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Voto de Herodoto:
8
Drama Imperio Nuevo. Egipto se encuentra en una difícil coyuntura. Por una parte, los asirios amenazan con invadir el país y, por otra, el empobrecimiento del pueblo es cada vez mayor. Una vez proclamado faraón, el joven Ramsés XIII (que nunca existió) decide poner remedio a esta situación sirviéndose de las riquezas de la casta sacerdotal, que concentra en sus manos el poder económico, religioso y, de hecho, también el político. (FILMAFFINITY) [+]
21 de julio de 2010
30 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
La lucha entre poderes, el enfrentamiento entre el poder civil y el poder religioso, es el tema principal de esta excelente película, y Jerzy Kawalerowicz nos sumerge de lleno en la historia del Antiguo Egipto con un realismo muy superior a las películas que se habían rodado en el cine americano durante aquellos años.
Pero el trasfondo político es evidente. Ambientada en el Antiguo Egipto pero tratando temas contemporáneos, sobre todo de su país, Polonia. Después de la II Guerra Mundial y de la ocupación alemana, Polonia cayó bajo la férula comunista de los soviéticos. Se rompió la aspiraciones políticas de democracia y libertad del sufrido pueblo polaco. La Iglesia lograría mantener el equilibrio necesario entre el poder y la población para que no se produjeran enfrentamientos.
Y la película plantea un claro de debate sobre el Estado y la sociedad: un Estado justo (socialmente) y fuerte (militarmente) para evitar peligros externos. ¿Y el clero? ¿cuál es su papel en ese Estado?. A Kawalerowicz le interesa el drama del poder. Recordemos los hechos que sucedían en Polonia en los años 60: el enfrentamiento entre el gobierno comunista polaco y la iglesia católica representada por el cardenal Wyszinski; la supresión de algunas fiestas católicas y la promulgación de una ley sobre el control de natalidad, etc...
También se evidencia el conflicto entre dos generaciones con visiones distinta pero con la necesidad de defender su país: la más joven absolutamente idealismo, y la adulta más realista y con más temor al futuro.
Claramente Kawalerowiciz se sirve de la novela de Boleslaw Prus para exponer esta dicotomía política utilizando su capacidad analítica y su visión cinematográfica de manera excepcional.
Hay que apuntar que algunos sucesos narrados en el film no son históricos: Ramsés XIII no existió. Asiria no era una gran potencia en aquella época. Los banqueros fenicios, judíos y griegos no tuvieron la importancia se les atribuye en la película.
Aun así, la ambientación tan realista de Egipto nunca se había visto antes en otras películas históricas:el vestuario, los livianos tejidos, las mujeres desnudas con sus pelucas, las escenas del desierto y las estancias de los templos y palacios, son un estudio arqueológico de un Egipto fascinante.
Arqueología histórica pero también un retrato de poder en nuestros días. A fin de cuentas muy pocas cosas han cambiado a lo largo de la historia: el poder y sus conflictos.
Herodoto
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