Un taxista solitario de Nueva York, veterano de Vietnam, decide pedir el turno de noche en su trabajo porque sufre de insomnio. Así empieza la obra maestra de Scorsese, el mejor film independiente/no comercial/de culto (o como les parezca llamarlo) que se ha hecho, en mi opinión, en Estados Unidos. Todo un soplo de aire fresco para el cine, una renovación. El cambio del cine cásico al moderno, para mi, comenzó ahí, en el año 76, cuando Scorsese hizo este relato maravilloso de la soledad humana.

Lo que acontece en el film, el argumento, podría explicarlo en solo 10 lineas y probablemente no impresione a ninguno de ustedes, si no la han visto todavía. Esta no es una gran película por su argumento; es una obra maestra por la puesta en escena de esa historia, o lo que es lo mismo: la dirección de Scorsese y la interpretación de De Niro. El primero hace del guión de Schrader una obra de arte, un lujo para los sentidos. La actuación de De Niro me parece simplemente la mejor interpretación de la Historia del Cine, y es que no estás viendo a un actor, lo que ves es un taxista llamado Travis. Nunca me han hecho sentir tan cerca de un personaje como en este film.

No hay que presenciarla como un espectáculo de violencia gratuita, de hecho les decepcionará si lo buscan; hay que apreciar toda la magia que desprende, sentir esa voz en off del protagonista, y comprobar que se está ante un trabajo maravilloso.

"La soledad me ha perseguido durante toda mi vida, por todas partes, en los bares, en los coches, en las aceras, en las tiendas, por todas partes, no tengo escapatoria, soy un hombre solitario."