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Sudán Sudán · Lasinfàn Tasmela
Voto de Ok Rick:
8
Western Estado de Wyoming, a finales del siglo XIX. Shane, un hastiado pistolero, llega a la granja de los Starretts, un matrimonio con un hijo que, al igual que los demás campesinos del valle, se encuentra en graves dificultades, pues el poderoso ganadero Rufus Ryker pretende apoderarse de sus tierras. Cuando Ryker se entera de que Shane es un hábil pistolero, le propone que trabaje para él. Ante su negativa, contrata a Jack Wilson, un ... [+]
29 de enero de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Raíces profundas, George Stevens hizo su única incursión (al menos que yo conozca) en el mundo del western. Y lo hizo de manera más que notable, dando lugar a todo un clásico del género.

Shane narra cómo un pistolero llega a una granja e intenta llevar la misma vida que sus ocupantes. Pero estos se ven continuamente hostigados por el terrateniente de turno que quiere echar a éstos y a los demás granjeros para dominar todas las tierras.

La película introduce, de esta manera, el personaje del hombre de oscuro pasado que, a pesar de sus intentos, al final no puede salir de la vida que lleva. El pistolero, al final, ejerce de tal. Y lo asume. Y aunque se sienta cómodo con su nueva situación y la familia le trate como a uno e sus miembros, su pasado le persigue. Posteriormente, hemos visto el mismo perfil en infinidad de ocasiones (quizá antes también), por ejemplo en El Jinete pálido.

El film se encuentra lastrado, en todo momento, por la presencia del bueno de Alan Ladd. Imposible, una vez más, como tipo duro. Verlo llegar a la granja con sus flecos impolutos y el cabello rubio bien peinado te puede chafar la película. Y que decir de sus peleas con tipos que le sacan más de una cabeza y tres cuerpos, o de cómo parte troncos. Y de un pistolero que rehuye el whisky. Por no hablar del face to face con Jack Palance, qué contraste.

A pesar de ello, se trata de un film interesante en el que destaca la admiración que el niño Joey siente por Shane frente a su padre. Se echa de menos, sin embargo, la tensión sexual entre aquél y la mujer de Starrett, que podría haber abierto una nueva puerta a la historia. Pero el buen pulso narrativo de Stevens, director sólido donde los haya, nos lleva de escena a escena sin rodeos, consiguiendo mantenernos atentos en todo momento y sacando todo el jugo a un buen elenco de secundarios (Ben Johnson, Elisah Cook, Jr. ... y la presencia amenazante del gran Jack Palance, por supuesto).
Ok Rick
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