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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Thriller. Drama Las Vegas, 1973. Sam "Ace" Rothstein, un profesional de las apuestas, es el eficaz director de un importante casino que pertenece a un grupo de mafiosos. Su misión es controlar el funcionamiento del negocio y garantizar que la corriente de dinero que va a parar a manos de sus jefes siga fluyendo. Las Vegas es un lugar ideal para millonarios y políticos, pero es también lugar de paso de tahúres, prestamistas, traficantes de drogas y ... [+]
12 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de explorar distintos territorios y géneros con las magníficas El cabo del miedo y La edad de la Inocencia, Martin Scorsese volvió con Casino a ese universo personal de bandas, mafiosos y épicas historias entre lo familiar y lo criminal, cuyo último exponente en esas fechas había sido la extraordinaria Uno de los nuestros.

Casino no fue apreciada como la pieza maestra que es en el momento de su estreno, no sé aún muy bien por qué. Pero vista hoy, está claro que está en perfecta sintonía y altura con las grandes obras maestras del genio de Scorsese, siendo una película insólita en su estructura y planteamiento, y aprovechando una historia épica para fundir la vocación grandiosa de su trama, con los microuniversos emocionales de sus protagonistas.

Robert De Niro, tal vez en su último gran papel de lo que es el De Niro que ha pasado a la historia, es el protagonista, Sam “Ace” Rothstein, un hombre honrado en su campo que se hace de oro en la edad de oro (valga la redundancia) de Las Vegas. Muchos pululan a su alrededor, destacando Nicky Santoro (Joe Pesci, pletórico, tal vez su mejor papel), y el amor de su vida, Ginger (Sharon Stone, definitivamente, en el papel de su carrera, tan carismática y hermosa como trágica y doliente). Ellos verán cambiar Las Vegas, de lo que fue a lo que es hoy. Ellos serán el desencadenante del cambio, y todo cambio se produce debido a una gran tragedia.

Casino serviría como gran hipérbole de lo que es el cine de Scorsese. Casi 40 inolvidables temas musicales se suceden sin apenas silencio, como una sesión de DJ con gusto exquisito. Dos monólogos constantes (de De Niro y Pesci), encauzan todo el guión de una historia que no se detiene, que dispara escenas y estímulos como una metralleta. Un montaje epiléptico, convulso, hipervitaminado, dinamita cualquier concepción de ritmo a favor del apoyo a una historia operística y emotiva, de amor, de amistad, y de un estilo de vida, ilícito pero desaparecido.
jaly
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