Es difícil ver este documental y luego escribir sobre él, sin dejar de comparar la realidad mostrada por Moore de la seguridad social americana con la realidad de su propio país.
Y es que todo se resume en una solo pregunta.
¿Si en otros países como Francia, Inglaterra, Canadá e incluso Cuba, se puede dar una seguridad social buena, equitativa y plenamente confiable a todos sus habitantes, por que el país de uno, tiene que copiar fielmente la de una nación donde lo único que importa es llenar las arcas de unos cuantos sin importar la salud y vida del resto de sus conciudadanos?
Y es que Sicko hace reflexionar a cualquier ser humano sobre la importancia de no solo recibir, sino también el de dar a cada uno en igualdad de condiciones, o mejor dicho; en igualdad de mejores condiciones.
A pesar del cinismo con el que se muestra el tema, no deja de crear en uno una fuerte sensación de odio ante esos que se lucran con la muerte de los demás y sin que se les juzgue ni se les tache jamás de homicidas.
Me gusta la ironía de Moore para tratar los temas y de alguna forma siempre logra sacar algo de humor de la negra situación de su país; pero aquí, tanta ironía casi me hace llorar ante la idea de darme cuenta de la poca humanidad de los pocos hombres que pueden gobernar una nación.