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Voto de Chagolate con churros:
7
Cine negro. Thriller. Drama Julien Tavernier, héroe de la guerra de Indochina, trabaja para el industrial Simon Carala, y es el amante de su esposa, Florence. Para poder vivir juntos, los amantes deciden matar al marido de modo que parezca un suicidio, pero ocurre algo que no estaba previsto... (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2009
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encuentro que las dos historias que aporta la atrevida película de Louis Malle no llegan a meta con la sintonía que debieran. Existe pues, una bifurcación que impide catalogar a la película como una unidad, como una totalidad cohesionada de las pequeñas historias que cada protagonista tiene en la oscura noche parisina. Oscura y sonora (porque a día de hoy no se concibe París sin las bocinas policíacas).

Por un lado tenemos la solitaria Jeanne Moreau. Ella camina intranquila por los bulevares, con una cara (como se dice) cinematográfica que Malle capta desde casi todos los ángulos. Esta es la historia del crimen perfecto. Por un lado Julian Tavernier (Maurice Ronet) y por el otro Florette (Jeanne Moreau) con quien abre la película en un interesante inicio telefónico. Nunca llegan a compartir escena pero siempre los sentimos que caminan juntos. Cinematográficamente es perfecta. Mantiene un pulso envidiable y no sólo sentimos tensión con el encierro de Ronet sino que los espacios abiertos por donde circula Moreau también se nos achican al sentir la ansiedad de Florette. Ahora bien, si exceptuamos la portentosa música de Miles Davis que acompaña a la historia, esta película diremos que “peca” de academicista. Y ello, en el contexto histórico de “Ascensor para el cadalso” me imagino que sería casi insultante para los franceses. Aquí entra la bifurcación. Muchos espectadores se quejan del montaje, pero más que del montaje cuyos errores de raccord son, me imagino, premeditados y no molestan, el equívoco de Malle es querer contentar a la otra parte: aquella cercana a la nueva ola. Esto es el crimen imperfecto.

Entran en escena una pareja de jóvenes amantes y no se si pretendido a no, las similitudes con “Al final de la escapada” (Jean-Luc Godard, 1960) son excesivas. En ambas películas la escapada parece improbable y en ambas películas los primeros planos parecen excesivos. Si además sumamos que la escena en la casa de la florista guarda muchas semejanzas a una escena en “Al final de la escapada” y que ambas películas pasan por ciertos momentos de road movie con el único objetivo de filmar metros por filmar, a Malle parece que se le está escapando el fabuloso nudo argumental de la historia principal. Añadan la falta de credibilidad en los comportamientos de ambos jóvenes que igual pueden decidir delinquir como suicidarse con tremenda rapidez y entenderán porque “Ascensor para el cadalso” es una película imperfecta sólo porque así lo quiso su director.
Chagolate con churros
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