Primeras ochenta paginas del guión:

Señor Roth: “Como la primera ha gustado (más o menos) voy a escribir la segunda parte, porque además de llevarnos unos dineros tengo unas ideas de puta madre, unas escenas escalofriantes y algo diferente a la primera, pero respetando el estilo, y encima tengo tiempo aunque no mucho, que así la ruedo y la estreno el año que viene”.

Ultimas diez páginas del guión:

Señor Roth: “Joder, me queda media hora para entregarle el guión a mi colega Quentin y me quedan diez paginas por escribir y no se me ocurre nada. Lo que hago entonces es poner lo más absurdo, desfasado y bizarro que se me ocurra, aunque resulte estúpido y no tenga ninguna continuidad con la película. Total, la gente se traga cualquier cosa…”


En fin, que después de ver una gran película, con momentos memorables y algunos escalofriantes (curiosamente, los que no son de torturas), El señor Roth nos muestra ese grotesquísimo final, rápido y absurdo, seguramente sacado de ideas que no pudo meter en “Cabin Fever”. Además, en esta película las torturas son menos imaginativas que en la primera y salvó la ultima (totalmente deplorable), ninguna llega a estremecer como las de la primera. Aunque el resto de la película es muy recomendable, y forma un buen dúo con la primera parte (está si terminaba bien).

PD: Eso sí, la película contiene a una de las más grandes bellezas femeninas que haya visto en mi vida: Vera Jordanova (La modelo de arte). Solo por ella la película merece por lo menos un cinco. Hay que agradecerle a Eli el habernos descubierto a esta diosa.