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España España · san sebastian
Críticas de Izeta
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Críticas 1.429
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
22 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía muchísimos años que no la veía.
Sigue siendo una película agradable de ver pero porque se sustenta en una historia muy buena que todos conocemos y los responsables no repararon en gastos para ofrecernos una fastuosa superproducción con cientos de extras. Además tiene un atractivo añadido. Y es el desfile de rostros conocidos que juegan un pequeño papel aquí que hace que el espectador se lo pase en grande tratando de identificarlos.
Pero en otros aspectos la cinta arrastra ciertos lastres muy grandes. Su desmesurada duración no le hace ningún bien a esta historia. La recreación de los ambientes exóticos y las aventuras que viven en ellos resultan un poquito descafeinadas, un mero paseo por lugares comunes que acaso en los años 50 tuvieran su enganche pero los espectadores de hoy vamos a preferir vivirlas mucho más en otras películas de la misma época que las recrean mucho mejor.
Si les digo que a mi lo que más me gusta de esta peli con mucho, es el humor con que es descrito el selecto y exclusivo ambiente british de los caballeros ingleses que hacen la apuesta con Fogg. Sus chovinismos, sus prejuicios, sus aires de superioridad, sus comentarios elitistas despreciando todo lo que no sea inglés y de su propia cuna y condición.
Las partes cómicas y físicas de la aventura corren a cargo de Cantinflas, en la piel de Picaporte, el valioso criado de Fogg pero los responsables no se molestan demasiado en recrear unas escenas muy elaboradas de gags físicos que resulten muy explosivas.
Así las cosas, el humor sólo consigue arrancar medias sonrisas, la aventura, media emoción, la persecución de Fix a Fogg a través de medio mundo, media tensión y la incertidumbre de cómo se las ingeniará Fogg para salvar los mil y un obstáculos que se le presentarán en el camino, medio desafío.
Todo se siente que se queda a medias en esta historia que, creo, aun está por conocer la adaptación que de veras haga justicia a la gran novela, aunque eso no implica que esta versión no suponga un agradable pasatiempo placentero con el que echar una tarde. La película no deja de ser entretenida, simpática y bien realizada. Se deja ver a gusto.
Izeta
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2
21 de mayo de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
!Eso no es un instituto, hombre!.
Lo siento pero no me creo nada de nada.
Y vale que no tengo ni idea de cómo pueden funcionar los institutos americanos y seguro que son mucho más heavys que los nuestros pero aun así, creo que se han pasado tres pueblos.
Además, ¿Qué demonios ha pretendido Hiller representar aquí?.
¿Ha querido hacer una comedia?. ¿Un drama?. ¿Cine de denuncia social?. ¿Alegato contra el sistema corrupto?. Pues le ha salido una mierda pinchada en un palo.
Los profesores casi tienen que ir con guardaespaldas a dar la clase porque cualquier alumno enfermo mental le puede amputar una mano a la menor ocasión. Unos están histéricos y drogados, otros son maltratados, otros van allí a echarse la siesta, también hay un impostor escapado del manicomio y otro más que entiende la docencia como una oportunidad para beneficiarse a las alumnas sin ninguna consecuencia para él. Una mera regañina en el despacho del director por haber sido un chico malo y adiós muy buenas. Eso es todo.
Los alumnos por su parte, o son traficantes o ladrones, o están de la olla o son niños maltratados o terroristas en potencia. La policía hace redada cada cierto tiempo, hay navajazos, armas de fuego, muertos y chicas que abortan con la ayuda del profesor majo y enrollado (que siempre hay alguno). Muchos tienen casi dieciocho años y !atención!, !no saben leer ni escribir!.
Y lo malo de todo esto es que no se ha pretendido tomar del todo el asunto a guasa no. Es que se nos ponen muy serios en su intento de "destripar" y denunciar las tremendas dificultades a las que los verdaderos profesores vocacionales se enfrentan en su día a día. Las enormes trabas que les pone un sistema educativo acomodado e impersonal que tan sólo busca cumplir sus cuotas en su función expendedora de titulados sin preocuparse de si han alcanzado las competencias previstas o no.
Nick Nolte es el valiente profesor que hará frente a todo eso (no entiendo cómo un actor tan bueno como él se metió en esto). Ya saben, el héroe. El alumno malote a salvar es el de Karate Kidd. Un chico listo el muchacho !pero es que está taaan desencantadoo de la vida!. Sus padres pelean por su custodia pero no se entiende que ningún juez no se la haya retirado todavía a ninguno de los dos porque el chaval todavía no sabe leer en una ciudad norteamericana en pleno años 80.
Precisamente la premisa inicial gira alrededor de eso. Al parecer la familia de un antiguo alumno ha interpuesto una demanda al colegio porque se ha sacado el graduado o el bachiller, yo qué sé, sin saber leer ni escribir. Y ahora pretenden sacar tajada de eso. !Que habéis hecho "progresar a mi niño tan adecuadamente" curso tras curso que el pobre ya no es capaz de rellenar el impreso de la matrícula de la universidad!. ¿No le podíais haber suspendido de vez en cuando?. En fin. Los hay que nunca están contentos.
Y bueno, ya no os cuento más porque no merece la pena. Sólo quería escribir esta crítica porque me gusta anotar lo que veo, así no se me olvida. pero no la recomiendo de ninguna de las maneras. Es una patochada como la copa de un pino.
Izeta
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7
20 de mayo de 2024
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Algo huele a podrido aquí. Y, curiosamente, no es la carne lo que pierde aquí al personal por mucho que Catherine intente jugar esa baza.
Que vale que esta peli recuerda mucho en su planteamiento a "El cartero siempre llama dos veces" pero, en realidad, sólo en el escenario elegido y en la situación de partida de un triángulo porque, todo lo demás, incluso el enfoque, es totalmente diferente.
Curiosamente es Hossein, el que menos culpa tiene de todos, el que se tiene que comer todos los marrones.
Está pagando por un crimen que no ha cometido pero no es un chivato y si alguna vez ha sido un chorizo, ahora quiere dejar todo eso atrás y comenzar una nueva vida. Se ha fugado de la cárcel donde le habían caído 20 años y busca llegar hasta la costa para enrolarse en algún buque y salir del país.
Una estación de servicio en medio de la nada (hay qué ver estas solitarias gasolineras qué asuntos turbios albergan en su interior ¿eh?. Luego dicen que se aburren). Su dueño, un hombretón de mediana edad afable y bonachón traba amistad con él y le ofrece empleo, techo y comida.
Una despampanante esposa treinta años más joven aparece por ahí. El viejo sabe perfectamente que la ha comprado, no se engaña a sí mismo en eso pero cree que con un viaje a Tahití y unas cuantas chucherías la chica considerará haber hecho un buen negocio por haberla sacado de pobre.
Y aquí es donde terminan las similitudes con la gran obra de Garnett.
Porque Catherine, que tiene sus propios planes para desemplumar a su marido, no necesita recurrir a la seducción de buenas a primeras para atrapar al pardillo. Ya lo tiene en sus manos en cuanto lee los periódicos. El chantaje es el punto de partida y o Hossein entra en la partida o irá con el cuento a la policía.
Lo que ocurre es que la cosa se complicará mucho. Dificultades, giros imprevistos, acciones no deseadas (o sí, quién sabe), harán que esta joven pareja tenga que forjar una primera e indeseada alianza cómplice. Hossein tendrá que jugar la partida a su pesar y Catherine decidirá cambiar su baza en plena partida porque no las tiene todas consigo y, en realidad, todos la tienen más que calada.
Un tercero entra en el juego. El cuñadísimo que vivía por allí, hermano gorrón de la primera mujer del gasolinero. Está un poquitín resentido con la nueva esposa de su cuñado (es fácil comprender por qué). Entre gorrones anda el juego.
Aquí Duvivier pega una nueva vuelta de tuerca al guion. Se diría que cada vez que un nuevo miembro se suma a la partida la cosa culminará en un nuevo clímax.
Y, finalmente, el cuarto. El compañero de atraco de Hossein, Jean Sorel, quien alertado por éste precisa su ayuda y acude a su llamada. Un nuevo giro muy interesante se planteará aquí de nuevo. Un nuevo jugador plantea nuevas salidas. Catherine está contenta. El nuevo no puede conocer todavía su juego así que todavía tiene una oportunidad.
Una peli sórdida, muy de los 60, ya saben, algo rocambolesca y exhibicionista en cuanto a las intenciones o actos de sus personajes. Lejos queda la sutileza y elegancia de los noir de los 40. Pero tiene muchísimas virtudes a destacar y escenas de gran interés y fuerza dramática.
Los primeros minutos del atraco son excelentes en cuanto a ritmo narrativo y manejo de la tensión. Luego se aquieta un poco al entrar en la gasolinera porque Duvivier tiene que dar paso a la presentación de los verdaderos personajes de la historia, pero nos levanta y nos sorprende en más de una ocasión al llevarnos por distintos derroteros a medida que un nuevo personaje hace su entrada en la partida. Alguna escenita que otra algo oportunista y poco creíble y cierta sensación de artificiosidad en los giros no le hacen demasiado daño. La trama resulta bastante coherente con sus personajes y cuenta con algunos momentos de gran fuerza visual. En conjunto es una cinta que se disfruta bastante. Yo lo he pasado muy bien.
Izeta
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8
19 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Sawyer.
Yo descubrí a Tom en el momento justo y en la edad más adecuada.
Tenía diez u once años y una vieja novelita sin tapas con las páginas amarillentas se encontraba aparcada en las estanterías de mi casa. Sería de alguno de mis hermanos mayores supongo pero ninguno me había hablado de él. Y yo entonces no tenía ni idea tampoco de quién era Mark Twain. Nadie me había hablado de él, no había visto ninguna película y mucho menos nos la habían recomendado en la escuela que entonces seguro que ni lo habría abierto.
Lo cogí y lo empecé a leer por hacer algo mientras mordisqueaba mi bocata de foigrass con chocolate y...¿recordáis la sensación de sentir un flechazo con un libro?. Ocurre muy pocas veces en la vida en realidad. Buscamos y buscamos sentir de nuevo esa eufórica sensación pero pocas obras nos la suscitan, como mucho disfrutamos y apreciamos muchas buenas obras pero pocas, muy pocas, consiguen adueñarse de ese modo de nosotros.
Tom se adueñó de mi. Y lo hizo porque era como yo, un niño entonces, con los mismos sueños, las mismas inquietudes, las mismas preocupaciones, los mismos problemas, las mismas travesuras, las mismas rabietas, las mismas fanfarronerías...Solo que había nacido 150 años antes que yo.
Pero en todo era igual a mi. Se enamoraba. Buscaba tesoros. Quería vivir aventuras. Se aburría en la escuela. Odiaba los trajes de los domingos. Los sábados sí que molaban. Las vacaciones. Bañarse en el río y desmelenarse por ahí. Desobedecía a sus mayores y se peleaba con sus hermanos igual que yo, hacía travesuras mientras aprendía de la vida, descubría la verdad y la mentira, dónde radica el verdadero valor, el sentido de la amistad, la nobleza de sentimientos, los remordimientos...
Tom Sawyer es la novela que mejor retrata el espíritu de un niño, no hay más que decir.
Y esta película de Norman Taurog (todavía no he visto la anterior de Cromwell) a pesar de sus 77 minutos (una pena que sea tan corta) es la que más procura reflejar casi todos los episodios significativos de la novela, comprimiéndola mucho eso sí, lo que le resta a menudo el dramatismo implícito en ella resultando un poco esquemática. De un episodio se pasa a otro, de manera rápida, veloz. Un ejercicio de síntesis admirable pero que yo en este caso hubiera deseado mucho más que la cinta se hubiera ido a las tres horas si hacía falta. La brevedad de su metraje a esta historia no le beneficia en nada.
Tampoco los niños actúan muy bien, ya lo siento. Sé que es difícil obtener grandes actuaciones de niños tan pequeños pero en una cinta como ésta se deberían de haber preocupado mucho más en tratar de obtener una buena interpretación de ellos. Que son los protagonistas, !coño!. Aunque tampoco sé si son los más adecuados para sus papeles. A Huck casi lo dejan de lado. A Jim también. Becky actúa fatal. Sid tampoco me convence..., no sé. May Robson hace una buena tía Polly, Walter Brennan está muy bien en la piel de Muff Potter aunque también le han despojado de mucho dramatismo a su personaje no sé por qué. En la novela, Potter era un personaje mucho, mucho, más conmovedor. Víctor Jory inquietante...Los adultos en general lo hacen muy bien. Y la escenificación de todos los episodios sí es realmente magnífica. La escena del juicio, la cueva terrorífica, la valla... También me fastidia un poco el asunto del tesoro, también me resulta precipitado. Creo que es lo que más lamento en esta peli. Esos 77 minutos aquí no le hacen ningún bien.
En fin que esta historia siempre se va a llevar buena nota por mi parte pero porque es una de mis novelas favoritas y Taurog hace una traslación bastante digna y fiel de ella. Y yo no podría darle a Tom mala nota casi ni aunque me lo presentaran en una versión actual gore zombie de instituto (bueno, en ese caso sí). Disfrútenla. !La historia es tan grande!
Izeta
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7
18 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé de un amigo que trabajaba como cajero en un banco, allá por los 90, cuando la pasta aun se medía en pesetas, que nos contó que uno de los días que tocaba inspección y uno de esos adustos señores se disponía a comprobar la caja, mi amigo le señaló que el arqueo del día le había salido exacto. Cuando el inspector realizó las cuentas a su vez, volviéndose hacia él con rostro circunspecto, le hizo notar con voz severa que faltaba una peseta, queriendo así reprocharle sutilmente que no le correspondía a él aplicar ningún redondeo en la suma, por ínfima que esta fuera.
Seguramente mi amigo había ido a pinchar en un auténtico hueso y no creo que la mayoría de inspectores de bancos funcionasen así, ni muchísimo menos, pero me ha parecido que la anécdota viene bien para ilustrar el lío en el que se puede ver metido un trabajador de esos, si al final de su jornada el balance de sus cuentas le presenta un déficit de...!50000 dólares de la época!.

Claro que, en los años en que transcurre esta película, las medidas de seguridad de los bancos eran de risa. Ignoro totalmente si las inspecciones de los grandes bancos se realizaban así, tal y como las vemos aquí. !Madre mía!. !Si más que una jornada de inspección esto parece la toma de La Bastilla por parte de la chusma enfervorizada o El Corte Inglés en su primer día de rebajas!.
Normal que el caco se cuele tan ricamente por ahí como Pedro por su casa. ¿Lo veis Bonnie and Clyde y compañía?. !Tomad ejemplo!. !Si no os hacía falta hacer tanto ruido!.

El caso es que a nuestro humilde cajero (Barry Sullivan) no le salen las cuentas y el lunes cuando hable con su director comenzará su calvario, vía crucis personal. Sus superiores echarán chispas, la policía le someterá a un humillante interrogatorio y !atención!, el detective de la compañía de seguros del banco (Charles McGraw) se tomará tan a pecho el asunto (ni que el dinero fuera suyo !por Dios!) que se convertirá en su mayor pesadilla, acosándole, persiguiéndole, amenazándole y convirtiendo al fin su vida en un infierno, convencido de que es culpable y de que sabe dónde se encuentra el dinero.

Creo que es esta campaña de acoso sin tregua lo que hace que este film consiga enfervorizar realmente al espectador. McGraw resulta un personaje realmente viscoso, despreciable e intratable. No atiende a ningún razonamiento, ni siquiera de la propia policía, mucho más equilibrada, quienes al cabo de un tiempo no tendrán más remedio que dejarle libre por falta de pruebas.
No así el detective. Resuelto a hacer ahorrar a su compañía el abono de la póliza y no queriendo contemplar ninguna otra posibilidad, fuera de la culpabilidad del empleado, empleará toda clase de artimañas sucias y rastreras para hacerle caer. Sullivan tendrá que espabilarse si no quiere acabar en la mierda hecho un trapo.

Hay otros personajes en esta historia a destacar. Dorothy Malone encarna aquí a la leal esposa de Sullivan. No hace de mala en esta historia no, ese papel se le reserva a una despampanante rubita Mary Beth Hughes que aguantar, aguanta lo que le echen sólo si hay pasta de por medio. Don Beddoe, por su parte, realiza muy bien también su papel. El hombrecillo medio y gris que se mete en berenjenales por atreverse a soñar por encima de sus posibilidades. Un joven Don Haggerty, Richard Reeves y unos cuantos más completan el reparto de esta modesta historia que transmite muy bien el nerviosismo al espectador lo que la eleva por encima de las de su clase, si bien un final en exceso convencional y poco imaginativo nos resulta poca cosa para lo que habíamos estado sintiendo hasta entonces. Y es que, aquí, el verdadero villano es MacGraw y los responsables no parecen haberse enterado de eso.
Izeta
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