y que ya han hecho muchas críticas en sus zonas de spoiler. Baste con saber que "Déjame salir" es una película que un no aficionado al terror podrá disfrutar y que a uno que sí sea aficionado al género puede que no le dé lo que busca (si lo que busca son sobresaltos, uno detrás de otro). Crítica social, personajes carismáticos, giros de guión excelentes al servicio de una historia interesante y un final adecuado, que huye de los tópicos del género. Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AtomS8
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8
28 de mayo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La vida de un pirata..." Capitán Jack Sparrow.

Algunos recordaréis esa escena de la primera entrega en la que el entrañable pirata Jack Sparrow llegaba al puerto en una barca que se iba hundiendo conforme se acercaba, con la banda sonora que tan famosa se haría después sonando a todo trapo. Era la definición de pirata: patético al ser tan desastre y aún así digno de admiración por cómo se desenvolvía y se salvaba siempre a base de echarle cara. Ese aura de patetismo épico, como la llamo en el título, es la que se intentó recrear con las secuelas.
Sin embargo, hace tiempo que esta saga no tiene la vida que tuvo en su primera entrega. Las aventuras de "La maldición de la Perla Negra" se perdieron en busca de la épica en las dos secuelas de Gore Verbinski, o en la floja cuarta entrega de Rob Marshall (aunque la considero en cierto modo, necesaria, al completar el arco del personaje de Jack sobre el temor a la muerte). Todas eran muy disfrutables, yo me lo paso bien viéndolas, pero el vivir aventuras por el placer de vivirlas parecía haberse evaporado.

Cuando anunciaron esta quinta reaccioné con desconfianza. Más aún con los problemas que dicen hubo en el rodaje con Depp, que la saga parecía no tener mucho más que decir, que los regresos de la saga serían mínimos, y que el tiempo que transcurrió entre grabación y estreno fue anormalmente largo.
Me equivocaba. Puedo decirlo, completamente satisfecho: Jack ha vuelto.
Y ha vuelto con todas las ganas, por su parte y la del espectador.

Quiero comentar mi asombro al ver que en todas las críticas (positivas o negativas) se repiten muchas cosas, a veces con las mismas palabras exactas. Es como cuando con "Logan" se repetía que era crepúscular, dura o adulta dos veces por párrafo: "Jack se nota cansado", "Depp no lo hace tan bien", "en conjunto aguanta", "el romance es soso"... Buscad un poco y veréis como muchas críticas parecen la misma.
Pues no estoy de acuerdo: Depp es Sparrow, siempre ha sido así, y no se me ocurre a ningún otro actor que pudiera hacerlo (al margen de la breve aparición del CGI al servicio de la historia en una escena bastante buena). Sus manierismos, su borrachera crónica, su maquillaje, su carisma... Todo ha vuelto, mucho más que en ninguna de las anteriores entregas, a excepción de la primera. Y el hecho de que su miedo a la muerte desapareciera finalmente en "En mareas misteriosas" hace que volvamos a tener a ese pícaro pirata, que solo sueña con ir hacia el horizonte en su barco.

El resto de personajes, bastante bien: Brenton Thwaites y Kaya Scodelario tienen dos papeles bastante simpáticos. Lejos de ese romance épico de la trilogía original (y un tanto excesivo), o de ese tan apresurado de la sirena y el misionero (personajes que casi funcionaban mejor por separado), este romance es el de dos jóvenes, más que los anteriores de la saga, y un tanto más verosímil. Personalmente es mi favorito de la saga y esa neura de meterse con actores ya me cansa, porque ahora es Thwaites, pero parece que es divertido y te da más prestigio meterte con actores jóvenes. Lo cierto es que por mucho que se diga, ambos actores cumplen su cometido y sus personajes son divertidos, y eso es más que de sobras.
Bardem interpreta al villano con solidez pero poco más. Ni de lejos llega al nivel de Barbossa o los mejores momentos de Davy Jones, quedando entre ese y el Barbanegra de la cuarta. Cumple, y eso es suficiente, aunque en algún momento debería imponer más, dejarse de tanta sobreactuación y tirar más por la vena violenta del personaje, que cuando lo hace queda mejor.
Mención de honor, como es habitual, a Geoffrey Rush, que siempre consigue darle una capa más a su Barbossa. En esta ocasión, probablemente la más emocional. ¿Tiene sentido? No mucho, tira de coincidencias y Deus ex machina, pero que más da. Al final a uno le da en el corazón este pirata con pata de palo (como Dios manda) y eso lo compensa.

En lo que si se ve que se ha buscado una verdadera innovación es en las escenas de acción. Algunas como la del mascarón de proa del barco de Salazar o todo lo sucedido con el banco al inicio, pasan como algunos de los mejores momentos de acción de la saga. Todas esas escenas, y muchas más, que la peli es un no parar, le dan una entidad mayor a la película y se nota la buena mano de los directores Rønning y Sandberg. Me encantaría que repitieran en la sexta entrega, si al final la hay, porque su trabajo aquí, a nivel visual (mucho más colorido que en las anteriores, y eso le sienta bien) es estupendo.

Un apunte para finalizar: mi condena total y absoluta al ridículo título que se le ha dado en español. La frase "los muertos no cuentan cuentos" es una constante en la saga, incluso desde la atracción de Disney, y aquí se entiende de un modo nuevo al decirla Salazar. "La venganza de Salazar" es un título cobarde, que piensa que el espectador al oír una rima y la palabra "cuento" en un título ya no irá al cine, entendiéndolo como algo infantil. Y encima al acabar la película ponen "Salazar's revenge", en inglés, por si cuela.

Al margen de eso "Piratas del Caribe: Los muertos no cuentan cuentos", es una dignísima secuela, la mejor de la saga hasta ahora, que tira de nostalgia (de la buena, sin abusar) y de ciertos sentimientos que nos recuerdan que llevamos más de 15 años siguiendo a estos piratas y lo cierto es que les tenemos aprecio. Y un punto más por haber mejorado cierto detalle de la trilogía original que nunca me gustó (en el spoiler aclaro).
Además, sentir esas ganas de coger una espada y navegar hacia el horizonte es algo que vale mucho más que un "cumple con las expectativas". Una buena película de aventuras, de las que es difícil hacer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AtomS8
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10
24 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Por si no nos vemos luego: buenos días, buenas tardes y buenas noches." Truman Burbank.

Va a ser la primera vez que leo una cita en FilmAffinity de Carlos Boyero y no solo no me han entrado ganas de matar (es difícil encontrar a alguien más pagado de si mismo por destrozar una película en su crítica sin aclarar el por qué) sino que creo que ha acertado: "El show de Truman" es una película que ha conseguido aunar una gran idea, un gran guión, una gran dirección y un gran reparto y su resultado ha sido inmejorable.
Por otro lado, dudo que esta crítica sea leída por mucha gente salvo por los que curioseen mucho por la página o por estudiantes a los que en la asignatura de Filosofía les hayan pasado esta película (deberíamos luchar más por mantener esa asignatura).
Y es que ese fue mi caso, porque esta película (entre otras como "Blade Runner" o "Esencia de mujer") son de ese tipo de películas que, más allá de los gustos personales, tratan temas de la filosofía universal de forma profunda pero comprensible. En este caso, no solo se ha logrado eso sino muchas más cosas:

Para empezar, la crítica a los realities de la televisión. Según tengo entendido, cuando salió la película los realities acababan de experimentar un boom inmenso. La verdad es que me veo psicológicamente incapaz de aguantar una cosa así más de 5 minutos, donde prima el morbo por encima de todo, y siento una satisfacción inmensa cuando "El show de Truman" arrasa con todo el concepto. Es cierto que la inmoralidad de lo que sucede en la película es bastante más elevada que lo que se ve en un reality normal (que también tienen lo suyo), pero consigue plasmar la superficialidad y vacío de este tipo de programas. Nunca es suficiente realidad, nunca hay suficiente morbo, y por eso resulta tan perturbador: porque algo como esto, casi veinte años después, sigue pareciendo algo muy posible.
Por otro lado, también es digno de mención el sobresaliente retrato que hace, no ya de lo que representan los realities, sino de cómo lo hacen: los escenarios, los actores, la sala de montaje, la publicidad... Un magnífico ensayo sobre este mundo, difícilmente superable.

Sin embargo, sería muy fácil quedarse con la primera lectura de los realities, pero "El show de Truman" quiere más y usa el mito de la caverna para ello. El mito de Platón es algo que está más mascado que un chicle, pero eso no quiere decir que una reinterpretación del mismo no sea útil. Sí, este es el motivo por el que los profes de Filo lo usan pero es que realmente lo hace genial: un hombre que conoce a su "creador" y el mundo real.
Y digo creador entre comillas porque las referencias religiosas no acaban en el nombre de Christof, pero no como crítica sino como utensilio: el barco "Saint Mary", la ya famosa escena de Truman subiendo escaleras en el cielo, y aun así la única persona que realmente quiere a Truman en la película es la única que tiene un pequeño momento de oración. Un modo de usar esta simbología bien llevado, del que debería aprender Ridley Scott, que parece creer que al meter referencias religiosas a cascoporro sin sentido alguno se adquiere más profundidad.
La moralidad de tener a alguien en esa situación, el conflicto creador-creado, el descubrimiento del mundo real saliendo del mundo espejo... Y todo lo aborda de manera maravillosa.

Detrás de esta pequeña obra maestra hay varios nombres responsables, empezando por el director Peter Weir. Weir es un artesano: alguien a quien le ofrecen un guión y sabe hacerlo con buena mano e imprimiéndole ritmo. No hablamos de una película de acción ni mucho menos y aun así es enormemente entretenida, lo que ya es un punto positivo, y aunque no es que sea un director muy personal, merece la pena destacar la fotografía: lo que vemos no es más que lo que ven los espectadores del programa: estamos viendo la televisión, con todos esos ángulos de cámara lejanos, un gran uso del zoom, cámaras en grúas, ocultas en lugares impensables (ojo al contenedor de basura del vecino, a algunas marquesinas y a un sinfín de detalles por el estilo). No se mantiene permanentemente porque resultaría agobiante para el espectador, pero tampoco es necesario, y tenemos pruebas de ello más que suficientes.

El segundo nombre que aparece en los créditos tras acabar la película es el del guionista: Andrew Niccol. De este hombre he visto dos películas, esta y la que dirigió hace unos años llamada "The Host (La Huésped)" y tengo pendiente "Gattaca", también bajo su dirección. Esta "The Host" estaba basada en un libro de Stephenie Meyer, escritora de "Crepúsculo" por lo que debieron obligar a Niccol a eliminar toda la ficción en favor del romance, y por eso aquella película fue muy, muy floja. Sin embargo, aun en ese caos sin apenas interés Niccol introdujo detalles propios que hacían el visionado algo más interesante. Eso es lo que se ve aquí pero elevado de manera exponencial e indudablemente mejor.
Y es que "El Show de Truman" es un festival de detalles que parece no tener fin: desde la posición de las cámaras, a la publicidad encubierta, el mencionar que Truman es primer niño adoptado legalmente por una corporación, los métodos de persuasión subliminal, los decorados... Todo está en pantalla por algún motivo y obliga al espectador a estar verdaderamente atento.

AVISO: prosigo en el spoiler por falta de espacio sin revelar detalles de la trama. Al final hay spoiler pero lo digo antes, leed sin miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AtomS8
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2
8 de mayo de 2017
169 de 299 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¿Qué es lo que esperaba encontrar aquí?" Henri Costin.

Una ciudad perdida, un biopic sobre un personaje real, un protagonista con sed de descubrimientos, un muy buen reparto y un director (supuestamente, no he visto ninguna de él) competente... ¿Cómo es posible que haya salido tan mal el experimento?
Porque "Z: La ciudad perdida" fracasa en prácticamente todos los frentes que intenta abordar: la narrativa es confusa y alargada hasta el hastío, los personajes intentan ser tridimensionales pero luego hacen cosas con poco sentido, las reflexiones que propone son más simples que el mecanismo de un botijo y, lo peor de todo, ¡no hay aventuras!

Para empezar con algo bueno, la labor actoral es decente, donde destaca sobre todos los demás, y para mi sorpresa, un Robert Pattinson muy alejado de las sagas donde le vimos dar sus primeros pasos. No me esperaba que fuera a ser el mejor de la cinta, la verdad. Sienna Miller, por otro lado, está mucho mejor como mujer preocupada por su marido que se encuentra lejos y en peligro en "El francotirador" de Eastwood, no hay color. Y Hunnam aguanta bien lo que se exige de él, no entiendo por qué esas ganas de meterse con este y otros actores (Chris Pine es otro buen ejemplo de actor con el que parece que mola meterse).
La ambientación, por otro lado, es muy buena. También hay que ser sinceros: la selva es la selva, y entiendo que habrán grabado en la zona que muestran o en otras parecidas. Y de Londres se ve poco de modo que no es que haya un gran mérito ahí.

Y hasta ahí lo bueno y la razón de que le dé un 2 a la cinta. Ahora lo malo:
En primer lugar, la narrativa. Asistiremos a los viajes que hizo Fawcett a Bolivia, con diferentes propósitos (no fue directamente a buscar Z). El primero de los viajes viene a ser una adaptación de "El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad ubicándolo en Bolivia en lugar de en el Congo: viaje por el río, algunos peligros, problemas con los indígenas, tendencia al casi surrealismo y varias menciones a la locura. Sin embargo, ¿qué ofrece eso a los protagonistas? Da la impresión, por cómo acaba, que ha sido un extensísimo prólogo para mostrarnos qué impulsa a Fawcett a hacer lo que hace.
Y lo peor es que es el más interesante de los viajes que realizan, a los que se les suma el muy inútil fragmento bélico, que cuando uno compara con otras películas del género, palidece. Al aparecer trincheras es inevitable recordar películas como "Senderos de gloria" de Kubrick o la más reciente "Hasta el último hombre" de Mel Gibson, y Gray sale perdiendo totalmente de ese enfrentamiento.
Y los otros viajes son bastante soporíferos, al igual que los tramos con su familia, ya comentaré más en el spoiler para no destripar nada.

Los personajes tienen mucho tiempo para definirse y muy poca definición, lo que resulta bastante triste. Fawcett es un tipo abierto de mente con los indígenas, un alto concepto del honor, una obsesión con la ciudad de Z, un carácter en ocasiones machista, un comportamiento que deja a su familia de lado... Y todo eso queda desdibujado cuando, al salir de la sala, nos damos cuenta de que no se ha profundizado nada en ninguno de estos aspectos. Y lo mismo pasa con los demás, especialmente en el caso de su mujer y su hijo, un Tom Holland que no lo hace mal, aunque tampoco hace mucho.

Otro de los temas que intenta abarcar es la crítica social, pero lo hace de una manera tan sencilla que se queda casi en una moraleja infantil. Ni la idea de que la sociedad inglesa condena a aquellos que vienen de familias con algún problema, ni la manera de ver la familia de Fawcett, ni el modo en que la sociedad occidental veía a los nativos sudamericanos nos importa. Nada de eso deja poso en el espectador, que queda impresionado con lo bonito de algunos paisajes pero vacío al mostrarle una película que parece no tener nada que decir.

Y lo más imperdonable de todo: no sucede nada en toda la película que sea mínimamente entretenido. Hay un par de escenas que llaman la atención, todas pertenecientes al primer viaje, pero se queda ahí. Quizá haya algún momento decente más adelante, pero para entonces el aburrimiento ya ha hecho mella y todo lo que suelta Fawcett suena hueco y presuntuoso (el discurso final a su hijo es de risa).

Al final, uno está tan molesto con que se haya endiosado a esta película, a su director y a todo lo relacionado con este desastre que cosas como el plano final no solo no maravillan, sino que enfadan, al sentir que el director se da ínfulas de artista cuando en realidad no ha logrado absolutamente nada. Una película hueca y aburrida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AtomS8
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