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Voto de Teru10:
9
6,6
146
Thriller
Detalla de forma pormenorizada el año en el que fue asesinado el Primer Ministro israelita, Yitzhak Rabin (1922-1995) desde el punto de vista del asesino, un joven estudiante de leyes y devoto ortodoxo judío llamado Yigal Amir. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2020
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Valiente cinta del director israelí Yaron Zilberman que se desarrolla durante el fallido proceso de paz entre Israel y Palestina, en los años 90, capitaneado por Rabin y Arafat. Es la crónica del asesinato del Primer Ministro judío (Rabin) desde el punto de vista del asesino.
La película narra con sobriedad y sin complejos el proceso por el cual un joven judío ortodoxo se va radicalizando hasta el punto de cometer el magnicidio explicando, a la par, las enormes divisiones existentes en la sociedad israelí generadas por el proceso de paz.
El film es valiente porque apunta con mira telescópica al partido radical de extrema derecha presidido por Benjamín Netanyahu (en el poder actualmente y en la oposición durante el tiempo que narra la película), así como a los rabinos ultraortodoxos, a los que responsabiliza de la decisión del protagonista.
Y es que se nos deja claro desde el principio con el título: ¿Qué o quién incitó al joven a dar el paso de usar las armas para asesinar al Presidente, dinamitando así un proceso histórico de paz? ¿La familia? ¿Los amigos? ¿Los profesores de la universidad? ¿Los líderes religiosos? ¿La misma sociedad israelí cada vez más fanatizada? ¿Todo al mismo tiempo?
El director intercala con éxito en la ficción imágenes reales de archivo que, además de aportar datos para los que no conocemos en profundidad el conflicto, generan una atmósfera de veracidad que se palpa en cada escena. A esto ayuda y mucho la incontestable interpretación del protagonista, Yehuda Nahari.
Así pues, por la historia que cuenta, por cómo la cuenta, por el punto de vista que elige el director, por las interpretaciones o por el lugar de origen de la cinta puede que estemos ante una obra maestra.
La película narra con sobriedad y sin complejos el proceso por el cual un joven judío ortodoxo se va radicalizando hasta el punto de cometer el magnicidio explicando, a la par, las enormes divisiones existentes en la sociedad israelí generadas por el proceso de paz.
El film es valiente porque apunta con mira telescópica al partido radical de extrema derecha presidido por Benjamín Netanyahu (en el poder actualmente y en la oposición durante el tiempo que narra la película), así como a los rabinos ultraortodoxos, a los que responsabiliza de la decisión del protagonista.
Y es que se nos deja claro desde el principio con el título: ¿Qué o quién incitó al joven a dar el paso de usar las armas para asesinar al Presidente, dinamitando así un proceso histórico de paz? ¿La familia? ¿Los amigos? ¿Los profesores de la universidad? ¿Los líderes religiosos? ¿La misma sociedad israelí cada vez más fanatizada? ¿Todo al mismo tiempo?
El director intercala con éxito en la ficción imágenes reales de archivo que, además de aportar datos para los que no conocemos en profundidad el conflicto, generan una atmósfera de veracidad que se palpa en cada escena. A esto ayuda y mucho la incontestable interpretación del protagonista, Yehuda Nahari.
Así pues, por la historia que cuenta, por cómo la cuenta, por el punto de vista que elige el director, por las interpretaciones o por el lugar de origen de la cinta puede que estemos ante una obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Una de las pocas pegas que le pondría es que la historia finalice justo con el magnicidio, cuando habría sido interesante ver el día después: las reacciones de sus familiares y amigos cercanos, de la comunidad judía en general y de los rabinos ultraortodoxos en particular.