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España España · Xanadú
Voto de Orson_:
8
Drama Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo nocturno, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su popular programa. Sin embargo, antes de abandonar la cadena, ante el asombro de todos, Beale anuncia que antes de irse se suicidará ante las cámaras, pegándose un tiro en directo en ... [+]
3 de enero de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que en 1950 “Eva al desnudo” había hecho un cínico retrato del mundo del teatro en el que los protagonistas aspiraban por encima de todo a su triunfo personal y la satisfacción de su ego, a mediados de los 70 “Network” muestra un mundo de la televisión brutal, desolador e implacable cuyos personajes se mueven por parecidos intereses.

Se supone que Sidney Lumet se valdría de su experiencia personal y laboral en el medio para el que trabajó los primeros años de su carrera para aportar su mirada particular, y aunque el director de “Tarde perros” o “Serpico” no tenga la finura y elegancia de Mankiewicz en la puesta de escena (pocos la tienen), su potente estilo narrativo y el afán contestatario y de denuncia social que siempre ha caracterizado su obra alumbran una de las mejores y más inquietantes radiografías que se han hecho sobre el medio televisivo y su guerra por las cuotas de audiencia.

Buena parte del mérito recae sobre un guion impresionante de Paddy Chayefsky, quien precisamente había sido en la década de los 50 uno de los más reputados guionistas de la considerada Edad de Oro de la Televisión. El prestigio adquirido en esa época le sirvió para dar su salto al cine, donde ganó 3 Oscars en esa faceta, el último de ellos precisamente por esta cinta. El guion de “Network” está repleto de monólogos abrumadores, diálogos punzantes y reflexiones agudas que muestran al medio de comunicación como un mar infestado de tiburones dados al canibalismo, la ambición y la falta de escrúpulos con tal de conseguir los objetivos. Todo un regalo para los actores protagonistas que brillan en cada escena, apoyados por varios secundarios con apariciones breves pero intensas, ejemplarizado en el monólogo de Ned Beatty, cuando su pose sosegada y conciliadora se transforma en enfurecido tótem que brama lo que todos saben de puertas para adentro: el mundo es un negocio. Las patrias, con sus banderas e himnos, han sido sustituidas por las grandes empresas con sus logos y eslóganes, las razas y religiones por puestos en la jerarquía de la empresa, y el patriotismo por el corporativismo. Es un momento abrumador.

Decía Lumet que siempre le había interesado tratar los temas familiares (“fuentes inagotables de dramatismo”) y los personajes rebeldes y perseverantes que luchan porque su individualidad no sea alienada por el poder establecido. En “Network” hay mucho de ambas, representado en el personaje de William Holden, veterano y prestigioso productor que encarna los valores de la vieja escuela, y que asiste entre indignado y pesimista al cambio de tercio propiciado en la cadena por aquellos que anteponen el éxito de audiencia a cualquier precio. Su vida familiar se verá afectada por los acontecimientos que le rodean, y es ahí donde la escritura de Chayefsky nos regala dos de las mejores escenas de ruptura sentimental que ha dado el cine.

Una película tremenda, que sacude conciencias y que más de cuatro décadas después, viendo la programación actual que puebla nuestros televisores, sigue estando perfectamente vigente.
Orson_
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