Una de las verdades más universales del mundo de la industria cinematográfica es que el género de aventuras es uno de los géneros peor tratados por la crítica. Muchos no entienden el visionar una película por puro entretenimiento y se obcecan en negar cualquier cosa que no lleve consigo una gran verdad filósofica o una apasionada historia de amor. Desgraciadamente, todos ellos serán incapaces de entender el valor que tienen películas como la que estamos poniendo en tela de jucio. No serán capaces de entender que esta película redefinió e impulsó el género de aventuras, ni que sirvió como base para muchos clichés del cine, ni podrán admirar las muchas cualidades de esta película.

La silueta de un hombre con sombrero, cazadora de cuero y un látigo que se ve en los primeros compases de la película es el punto de inicio de las aventuras del arqueólogo más famoso de la historia del cine. El hecho de que en ésta trate de encontrar las famosas tablas de la ley antes de que lo hagan los esbirros de Hitler no tiene importancia. Aquí lo importante es ver a Indy meterse en todo tipo de inhóspetos lugares para verle más adelante tratar de escapar del mal que se encuentra dentro de ellos. Todo eso se verá acompañado por divertidas situaciones provocadas por los personajes secundarios, gran virtuosidad visual y una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine.

Una de las innovaciones de esta película es el concebir este tipo de películas con un ritmo trepidante. Desde la escapada del templo obita (la famosa escena de la roca persiguiendo a Indy) hasta la apertura del Arca de la Alianza, se suceden magistralmente las diferentes escenas sin darnos lugar a un respiro para distraernos. Es más, las escenas romanticas están rodadas de forma que un chiste o algo imprevisto rompe su momento climax. Destacar también que nadie muere gratuitamente, que las estrambóticas fantasmadas que se dan en otras películas parecidas no se prodigan en exceso, que se ve una historia de amor con los típicos altobajos y matices que tienen las historias de amor en el mundo real, y que los malos son bastante creibles. Un último punto bastante importante a su favor es que a pesar de la obvia falsedad de lo que se cuenta, la película presenta un importante rigor histórico. Hitler estaba obsesionado por el mundo del ocultismo y trató de localizar varias reliquias relacionadas con la historia y con mitos.

En cuanto a lo demás, destacar un gran guión y las actuaciones de karen Allen y de John Rhys-Davies. En cuanto a Harrison Ford decir que no es para nada un gran actor, pero que ha hecho tan suyo el personaje de Indiana Jones que no se aprecian sus carencias. Sin embargo, hay que recordar que los matices del personaje de Indiana son los mismos que los que tiene su otro personaje por antonomasia: Han Sólo.