En la más reciente obra del polémico director Takashi Miike se nos cuenta como un boxeador y una prostituta por asares del destino cruzan sus caminos al verse involucrados en una persecución por tráfico de drogas. Si pudiera comparar de una manera equilibrada a Miike con otro director sería Tarantino, y más en este tipo de películas en donde entran a resaltar la violencia disparatada, las mafias, las tramas llenas de personajes y el sentido del humor ácido, todos estos elementos hacen “First Love” un relato altamente divertido (obviamente para quien disfruta de las escenas de acción/artes marciales altamente exageradas).
Sin embargo, gran parte del filme termina moldeándose en una historia de amor, como evidentemente se puede intuir del título. La relación de la pareja que se va forjando a partir de “proteger a la damisela en apuros”, por momentos se va sintiendo muy artificial y forzada conforme la situación lo amerite, pero éste vínculo que se crea va mejorando en los momentos finales con ciertas escenas donde se nos muestra a los dos personajes en situaciones en donde sus vidas van tomando un rumbo mucho más significativo del que ya tenían, sin melodramas innecesarios. Funciona gracias a que la película sabe cuándo tomarse en serio y cuando simplemente caer en lo absurdo, regalándonos momentos de acción loca, desenfrenada y cómica, tocando su punto máximo en el inicio de la persecución con la policía y en las sangrientas batallas de katanas con los Yakuza.
Miike al ser un cineasta bastante prolífico, no todas sus producciones acaban siendo grandes obras dignas de ser reconocidas y/o recordadas. Aquí el director no está intentando traernos algo innovador o refrescante a su cine de criminales, más bien se llega a sentir como un capítulo más en su filmografía en donde sigue funcionando esta dosis de acción hilarante y efectiva.