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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama Un matrimonio trata de superar la muerte de su hijo de cuatro años en un accidente automovilístico. Adaptación de la novela homónima ganadora del Premio Pulitzer en la categoría de drama. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tratar la pérdida de un hijo en una película exige un nivel de compromiso, y sobre todo, de sensibilidad, que no puede estar al alcance de cualquiera. Por suerte, muchos de los que hemos visto obras como En la Habitación, La decisión de Sophie, o esta Rabbit Hole, jamás hemos vivido esa pérdida, y si el mundo se comporta como debiera, jamás la viviremos. Pero hay algo en estas tres magníficas películas que deja claro que la palabra dolor se queda corta para definir esa devastadora tragedia. Dolor es sólo una palabra, y es incapaz de englobar todo lo que significa ese concepto.

Pero el cine es arte, y como arte, cuando está bien hecho, es capaz de transportarte a mundos y a sentimientos que jamás has vivido. Rabbit Hole es la prueba de ello. Hay en esta película, maravillosa película, una indudable carga de verdad, una cámara que parece asomarse a las vidas de otros, a las vidas de personas cuyas propias vidas carecen ya de importancia, después de haber presenciado el momento en que todo se derrumba, y ya nada importa.

El director John Cameron Mitchel sitúa la película desde el punto de vista de sus personajes, jamas dejando que la propia historia avance más deprisa que ellos, mimándolos y queriéndolos, dejándoles el espacio que necesitan para encontrarse a si mismos y dilucidar sus silencios; para superar, o más bien avanzar, después de esa pérdida. Su puesta en escena es como una nota sostenida, como un paréntesis en el aire o como una puerta entreabierta: la tensión, el lirismo, la calma de después de la tormenta, el estado físico y sensorial de después del choque.

Rabbit Hole es pues un sosegado y contenido drama familiar anclado en el respeto por su historia y en el amor por sus pocos personajes, definidos a la perfección. Personas que pivotan en el ajado universo de una pareja, sobre la que se ha abierto una herida que no puede cicatrizar. Aaron Eckhart vuelve a demostrar una vez más su evidente talento y su arrollador carisma. El retrato de un hombre roto, que se derrumba e incapaz de avanzar o de comprender qué hacer con el tiempo que queda por delante.

Y Nicole Kidman da una lección a todos aquellos que han dicho que la Nicole Kidman que conocíamos (Eyes Wide Shut, Los Otros, Moulin Rouge, Las Horas, Dogville, Cold Mountain, Reencarnación) ha desaparecido. Para empezar, una actriz capaz de hacer las maravillas incluidas en ese paréntesis no desaparece nunca. Y quién lo dude no tiene más que ver Rabbit Hole. El ejemplo de una interpretación matizada y repleta de pasión, en la que vemos todo lo anterior a lo que nos cuenta la propia película, los restos de una vida feliz convertida ahora en una espera, en un camino hacia ninguna parte, en un llanto ahogado, en un anhelo insuperable.
jaly
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