Allá por 1942, cuando el franco-americano Jacques Tourneur inició su trilogía fantástica de animales y muertos que pueden adoptar la condición humana, eran más digeribles las leyendas que hablaban de estos seres míticos, causantes de atroces y misteriosos crímenes. Hoy, una historia como la de "La mujer pantera", se ve más como curiosidad que como aporte valioso del cine negro. Esto no es óbice para que ciertos escalofríos, durante la proyección, recorran nuestra columna dorsal.

Las mujeres gatas, en este caso: grandes gatas, originarias de Serbia, soportaban una maldición que seguía larvada siglos después en las hembras de aquella nacionalidad y que podía despertar si se daban las condiciones adecuadas, siendo los celos y la pasión los detonantes precisos para la explosión animal.

Entretenida esta pequeña muestra (73 min.) de lo que se dió en llamar Serie B que, como a estas alturas ya todos sabemos, no quiere decir que esté siempre por detrás de la Serie A.