Dreyer, trabajó primero como periodista y empezó en el cine como escritor de intertítulos para películas mudas, en 1912.
Un año después pasó a supervisor de guiones y en 1919 dirigió su primer filme, "El presidente".
Tuvo una de las carreras más accidentadas y plagada de dificultades del cine.

Innovador, revolucionario visualmente, siempre buscando formas nuevas con que mejorar su cine.

Desde "Dos personas" 1945. Filmada en Suecia, filmó siete cortometrajes , hasta que en 1955, pudo rodar "Ordet", la palabra. Va una década.
Nada más podría filmar una película más después, de "la palabra".
Fue en 1964, "Gertud", casi otra década. Fue su testamento cinematográfico.

El cortometraje que nos ocupa, rodado en 1948. Contiene hallazgos visuales y un montaje fabuloso.
Una historia sencilla, narrada con entusiasmo, con una agilidad narrativa digna de los más grandes y ese halo que portaba Dreyer, el fatalismo existencial.
Una gozada de poco más de 10 minutos que se disfruta como una comilona moderada.