A simple vista parece una comedia norteamericana corriente. Bueno, tiene mucho de eso, pero va un poco más allá.

El trasfondo de los protagonistas es la emergencia desde la adversidad. La fraternidad es una salida a los conflictos personales de cada personaje, incluso de los secundarios.

Desde el comienzo del filme se desarrolla cómo cada uno vive el sueño americano, esposa, hijos, trabajo en orden o exitoso. Y en pocos minutos se tira todo eso por la borda.

Y es ese el gran componente de esta película, que la verdad irrebatible, aun pintada de comedia, es que hay que seguir, y que los nuevos proyectos distraen de las frustraciones.

El elenco está formado por conocidos del género, muy efectivos en su papel.

Dos cosas para señalar: muy buena musicalización, y grandioso Will Ferrell.