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España España · Puente Caldelas
Voto de Fag1955:
8
Drama Cuando Ted Kramer (Hoffman), un ejecutivo de publicidad, es abandonado por su mujer (Streep), tiene que hacerse cargo por primera vez de su hijo: deberá conquistar el afecto del niño y hacer de padre y madre a la vez, sin descuidar su carrera profesional. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2010
40 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Meryl es una mujer cansada de ser hija, de ser esposa y de ser madre. Meryl quiere ser mujer, quiere ser independiente, quiere ser libre y darse cuenta de lo que eso significa. Y por eso deja a Dustin, un hombre bueno y exitoso en su trabajo. Lo deja porque él triunfa y ella no sabe lo que es la vida. Sólo sabe que hasta ahora sólo ha sido una hija, luego se convertirá en una esposa y después será una madre y una nuera, y piensa que en el futuro se transformará en abuela y en suegra. Y por eso deja a Hoffman, un hombre bueno y trabajador. Ella quiere ser trabajadora como él, y como él, triunfadora, independiente y libre. Y por eso se va y deja a su marido y deja a su hijo. Imperdonable.

¿Imperdonable? ¿es imperdonable que una mujer quiera ser mujer antes que esposa, antes que madre, antes que hija, antes que abuela?
Es un tema muy interesante éste. A Meryl no le importaría ser un día todo eso, si no todo a la vez, pero ante todo quiere ser mujer, y darse cuenta de una vez por todas de lo que eso significa. Eso le supone mucho sacrificio, porque le supone dejar a su marido, que es un hombre bueno, y dejar a su hijo, que es una ricura de niño.

Recuerdo que cuando se estrenó esta película y la fuimos a ver, una de las chicas de la pandilla decía que Meryl era mala, que era muy mala, que era una mujer malísima, y que sus lágrimas eran lágrimas de cocodrilo. La mayor parte de los que allí estábamos le dábamos la razón.
Menos una, había una mujer de la pandilla, se llamaba Rocío, que defendía lo contrario: Meryl era una mujer absolutamente valiente. Impresionante.
Yo no la entendía mucho, para mí la película era superficial: un padre que es abandonado por su mujer y se dedica con esmero al cuidado de su hijo, a pesar de las dificultades laborales.

El otro día me encontré con Rocío en la parada del autobús, después de muchos años, y tras las peripecias iniciales del "yo a ti te conozco, tu cara me resulta conocida..." al final nos reconocimos: tú eres Rocío, y tú Fran, nos dijimos.
Y me invitó a un café.
Después del café yo la invité a un cubata.
Volvimos a comentar Kramer contra Kramer.
Y me explicó por qué aquella película la había dejado tan impresionada.
-A mí lo que me gustó de la película no es lo que se ve, sino lo que no se ve - me dijo. -Lo que más me interesó fue el aspecto que en la película queda oculto: el de la soledad de Meryl, su año de autodestierro: su travesía del desierto para hacerse, además de más mujer, más hija, más esposa y más madre.
-Me gustaría volverla a ver.
-A mí también, Fran.
Nos tomamos el último cubata y salimos del bar, yo cogí por la derecha, ella por la izquierda.
No nos dejamos los teléfonos, no nos dijimos dónde vivíamos, no me dijo si se había casado o seguía soltera, y yo no le conté nada de lo mío, ni le dejé mi correo electrónico. Ella tampoco me dejó el suyo. Sólo nos dijimos adiós, hasta la vista. Me ha alegrado mucho volver a hablar contigo.
Fag1955
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