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España España · Jaén
Críticas de JACHi
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Críticas 462
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
29 de mayo de 2018
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía la creencia de que esta película gozaba de un más feliz recuerdo en el imaginario de la gente, y por eso me ha sorprendido ver que no había críticas redactadas acerca de OPERACIóN CHULETA DE TERNERA y que pocos usuarios la habían votado, y además no muy bien.

Según leo, a España llegó después de la gran obra mítica del director Jean-Marie Poiré, la nunca suficientemente estimada LOS VISITANTES, y quizás por esto no entusiasmó tanto. Porque ese humor frenético, ese montaje aceleradísimo, esas situaciones locas e inesperadas ya nos habían partido la caja de risa en el 93 (aquí, un afortunado la vio en el cine).

Pues recién descubierta la primera de las colaboraciones Jean Reno-Christian Clavier, yo digo que esta peli es muy divertida y tiene unas escenas de acción bastante solventes. Todo se va desmadrando conforme avanza la trama, pero también es un poco el recurso pretendido (creo yo), muy a lo EL MUNDO ESTÁ LOCO, LOCO, LOCO. Así que si sois de los que se estresan ante demasiada información llegando a gran velocidad, y de los que prefieren un tipo de comedia más pausada y sosegada, seguramente no disfrutéis de esta olvidada perlita francesa.
JACHi
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1
13 de marzo de 2018
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
55 minutos. Eso ha sido lo máximo que mi páncreas ha soportado. No ha dado más de sí. 55 de 120. Ni media película. En esas está Ridley ahora (bueno, ahora y desde hace...).

Veréis , hay guiones que en vez de limitarse a narrar, o a contar, o a plasmar unos determinados diálogos sin más, en pos de alcanzar una buena historia bien cerrada, resulta que se obcecan en ser excepcional, jodida, inefable e increíblemente inteligentes. Buscan palabras guays, conversaciones rebuscadas y sofisticadas, golpes de humor ultra-geniales... en fin, salen al ruedo emulando a Shakespeare siglo XXI. O mejor dicho, intentándolo desesperadamente.

Eso me agobia. Especialmente cuando noto yo (por mi intuición, por mis tiros dados, etc) que aquello de lo que está hablando el director, o el guionista, como que les es muy ajeno. Vamos, que se ve a la legua que no tienen ni pajolera idea del tema en cuestión. Pero aún así lo tratan con chulería, con seguridad en ellos mismos, adornándose, dándose una importancia que no se han ganado. Esto sucede mucho con los directores viejunos, no sólo con Ridley. Martin, Steven, Zemeckis y otros de aquella excelente generación, continúan empeñados (con bastante derecho, hay que decir) en seguir contando historias que les atraen, pero que indudablemente no conocen bien, y no se han tomado la ardua molestia de documentarse como es debido. Y cuando un señor de setenta y pico años se pone la gorra para atrás, se intenta marcar un rap, y se pone a dirigir como cuando tenía cuarenta... da lache.

¿Que qué es el lache? Significa vergüenza ajena. Bochornillo al ver a otro hacer el ridículo. Me pasó cuando vi EL VUELO (FLIGHT), o EL PUENTE DE LOS ESPíAS, o por supuestísimo EL LOBO DE WALL STREET.
¿Y sabéis cuándo no me ha pasado? Pues cuando vi QUÉ BELLO ES VIVIR, LA CHAQUETA METÁLICA, TIERRAS DE PENUMBRA, BLACK HAWK DERRIBADO (pa que veáis que no es inquina personal), THIRTEEN, o -ya que estamos con el tema de los robos & atracos- TARDE DE PERROS. Son meros ejemplos de películas que, simplemente, conocen el tema que tratan: la guerra de Vietnam, los problemas de la adolescencia, el mundo de un escritor solitario...

Sir Ridley no conoce el mundo de la delincuencia. Ni de las estafas, o de los robos. Y se nota.
Sir Ridley no conoce a ninguna niña de catorce años, ni sabe cómo se comportan. Y se nota.
Sir Ridley es un director de efectos especiales, y de fotografías chulas. Pero ni maneja bien el montaje, ni por supuesto las tramas. La edición de LOS IMPOSTORES es horrorosa. Es estresante e inapropiada.

Los actores parecen haberse dirigido a sí mismos (¿de verdad alguien ve al abuelete levantando el culo de su silla de director, dentro del combo, para corregir a un actor? Lo dudo). Y Nicolas Cage está desatado hasta un extremo risible y patético. ¿Que sobreactúa en GHOST RIDER, o en FACE-OFF? ¡JAAAAAAAAAAAA! Vosotros no habéis visto esto. Esto es innombrable.

Sam Rockwell se limita a no cagarla en su trepa hacia el recientemente obtenido Oscar.

Y la Alison Lohman... Madre mía. Una actriz de 24 interpretando a una niña de 14, en fin, traguemos. Lo que no me trago es que sea hiperactiva, hable con la boca llena y sólo coma pizza, levante los brazos como una subnormal cuando se alegra, abra tantísimo la boca, y llore desconsoladamente cuando su padre al que conoce desde hace tres días le riñe. Yo, al contrario que Ridley Scott, sí conozco a muchas adolescentes en la edad del pavo. No. No actúan así. Desde luego que no. Así ha leído, o se ha imaginado Ridley, que puede ser un personaje femenino en la pubertad. Y que eso le dará mucho juego al argumento, y mucha vidilla.

Para mí no ha dado juego. Ha dado falsedad. Y la odio.

Peli de robos fallida.
Comedia fallidísima.
Película catastrófica e insoportable.

Eso sin entrar en lo que han llegado a repelerme las películas que ponen a ladrones miserables de buenos. Qué moda tan nefasta.
JACHi
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El príncipe Valiente (Serie de TV)
SerieAnimación
Estados Unidos1991
5,3
559
Animación
7
7 de marzo de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie no gozaba del mejor trazado, ni del mejor coloreado.
Tampoco hacía gala de una gran animación.
Ha sido olvidada por la mayoría de los que vimos aquellos primeros episodios en Televisión Española, allá por la época del Rescate del Talismán y Los osos Gummi (muy mágicos aquellos tiempos televisivos).

Pero hay algo en lo que LA LEYENDA DEL PRíNCIPE VALIENTE superaba a todas las demás series de animación del momento, o del futuro.

Y era la “intro”, el “opening”, el (como le decíamos nosotros y se entendía perfectamente) “empezar”. Ese ‘Where the truth lies’, el tema más épico, inolvidable y lleno de magia jamás compuesto para unos dibujos animados, para cualquier programa de T.V., para cualquier obra audiovisual, o para lo que sea. Era un jodido himno. Bueno, para mí, lo sigue siendo.

Sólo ver comenzar la serie, ya era casi obligado quedarse a ver el capítulo entero. ¿Y qué contenía dicho capítulo? Pues veréis, la serie evoluciona, y está claro que de buscar un público infantil al principio pasa a algo de más enjundia, más juvenil, conforme avanza la historia. Con decir que en el segundo episodio aparece un dinosaurio (¡sí, un dino, como os lo cuento!). Pero pronto la trama opta por el camino “realista/histórico”, y la magia y la fantasía –que están presentes, en cierta forma- pasan a segundo plano.

Yo he tenido la suerte de revisionarla de grande (¡los 65 episodios, incluyendo los que no se emitieron en su día!) y la palabra con que yo resumiría mis impresiones es: Educativa.

Yo no tengo hijos (y a este paso...), pero si eres un padre de los que creciste en los ’80 con críos chicos, te recomiendo fervientemente que se la pongas. El lenguaje es entendible, pero no para tontos; las tramas son más o menos complejas pero no demasiado rebuscadas (salvo en los últimos capítulos, en que la cosa se pone chunga para Camelot).

Y lo más importante. Estos dibujos poseen VALORES. Y no me voy a poner en plan “es que lo que hay ahora esto, aquello...”, bah. Cada época tiene sus códigos, supongo. Pero lo que sí veo es que los dibujos animados actuales tiran demasiado de absurdo, de fantasía loca por fantasía loca, sin otro fin que el de entretener. Lo cual está muy bien, pero eso es algo que yo he demandado ya más de mayor.

¿Qué pasa con esos dibujos en que los personajes demuestran sentimientos? Sentimientos cotidianos, palpables, creíbles... cercanos al mundo de un niño. Valiente, Rowanne y Arn se apiadan, se enfadan, se asustan, se ofenden, se alegran, se divierten, se desilusionan... Se les rompe el corazón, o se les hincha de felicidad. Interactúan. El inicio de sus aventuras es el inicio de su educación emocional. Lo cierto es que EL PRíNCIPE VALIENTE es un maravilloso juego de rol en el que podemos sentirnos identificados con Valiente (el más ambicioso y decidido, pero también el más imprudente), con Arn (el más acomplejado y humilde, pero también el más entrañable) o con Rowanne (la más soñadora y temperamental). Arturo, Merlín, Bryant, Gawayn o Ginebra son los adultos, los “amos de la mazmorra” que nos guían en esta gesta.

¿Y qué nos enseña PRíNCIPE VALIENTE acerca de Camelot, probablemente la lección esencial de toda esta historia?
Que es un sueño. Un sueño alcanzable, pero extremadamente frágil, duro de lograr y más aún de mantener. Blanco de las envidias y de los ataques de los malvados (sí, estos dibujos nos enseñan que hay gente mala), y algo imposible para los cobardes, los débiles y los perezosos. Decidme si no es importante que un niño aprenda eso.

(Sigo en spoiler.)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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2
3 de marzo de 2018
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de entrar en harina... de otro costal (¿qué es un costal?), dejadme deciros que yo tengo una regla de cuando me repanchingo en el sillón de estar a gusto, Coca-Cola en mano y patatuelas en la mesa. Si enciendo la tele y, en el transcurso del consabido zapping, aparece la cara de Nicolas Cage, mi regla es que tengo que ver la película hasta el final. SEA LA QUE SEA. No sé por qué me ha venido esto, pero creo que tiene que ver con el hype asesino que padece el “mediano” de los Coppola (y por cierto, mi favorito) desde hace un tiempecillo. Como rascando tan sólo un poquitín, se descubre que los perpetradores de dicha ola son gente muy tonta, e iletrada, e incluso podemita, pues no puedo más que ir a contracorriente (una vez más) y cantar las alabanzas de este impresionante actor. Del que digo más, ya ‘actor’ es una palabra que se le ha quedado pequeña. Pues yo le considero a mucha honra ‘HOMBRE DE CINE’.

Veréis, yo admiro enormemente a los actores que no paran de hacer cosas. Pelis, series, cortos, anuncios, documentales, televisión, u lo que sea. De los que jamás dicen “NO”, vaya. Nicolas tiene cerca de noventa películas, ¡¡¡90!!!, y su carrera dio comienzo hace treinta y cinco años escasos. Lo siento pero no puedo evitar la genuflexión ante estos números. Y que siga haciendo pelis como churros (a razón de cinco por año) hace que le adore todavía más. ¡Y que la mitad de lo que haga se considera Serie-B me entusiasma más aún!

Resulta que hay otro tipo de actor que me interesa muchísimo menos. Vamos, inversamente proporcional a las babas que provoca en el vulgo idiota, sujetos del estilo de Daniel Day-Lewis. “Oh, miradme, uuuuu, sólo elijo papeles que me aporten, y que me hagan brillar, uaoooo”. Empezó antes que Nicolas Cage, y llevará veinte largometrajes a lo mejor. En mi baremo (y mi baremo mola que te cagas) Nicolas gana por obscena goleada. No os extrañe que una de las personas que más admire (y envidie) del mundo sea nuestro compatriota Antonio Mayans, cuyos créditos andan cerca de ¡¡¡Los doscientos!!! cuando le queda poco para cumplir ochenta añazos, y dio sus primeros pasos en REY DE REYES (1961). Y no tiene ganas de parar.

Aclarado mi des-odio por el sobrino de Francis Ford, entremos en materia:

(sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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4
15 de febrero de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al fin lo he logrado. Me dije ‘Eh, no puedo verme todas y cada una de las películas que se han hecho sobre Jane Eyre... ¡sin leerme el libro!’ Y conociéndome como alguien de lectura aletargada, no puedo dejar de expresar entusiasmo al haber concluído la tarea de desentrañar concienzudamente a este importantísimo personaje.

Y aunque el nombre de C. Brontë suene menos en el imaginario colectivo de la gente que, por poner un ejemplo, el de Jane Austen, o que se cite como precursores de la literatura “feminista” a obras como ‘Casa de muñecas’ o ‘Una habitación propia’, yo desde aquí señalo a Jane Eyre como una figura mucho más reivindicable. Y lo digo tanto a nivel artístico, como más... político.

Veréis, todo lo que he visto (en cine, se entiende) basado en la prosa de Jane Austen me ha parecido de un romanticismo pegajoso y plomizo. Las EMMA y los ORGULLO Y PREJUICIO para mí siempre van de “La señorita McPicket no ha aceptado la invitación del señor Andrewtonn para tomar el té en Greenwood, ¡oh cómo se atreve!”. Básicamente. Líos y enredos aristocrático-burgueses, de gente que en vez de estudiar, formarse, hacer cosas por los demás, etc, lo único que les preocupa en la vida es seducir a damiselas y a caballeritos mediante juegos elegantemente sofisticados. Creo que es puro entretenimiento cortesano. Y a estas alturas, casposo.

Sin embargo, en JANE EYRE suceden cosas. Cosas atemporales, universales, comunes. Afianzamiento de la personalidad propia, madurez, lucha por la dignidad, gestión de los sentimientos, amor, desamor, nostalgia, pérdida... Y por supuesto, búsqueda de la felicidad. Y de la libertad. Porque, en efecto, Jane desea por encima de todo, decidir sobre su propio destino. Y no fastidéis, si en 1847 a una muchacha huérfana, sin propiedades ni título de ninguna clase, y ni tan siquiera belleza física se le ocurre decir al mundo ‘Quiero decidir por mí misma’, dejadme de Casas de muñecas y de Colores púrpura, porque Charlotte os lleva ventaja. Que Jane (ALERTA DE ‘spoiler’) rechace la propuesta de Rochester de ser su amante secreta a cambio de manutención y ciertas riquezas, cuando cualquier chica pobre del XIX habría visto tal proposición como una lotería, convierte a la invención de la Brontë en una auténtica mujer adelantada un siglo a su tiempo.

No me parece nada casual que tanto la obra que nos ocupa, como la perteneciente a la hermana de la autora, ‘Cumbres borrascosas’, sean las novelas con más versiones cinematográficas que hay. No se centran en un hecho, en un acontecimiento aislado... No. Se centran en UN personaje. Un personaje que siente, que reflexiona, que tiene problemas, que tiene dudas... que es real. Y la naturaleza del ser humano es empática. Deseamos que otros comprendan y compartan nuestras alegrías, pero sobre todo nuestros pesares. E inconscientemente, somos capaces de asimilar los de otras personas. Nos ayuda a sufrir menos. Por eso mucha gente ríe cuando a alguien le ocurre algo gracioso en la pantalla. Y por eso, mucha gente llora cuando ve sufrir a otros en la pantalla. Sencillo, ¿no? Somos sensibles. Mucho más sensibles a que una pobre niña sin padres sea maltratada por familiares crueles y por instituciones frías, que a la Señorita Bennet siendo desairada por el Señor Darcy en el transcurso de una velada en Derbyshire.

En ‘spoiler’, os hablo de cada una de las versiones del libro llevadas al cine (empieza aquí por espacio):

1934__La más floja, principalmente por temas presupuestarios. El elenco lo formaban actores abocados casi siempre a la serie B, y en definitiva, se trata de una producción muy menor, de poca talla y profundidad. Pero se trata de la primera vez que la novela es llevada a la gran pantalla de manera “oficial” (según parece, existen versiones mudas difícilmente encontrables), de modo que es grato el intento.

1943__Bajo el título en español de ALMA REBELDE, contaba con las grandes estrellas Joan Fontaine y Orson Welles, y el guión nada menos que de Aldous Huxley. Posee una fotografía en blanco y negro maravillosa, oscura y poética, y una dirección excepcional. Pese a durar poco más de hora y media (y por tanto, verse obligada a saltarse pasajes importantes de la novela), yo la considero mi preferida. Es todo un clásico del cine.

1970__Esta es una TV movie cuya mayor virtud es la contar en su reparto con el gran George C. Scott haciendo de Rochester, y también de ser la primera versión en color (y también la primera en producirse en el Reino Unido), aunque no es demasiado destacable en otros aspectos. Aquí, Jane era encarnada por Susannah York, a quien vimos sufrir (más) penalidades en DANZAD, DANZAD MALDITOS.

1973__Aunque no cuente con ficha en ‘filmaffinity’, esta mini-serie producida por la BBC me ha resultado muy interesante. Es bastante respetuosa al texto literal, hasta el punto de que los pensamientos de Jane son plasmados en las escenas en tiempo real, entremezclados con los diálogos. A nivel de presupuesto, todavía nos hallamos ante una producción humilde, en la cual los intérpretes británicos (y por tanto, eficaces) Sorcha Cusack y Michael Jayston no brillan, pero sí cumplen.

1983__De nuevo una serie de la BBC, esta vez, con Timothy Dalton (quien participó en otra película “Brontë”, al ser HeathCliff en la CUMBRES BORRASCOSAS de 1970). Aquí tenemos una teleserie muy disfrutable dividida en once episodios (que podréis encontrar en ‘youtube’, por cierto), en la que yo rescato el hecho de ser la primera versión que es fiel en un detalle importante y hasta ahora ignorado, conforme a la versión impresa. Y es que la actriz Zelah Clarke (desconocida fuera de la pequeña pantalla anglosajona) es la primera Jane Eyre que NO ES GUAPA. A ver, la pobre tampoco es que sea un callo malayo, pero desde luego la novela hace hincapié reiteradamente en que la joven no destaca por su hermosura facial exterior, aunque sí dice que posee “algo” enigmático o incluso mágico en su expresión, que la hace especial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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