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Voto de Tony Montana:
6
Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Thriller Neo, Morpheus, Trinity y el resto de la tripulación continúan en la lucha contra las máquinas que han esclavizado a la raza humana. Ahora más humanos han sido despertados e intentan vivir en el mundo real. A medida que aumentan en número, la batalla se acerca a Sion, la última ciudad real en el mundo y centro de la resistencia humana. Y tiene poco tiempo, muy poco tiempo... (FILMAFFINITY)
20 de abril de 2008
54 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un principio, para mí Matrix fue la película que hacía el tío de Speed, una cutre peliculilla de verano para pasar el rato, y la verdad yo en esa época no era demasiado asiduo al cine salvo contadas ocasiones, y puedo decir que hasta que no pasaron unos años ni me molesté en verla, pero quizás cuando puse mis ojos sobre la revolucionaria obra de los Wachowski sentí que algo había irrumpido en el cine, y con motivo. La primera entrega de la saga lo tenía todo, desde una filosofía algo barata pero que encajaba como un guante dentro de una obra que para muchos era eminentemente estética hasta una dirección cuidada que casaba estupendamente con el tan manido, y a la postre sobrevalorado por el propio espectador, fondo ideológico, mezcolanza de doctrinas teológicas judeocristianas, filosofía de primero de bachillerato, cyberpunk, cómic y anime, y un fetichismo sexual por el cuero a la altura de cualquier película porno del género sadomasoquista, acrecentado después con las siguientes películas, en las que el látex cobraba un protagonismo inusitado en cualquier película de género comercial. Era un cóctel simplemente perfecto que mezclaba en las partes justas el discurso con la forma y que nunca sacaba los pies del tiesto. Por todo este cúmulo de expectaciones, Matrix Reloaded fracasó, por la, a la postre, presunta trilogía que nos querían vender desde un comienzo, y que no resultó más que un aprovechamiento de una brillante y rentable primera parte que, por la falta de planificación, o más bien agotamiento de ideas, y la redundante exposición de temas, no lograron tener continuidad en dos secuelas vacías con un revestimiento visual acorde con los diálogos que pretendían cubrir esas carencias: barroquismo manierista, filosofía de chiringuito y un acabado visual que, de tan brillante que era, resultaba aburrido.

Matrix, en su concepto original, fue tan absolutamente revolucionario que ya no quedaba absolutamente nada por contar. Es por ello que nos enfrentamos al gran problema de las secuelas: una segunda parte que tiene que servir como nexo entre la primera y la tercera parte. La brillante complejización que llevaron a cabo los hermanos Wachowski del Spielberg de los filósofos, Platón, y de su mito de la caverna, fue algo que se les acabó yendo de las manos, y que hizo de Reloaded una película redundante, donde los personajes hablan continuamente de sus objetivos dentro y fuera de Matrix, y a la que le falta eso mismo, un objetivo que sirva de hilo conductor, y que tan bien explicado estaba en la primera entrega, más simple de lo que muchos creen. La liberación de la mente de Neo y su conversión en el Elegido lograban crear una apabullante historia para la obra inicial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tony Montana
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