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España España · Barcelona
Voto de Risard:
8
Drama John, un abogado sin escrúpulos, está casado con Ann, una mujer seria e introvertida. Ella, aunque muestra poco interés por el sexo, se siente segura de su matrimonio. John, en cambio, es un adicto al sexo y tiene una aventura con Cinthia, la extrovertida y desenfadada hermana de Ann. La llegada del enigmático Graham, un antiguo compañero de John en la universidad, alterará la vida de Ann. (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2019
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Hubo un tiempo en el que nacían directores promesa de un gran cine, tanto independiente como de autor. Soderbergh es uno de esos casos, y también de cómo degenerar gracias a la abducción hollywoodiense para hacer del cine puro marketing y consumo vacuo.

El sexo, las mentiras y el morbo de grabar en vídeo fetiches y confesiones varias fue un tabú roto en este medio gracias a un prometedor jovenzuelo de Georgia que con sólo 26 años ganó la Palma de Oro en Cannes con este reflejo independiente y realista de las relaciones humanas. Sus protagonistas se balancean entre la monogamia y el poliamor cual elefante sobre la telaraña, este último término tan tergiversado hoy día por las nuevas y promiscuas generaciones. Cuando Graham aparece en la vida de Ann, Cinthia y John, con su cámara para que diversas mujeres le cuenten sus fantasías y experiencias sexuales para después poder fantasear, parece comenzar el desmorone de ciertos secretos. El fatuo John, tan moralista y conservador para unos asuntos y liberal para otros, termina siendo objeto de venganza y escarmiento por parte del empoderamiento femenino promovido por otro macho alfa, mucho más atractivo e interesante, que lo desenmascarará como el macho posesivo y celoso, lo que hoy llamaríamos el machirulo de manual.

Si Cinthia y Ann son dos tipologías opuestas, una descarada y la otra recatada, bien demuestran que ambas deciden de adueñarse de su sexualidad, de sus fantasías, aunque perder el control sobre sus emociones pueda ser el precio a pagar, no sin antes pegarse el gustazo a lo carpe diem. Si Soderbergh es capaz de crear fijación a la pantalla con un guion escrito en cinco días y rodado poco más de cinco semanas y triunfar, es que el talento no es obra del dinero, más bien de la honestidad del artista.

El explosivo final donde Ann sorprende a John, a Graham, incluso a un público absorto ante las suculentas fantasías de la recatada ama de casa obsesionada con el orden y la limpieza, implosionan ante la pantalla para salpicarnos de verdad, amor y liberación, para así orgasmar junto al cine más underground de los americanos años ochenta, una época de filmación amplia y abarcable en cualquier filosofía, estética o producción. Marcó una época, una tendencia, y una capacidad de demostrar que el arte nace del corazón y del sexo (creatividad) y no sólo de bolsillos de ricos millonetis.

Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
Risard
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