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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
8
Western. Drama William Munny (Clint Eastwood) es un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que tiene dificultades económicas para sacar adelante a su hijos. Su única salida es hacer un último trabajo. En compañía de un viejo colega (Morgan Freeman) y de un joven inexperto (Jaimz Woolvett), Munny tendrá que matar a dos hombres que cortaron la cara a una prostituta. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese al clasicismo que respiran todas las imágenes de Sin Perdón, al anclaje que la película tiene a un género tan americano y tan arcaico como el western, a la narrativa tan tradicional que Eastwood usa en sus películas, y en especial en esta; Sin Perdón es una cinta del oeste cuyos valores van mucho más allá que los de todos los clásicos del género, una película cuyo alcance humanista va mucho más lejos de los tópicos de su ambientación y de las claves de su estilo.

Es esta la gran diferencia que marcó a la película en su estreno, que la premió con cuatro Oscars importantes (los últimos dados a un gran western, de alcance similar al que un par de años antes tuvo Bailando con Lobos), y que supuso el salto definitivo de Eastwood a la liga de los maestros, de los grandes hombres del cine de nuestro tiempo, capaz de encadenar obras maestras desde entonces del calibre de Los Puentes de Madison, Mystic River, Million Dollar Baby, Cartas de Iwo Jima o Gran Torino.

La gran diferencia que marca Sin Perdón de otras cintas de similares argumentos es la carga moral, social, humana de una historia que no habla de otra cosa que de el peso de la muerte, del asesinato, en la conciencia de un hombre común. El anti héroe que encarna Eastwood representa pues el peso de un pasado convertido en futuro, de un destino inevitable por los errores y horrores encarnados en una vida repleta de equivocaciones y pérdidas. Un argumento similar al de otra obra magna, en este caso de cine negro, como fue Atrapado por su pasado (un título español mucho más obvio que el lírico de esta), de Brian De Palma.

Se le puede achacar a Sin Perdón cierta carga rítmica, la sensación de que muchas situaciones y escenas de la cinta se alargan sin saber muy bien a dónde se dirigen, pero con el duelo final en el pueblo, el destino de los personajes queda claro. No hay perdón para ninguno de ellos, ni redención, ni un castigo verdaderamente justo. Estamos en un mundo aciago, hostil, embravecido, en el que no podemos volver atrás ni huir hacia delante con orgullo.

Sin Perdón es pues una compleja historia, mucho más mental que física, mucho más poética que realista, mucho más profunda que espectacular, en la que un hombre (y un grupo de grandes, grandísimos actores), cuentan con convicción y compromiso una de las grandes taras del ser humano: matar a un semejante.
jaly
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