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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
7
Fantástico. Thriller. Drama Evan Treborn, un joven que se está esforzando por superar unos dolorosos recuerdos de su infancia, descubre una técnica que le permite viajar atrás en el tiempo y ocupar su cuerpo de niño para poder cambiar el curso de su dolorosa historia. Sin embargo también descubre que cualquier mínimo cambio en el pasado altera enormemente su futuro. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2007
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pareja de guionistas y directores Eric Bress y J. McKye Gruber, logran soluciones brillantes y curiosas sobre temas manidos.
Los viajes en el tiempo, sus realidades alternativas, y la exploración del cerebro, ese gran desconocido, han sido temas muy visitados por el cine. El efecto mariposa se ocupa de ambos, y con la presencia del ídolo juvenil Ashton Kutcher, tal vez sólo seamos capaces de ver un producto de consumo comercial pergeñado por el más eficaz de los marketing, pero si nos desprendemos de todo prejuicio, y pasamos por alto su evidente efectismo, nos encontraremos con una película resultona, bien construida y entretenida en la que se agradece el esfuerzo mostrado por lograr la coherencia suficiente entre tanta madeja argumental. No hay nada mejor que darle vueltas a las paradojas de una película al salir de la sala, por eso, no voy a entrar en detalles que podrían echar abajo la trama (El Sexto Sentido también posee sus trampas).
La premisa es clara, sencilla y atractiva: ¿qué harías si pudieras cambiar algo de tu pasado? Ciencia-ficción o terror psicológico, un niño sufre inexplicables bloqueos mentales que coinciden con situaciones de estrés tras las cuales no recuerda nada. Su conducta preocupa a todos ya que su padre acabó en el psiquiátrico después de padecer síntomas similares. Si a esto se añade una pizca de la adolescencia problemática retratada por Stephen King, la historia cobrará interés cuando el protagonista, ya adulto (definitivamente Ashton Kutcher es un actor pésimo), descubra que puede proyectar su mente al pasado gracias a los diarios que ha ido escribiendo. Será entonces cuando trate de enfrentar se a las consecuencias que provocaron unos terribles hechos de la infancia (Eric Stoltz, crudo e inquietante corruptor de menores).
A pesar de que la historia de amor resulta anodina, y se desaprovecha toda hondura existencial (adiós a todo sacrificio real por los demás), es de agradecer el humor, el cuidado argumental para que todos los viajes encajen con precisión, elegancia y credibilidad, la imaginación en forma de sucesivos giros de narración, la presencia de Amy Smart interpretando cuatro personajes diferentes, y algunas escenas de enorme intensidad (en el desguace, en la cárcel, en el psiquiátrico, en la habitación, en el chalet). Una obra en la que lo enigmático y misterioso no están bien tratados del todo, pero cuyas virtudes (planteamientos) acaban estando por encima de sus defectos (desenlaces).
Todos tratamos de buscar una realidad soportable para nosotros y los que nos rodean, no somos un ente individual, sino el producto de relaciones y experiencias que necesariamente tenemos que asimilar para que luego no nos pasen factura en forma de cabos sueltos. Sólo si asentamos los cimientos del pasado, y no miramos nunca atrás a causa de las dificultades o la nostalgia, seremos capaces de darnos cuenta de que la vida continúa.
La Maga
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