Era cuestión de tiempo que se filmara esta segunda parte ya que su predecesora obtuvo gran éxtito de taquilla. Este negocio de rodar secuelas reporta grandes beneficios a las productoras porque por un lado no se tienen que calentar los cascos ideando nuevas tramas y por otro porque saben que por muy mala que sea la nueva película van a volver a ganar mucha pasta.

Nada nuevo se respira en el hotelito de Eslovaquia. Sustituimos a los chicos de la primera por dos tías buenorras y su amiga la tonta y a la marcha; todo lo demás lo mismo: serrar, cortar, pinchar, trepanar, deglutir y demás ingenios del bricolaje del gore.

Una tercera parte ya no se podría soportar pero me temo que si la peli rompe en taquilla vamos a tener tantos "hostels" como "saws"... O sea, sendos coñazos de casquería gratuita que alimentarán mentes adolescentes con ideas poco o nada afortunadas.