Media votos
7,0
Votos
3.573
Críticas
1.384
Listas
20
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Sinhué:
6
6,3
1.896
Drama. Romance
Maurice (Peter O'Toole), Ian (Leslie Philips) y Donald (Richard Griffiths) son tres jubilados de cierta edad que se reúnen todos los días en su bar preferido para tomar una copa, lamentar la situación mundial e intercambiar comentarios. La edad ha ralentizado sus cuerpos pero no sus ágiles mentes. Ian, que es un poco maniático, espera ansioso la llegada de la hija adolescente de su sobrina, que viene a cuidarlo. Pero, cuando, por fin, ... [+]
3 de junio de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Venus es la imagen de mujer inalcanzable que todos los hombres guardamos en un altarcito, cerca del corazón, desde el primer atisbo de enamoramiento al último día útil de nuestras vidas. También para el viejo verde, Maurice, antiguo catador de ambrosías femeninas, Venus es la referencia, la diosa que quiere reencarnar en el juvenil cuerpo de Jessie, zafia pueblerina y sobrina de Ian, uno de sus últimos amigos vivos.
Los días biliosos en el invierno de la vida de quienes han triunfado pero que acaban estando solos, incluso por méritos propios, están soberbiamente interpretados por un Peter O'Toole en ocasiones sobrecargado de histrionismo; perdonable porque en más de una escena parece estar interpretándose a si mismo.
Pero como en otras muchas ocasiones el excesivo protagonismo de un buen actor incide de forma negativa en el resultado final, monopolizando planos y consiguiendo que la acción real, la historia, sea un objetivo secundario. ¡Vamos, que se come la película!, eso sí, con elegancia y flema británica.
Los días biliosos en el invierno de la vida de quienes han triunfado pero que acaban estando solos, incluso por méritos propios, están soberbiamente interpretados por un Peter O'Toole en ocasiones sobrecargado de histrionismo; perdonable porque en más de una escena parece estar interpretándose a si mismo.
Pero como en otras muchas ocasiones el excesivo protagonismo de un buen actor incide de forma negativa en el resultado final, monopolizando planos y consiguiendo que la acción real, la historia, sea un objetivo secundario. ¡Vamos, que se come la película!, eso sí, con elegancia y flema británica.