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Voto de SunshineReactor:
7
Cine negro. Intriga Ned Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, lleva una vida normal hasta que conoce a Matty Walker (Kathleen Turner), una tentadora y sensual mujer casada con un rico hombre de negocios (Richard Crenna). Ned pronto se da cuenta de que Matty es la clase de mujer por la que un hombre sería capaz de todo... (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2013
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver esta película como quien no quiere la cosa puede llevar a engaños y pensar en la primera media hora que han cometido un error, que pegaría más Richard Gere vestido de ejecutivo haciendo el panoli una vez más. Pero aparece William Hurt como un abogado molongui al que le falta la pegatina de CCOO para parecer un abogado laboralista. Siendo negado como suele serlo, se le da mejor engañar a mujeres con tics trasnochados de ligones de playa. Para eso te hemos pagado la carrera, pensará su padre en Arkansas. Forzado o no, Kathleen Turner lo va a meter en un follonaco del que ni Steven Seagal saldría de una pieza sin echar mano de la tarjeta descuento del Wal-Mart o cualquier armería del tío pepito. Turner es como un rifle de repetición con silenciador y tiene a Hurt atontado como al pollo de la tía Felisa. Es como ver a Messi regateando a Pepe y volviendo sobre sus pasos para poder hacerle un caño, correr hacia Casillas o quien diablos sea ahora el portero del Real Madrid y endiñarle un gol, o dos. A mí Messi por momentos me parece un pelín repelente, por eso me recuerda a Turner. La muchacha es rara, y Hurt es el típico perrillo chico que va todo el rato oliendo los pises de otros perros hasta que, al fin, descubre que el tesoro con el oro del moro está en los contenedores verdes.

Los secundarios son Ted Danson y Mickey Rourke, en unos papeles que parecen escritos por sus suegras o suegros. O bien querían al fin cobrar el paro o definitivamente no tenían claro que Hurt les robó las habichuelas en sus caras.

El final es abierto, está gracioso ver a Hurt haciendo el pardillo por última vez, aunque echo de menos esa frase lapidaria que pueda cerrar con perfección una película tan moralmente reprobable llena de malos rollos, desconfianza y pecados varios. La que se me viene a la cabeza es una que hubiese cambiado el mundo que ahora conocemos: una paja a tiempo lo cura todo. A ver si con el nuevo Papa se fomenta un poco el ejercicio y esta gente como el abogado Hurt se dedican a hacer cosas útiles para la sociedad en lugar de dar por saco y generarle un gasto al bolsillo de todos los contribuyentes estadounidenses.
SunshineReactor
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