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México México · Ciudad de México
Voto de Patricio Escartín:
6
Comedia Un hombre se acerca muy enfadado al objetivo de una cámara hasta que su boca ocupa todo el encuadre y la oscuridad «engulle» primero a la cámara y luego al cameraman. Considerada una de las obras cumbre de la llamada Escuela de Brighton, aporta novedades técnicas tales como un cierto montaje, travelling inverso, plano detalle, fundido en negro y encadenado. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente esta es una de las películas más grandes de principio de siglo y al referirme a "grande" me refiero a lo que significó para el Cine. James A. Williamson (Las regatas de Hanley, 1899) fue el responsable de llevar a cabo esta película de un minuto, en la cual muestra a un hombre con sombrero (Sam Dalton) acercándose y hablándole en tono exaltado al espectador. Hay una ruptura de la cuarta pared, algo que no se había visto desde las vistas de los Lumière en donde la gente miraba a cámara, sorprendida por el cinematógrafo que registraba todo. En este caso, la ruptura de la cuarta pared es diferente, pues la película establece una capa narrativa que es rota en el momento en el que el personaje habla a cámara. Lo vemos en un plano americano, y mientras el personaje se acerca a cámara, la escala de plano se reduce hasta terminar en un poderosísimo plano detalle de su boca. Hasta el momento, el plano predominante en el cine había sido el plano abierto, más específicamente el plano general y el plano entero, pero en El gran bocado (1901), la relación que establece el personaje con la cámara es lo que determina la escala de plano, siendo variable al punto de terminar en un plano detalle casi inédito en la historia del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Patricio Escartín
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