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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Aventuras A su vuelta de las Cruzadas, el Rey Ricardo Corazón de León es apresado en Austria. Su hermano Juan se niega a pagar la elevada suma de dinero que exigen a cambio de su libertad, ya que así puede seguir usurpando el trono de Inglaterra. El caballero Ivanhoe, uno de los partidarios de Ricardo, intentará por todos los medios conseguir el dinero del rescate. (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2022
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Evidentemente, Thorpe, no era nada torpe (lo siento, siempre quise contar este chiste tan malo) y esta cinta es una prueba de ello. Podría hablarles de su argumento y decirles que Sir Ivanhoe (creación de Walter Scott) es un personaje ambientado en la Inglaterra del siglo XII, y al igual que Robin Hood, es él un caballero sajón en disputa con los nobles normandos y opuesto a la regencia de Juan “sin tierra” (para unos, usurpador, para otros, gran gobernante). Podría ir concretando, diciendo: que la acción transcurre, en el año en que Ricardo I “Corazón de León” fuese apresado, y puesta a precio su cabeza, por Leopoldo de Austria, mientras el monarca inglés retornaba de la III cruzada, pero todo esto no es más que una excusa para enfrascarnos en una de esas películas de capa y espada, de lanza en ristre, de armaduras relucientes, de hazañas caballerescas, de damas bondadosas, de amores correspondidos y no, de buenos, de malos, de ambiciones, de abnegaciones, de “voto a bríos”, de juramentos solemnes, de combate a muerte ante el juicio de Dios, de por mi dama, de por mi honor, y de todas esas cosas que tanto nos gustan, aunque a veces sólo lo confesemos en presencia de nuestro abogado. Estamos ante una película de las de antes, de otros tiempos, seguramente peores, pero para mí… inolvidables. Me volví a ir por los cerros, que de vez en cuando se alzan en el gráfico de mi encefalograma plano, más comúnmente conocidos, cómo “cerros de Úbeda”; no me pregunten por qué.

Pero ya una vez tomada mi medicina, sigo por donde iba. Estamos ante una película donde destaca una fotografía de colores tan cálidos que casi asemeja un cuadro al pastel, donde en ella vemos un rodaje ágil, fluido y dinámico, para un relato muy bien narrado, y por momentos, romántico y poético, a lo que contribuye una buena banda sonora. Una filmación en la que se elaboraron excelentes secuencias de acción, algunas verdaderamente innovadoras, y que seguramente sean de las mejores de su tiempo. Una película sumamente divertida que a mí me encantó de tal manera que hasta me olvidé de que la protagonizaba, Robert Taylor. En cambio, como siempre, quedé encantado ante la presencia de George Sanders –uno de los mejores villanos en la historia del cine– y ante una encantadora, y bellísima, Elizabeth Taylor, que aunque aún jovencísima, ostentaba ya una gran veteranía en la gran pantalla. Y como en muchas producciones de aquella edad –para mí una de las edades de oro del cine– se alimenta de un excelente guion, al que destaco por sus diálogos. Un guion que no creo que defraude mucho al libro de Scott ni a la era romántica.

Y a esta película, “Invanhoe”, la tengo entre mis predilectas, no sólo, entre las inspiradas en este periodo de la historia inglesa sino de entre todas las que se ambientan en épocas medievales. Quizá sólo superada por “Excalibur” (John Boorman, 1981), igualada por “Los caballeros del rey Arturo” (Richard Thorpe, 1953), seguida muy de cerca por “Los vikingos” (Richard Fleischer, 1958) y por las algo más contemporáneas, “Braveheart” (Mel Gibson, 1995) y “Robin Hood, príncipe de los ladrones” (Kevin Reynolds, 1991); pese a que con esta última me suceda con Kevin Costner cómo con Robert Taylor; que algunas de sus pelis me gusten a pesar de ellos.
Plácido Eldel Motocarro
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