Irreverente y deliberadamente cutre mejunje ochentoso, otro más, que basa su fórmula en situaciones propias de sitcom aderezadas con exagerados efectos gore. Una especie de Thanos intergaláctico es confinado a la Tierra por sus enemigos y liberado por una mandona e insufrible niña, que ejerce sobre él una humillante influencia.

El punto de partida debería haber sido para una descacharrante comedia, pero se queda en comedia de momentos, que tampoco son tantos. Un mostrenco super poderoso y sediento de sangre sometido al arbitrio de una cría con malas pulgas debería haber dado más juego, pero el ritmo es desigual y el resto de personajes no están demasiado bien trabajados. El padre holgazán, el hermano cobardón y temeroso de su histérica hermana, la relación pseudo ET... Los mimbres estaban ahí, pero hay fases en las que desconectas porque el humor no tiene continuidad.

Luego está el diseño de vestuario, maquillaje y efectos, todo aparatosamente ochentoso, autoconsciente de su cutrez, recordando tanto a los Power Rangers como a los Aurones. Es otra baza más que juega la cinta, apelando a la nostalgia de los cuarentones que crecieron con productos mugrientos sin ser conscientes de que lo eran. Es divertido verlo, pero la endeblez de la historia hace que su efecto se pase pronto. Una curiosidad, sin más.