Media votos
6,4
Votos
1.199
Críticas
135
Listas
5
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Sus críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Pluscuamperfecto:
2
5,1
1.506
Drama
María Galera (Olivia Molina), una joven de 20 años, se enamora de Rashid (Rafael Rojas), un afgano que trabaja con ella. Por él renuncia a su estilo de vida, se convierte al Islam y acaba acatando el régimen talibán al que está sometido el país de Rashid. Al casarse, la pareja se va a vivir a Afganistán, y allí María da a luz a su primer hijo. Pese a querer volver a Madrid para que su padre (José Sancho) conozca al pequeño, María decide ... [+]
2 de diciembre de 2009
22 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nosotros los españoles, que somos tan abiertos al mundo y evolucionados, nos permitimos revisar y juzgar las culturas extrañas (lo cuál no está mal desde un punto de vista racional o experimental), resaltando, eso sí, todas las bajezas posibles del entorno extraño para realzarnos como la enésima potencia del desarrollo (eso sí que está muy mal).
Que el extremismo islámico existe no puede negarlo nadie. Que en ocasiones deviene en su faceta más agresiva, el terrorismo (internacional en nuestros días, pero que existió muchas, muchas décadas atrás aunque a nadie le importase hasta la llegada del 11 S). Que el Islam tratado con excesivo rigor (nadie debería defender ciertas ideas referentes a siglos pasados, donde el contexto social era bien distinto), provoca efectos devastadores en la mujer (y por ende, a homosexuales, etc), y demás colectivos que podríamos denominar aquí "débiles" (disculpad esta categoría), no es nada nuevo y además ha sido tratado infinitamente mejor en otros productos.
Si queremos abordar el tema del extremismo islámico, ¿no sería mejor enfocarlo desde un punto de vista analítico, ahondar, y no interesarse por la mera escena concreta? ¿No le corresponde este objetivo a realizadores y directores de documentales o programas de investigación, en vez de a un telefilme de A3?
A3, fiel a sus patrones e ideales conservadores, nos propone entrar de lleno en un mundo donde a una chica, una pobrecilla española que se ha casado con un hombre que profesa el islam y termina por viajar a las tierras de él, la patean por enseñar el rostro, por leer un libro, la chillan por casi cada cosa que hace, la humillan incesantemente, pero ella es fuerte, fuerte, y lo supera todo con entereza, porque tiene unos principios evolucionados, como buena española que es. Deja bien claro a su marido que sus nenes son suyos y de nadie más, y que ni se le ocurra adentrarles en el mundo del Islam. Además, su buena familia, desde España, tratará de ayudarla enviándola el libro de familia para que pueda regresar. ¿Por qué? Pues porque los moros son tan chorizos que, en un control policial, la propia policía les ha robado todo. Tsk, tsk, qué mal... cómo pueden pasar estas cosas. El caso es que ella sigue fuertota, y defiende a sus hijos. Pero estos hijos de puta de musulmanes, cuando está ella convaleciente por el último parto, le quitan al nene y le cincundan. Ella llora. Plano de su sufrimiento. Qué hijos de puta soooon...
Sigo en el Spoiler por falta de espacio.
Que el extremismo islámico existe no puede negarlo nadie. Que en ocasiones deviene en su faceta más agresiva, el terrorismo (internacional en nuestros días, pero que existió muchas, muchas décadas atrás aunque a nadie le importase hasta la llegada del 11 S). Que el Islam tratado con excesivo rigor (nadie debería defender ciertas ideas referentes a siglos pasados, donde el contexto social era bien distinto), provoca efectos devastadores en la mujer (y por ende, a homosexuales, etc), y demás colectivos que podríamos denominar aquí "débiles" (disculpad esta categoría), no es nada nuevo y además ha sido tratado infinitamente mejor en otros productos.
Si queremos abordar el tema del extremismo islámico, ¿no sería mejor enfocarlo desde un punto de vista analítico, ahondar, y no interesarse por la mera escena concreta? ¿No le corresponde este objetivo a realizadores y directores de documentales o programas de investigación, en vez de a un telefilme de A3?
A3, fiel a sus patrones e ideales conservadores, nos propone entrar de lleno en un mundo donde a una chica, una pobrecilla española que se ha casado con un hombre que profesa el islam y termina por viajar a las tierras de él, la patean por enseñar el rostro, por leer un libro, la chillan por casi cada cosa que hace, la humillan incesantemente, pero ella es fuerte, fuerte, y lo supera todo con entereza, porque tiene unos principios evolucionados, como buena española que es. Deja bien claro a su marido que sus nenes son suyos y de nadie más, y que ni se le ocurra adentrarles en el mundo del Islam. Además, su buena familia, desde España, tratará de ayudarla enviándola el libro de familia para que pueda regresar. ¿Por qué? Pues porque los moros son tan chorizos que, en un control policial, la propia policía les ha robado todo. Tsk, tsk, qué mal... cómo pueden pasar estas cosas. El caso es que ella sigue fuertota, y defiende a sus hijos. Pero estos hijos de puta de musulmanes, cuando está ella convaleciente por el último parto, le quitan al nene y le cincundan. Ella llora. Plano de su sufrimiento. Qué hijos de puta soooon...
Sigo en el Spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Todo un compendio inabarcable de acontecimientos que demuestran que el mundo árabe, más allá de su incursión en él, no merece ni la más mínima consideración, todos son así de radicales, agresivos, destructores, y constantemente andan pegándose tiros por la ciudad. No obstante, como Manuel Estudillo es muy listo, nos mete con calzador la figura del "árabe bueno". El árabe bueno en el fondo no pertenece a su país, aunque lo tenga estima, sino que reconoce la superioridad de España (moral, que no tecnológica o económica), se da cuenta de lo degenerados que son sus paisanos, y quiere que su chica e hijos regresen a España.
Lo mejor de todo es que el marido está interpretado por ¡Rafael Rojas! Este nombre no me suena mucho a musulmán... es como cuando uno era niño e iba a ver a los Reyes Magos, y a Baltasar se le caía la pintura de la cara a chorros por los focos de luz... Por no hablar de su acento musulmán, irrisorio.
Además, nos encontramos aquí ante la fábula del mundo idealizado, del sueño dorado, de la última coca cola, del país por antonomasia avanzado, del desarrollo más absoluto. Y no, no es Noruega, no es Finlandia. Es ESPAIN! Sin duda, un país donde en la época de nuestros abuelos las mujeres en los pueblos iban de negro y casi tan tapadas como las afganas con sus burkas.
Es comprensible que se critique todo tipo de radicalismo e ideas absolutas, cerradas, intratables, severas. Pero no a través del filtro de nuestra preponderancia occidental, mitificando algunos aspectos importantes. Cualquiera que vea Un Burka por Amor siente poco después deseos de expulsar a todos los árabes que se encuentren en la península. Y que generen esa sensación en uno a las puertas del 2010 es sencillamente vergonzoso. Repulsivo, tanto como las prácticas y actitudes extremas de tantos y tantos pueblos, incluido el nuestro (echad un vistazo a nuestras tradiciones y algunas de nuestras fiestas).
Esta película es un lavado de cerebro, vosotros veréis. No es recomendable para personas inclinadas a dejarse llevar por primeras impresiones. Juzgadme ahora.
Lo mejor de todo es que el marido está interpretado por ¡Rafael Rojas! Este nombre no me suena mucho a musulmán... es como cuando uno era niño e iba a ver a los Reyes Magos, y a Baltasar se le caía la pintura de la cara a chorros por los focos de luz... Por no hablar de su acento musulmán, irrisorio.
Además, nos encontramos aquí ante la fábula del mundo idealizado, del sueño dorado, de la última coca cola, del país por antonomasia avanzado, del desarrollo más absoluto. Y no, no es Noruega, no es Finlandia. Es ESPAIN! Sin duda, un país donde en la época de nuestros abuelos las mujeres en los pueblos iban de negro y casi tan tapadas como las afganas con sus burkas.
Es comprensible que se critique todo tipo de radicalismo e ideas absolutas, cerradas, intratables, severas. Pero no a través del filtro de nuestra preponderancia occidental, mitificando algunos aspectos importantes. Cualquiera que vea Un Burka por Amor siente poco después deseos de expulsar a todos los árabes que se encuentren en la península. Y que generen esa sensación en uno a las puertas del 2010 es sencillamente vergonzoso. Repulsivo, tanto como las prácticas y actitudes extremas de tantos y tantos pueblos, incluido el nuestro (echad un vistazo a nuestras tradiciones y algunas de nuestras fiestas).
Esta película es un lavado de cerebro, vosotros veréis. No es recomendable para personas inclinadas a dejarse llevar por primeras impresiones. Juzgadme ahora.