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Voto de Chagolate con churros:
8
Fantástico. Aventuras. Drama Adaptación de un cuento para niños de Maurice Sendak. Cuando Max, un niño desobediente, es enviado a la cama sin cenar, se zambulle en un mundo imaginario creado por él y que está poblado por feroces criaturas que le obedecen ciegamente. (FILMAFFINITY)
22 de diciembre de 2009
52 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
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MAX---------------------------------------|

No sólo de niños viven los sueños. Aunque Jonze los use en este ejercicio por cuestiones prácticas de afecto. Lo cierto es que los sueños viven en cada uno de nosotros. No los noctívagos sino los conscientes. Y existe, hasta una regla de tres: a mayor descontento, mayor capacidad para crear los sueños. Cuanto más inadaptado, mayor facilidad para hilvanar historias no reales. Ergo... cuanto más adulto, más facilidad para crear fantasía. Empero, son los niños los reyes de los sueños. ¿Alguien lo entiende? Vayamos donde habitan los monstruos. Quizá alguien nos los pueda aclarar.

El poder de lo onírico se basa en que es una metáfora de lo que nos toca vivir. De ahí todas las interpretaciones e interpretadores de sueños. O eso dicen. Para mí, el poder onírico viene de su capacidad sugestiva. Quizá por ello, el cine sugestivo lo disfruto tanto.

Creo que son diez los minutos maestros que existen en esta película. Hacía casi un año, que en una sala de cine no sentía el poder de los 24 fotogramas por segundo. También era el inicio de una película. Y también era de monstruos o inadaptados de una sociedad. También usaban disfraces (para esconderse del mundo hostil). Luego Jonze nos lleva a su mundo (que puede ser reiterativo, algo machacón al no querer avanzar), pero nos ha dejado un epílogo donde suelen ir los prólogos. Y es que su inicio, de prólogo no tiene nada porque la presentación de Max es una lucha por seguir viviendo. A su manera, claro.

Entonces me tiran de una media. Poquito a poco. ¡Sigo aquí! Me dicen. ¡Hablame! Me reclaman. ¡Escuchame! Me ordenan.

Oye, una lágrima resbala por mi mejilla. Para que luego digan que no soy sentimental.

¿Es que no notas la desidia, las envidias, los temores, los deseos perdidos o encontrados? ¿Es que no oyes golpear la puerta cada vez que caes defraudado? Son los monstruos que viene a por ti. A coronarte rey de tu propio mundo. De tus propias fantasías, de tus sueños olvidados...

Y sigues siendo tú.
Chagolate con churros
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