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Sudán Sudán · Lasinfàn Tasmela
Voto de Ok Rick:
9
Cine negro Después de asaltar un tren que transportaba 300.000 dólares y asesinar a los maquinistas, Cody Jarret y su banda huyen con el dinero, pero son perseguidos por agentes federales que sospechan que Cody es el autor del robo. Una vez preparada una coartada perfecta, Cody se entrega a la policía y es condenado sólo a dos años de prisión; sin embargo, los agentes del Tesoro, convencidos de que fue el cerebro del asalto, le tienden una trampa. (FILMAFFINITY) [+]
29 de diciembre de 2008
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cagney
Pequeño, regordete, feote... pero una estrella. Uno de los grandes, sí señor. Para recordarle, especialmente, como gángster. ¡Qué mala leche tenía el tío! Y lo que me fastidiaba que siempre jodiera a Bogart en las películas de los 30 (pero, Bogie, todavía no eras una estrella). Luego descubrimos que también quedaba bien en otros géneros: que era un gran bailarín y, sobre todo, podía ser un cabronazo irónico de una gran multinacional en Berlín (Oeste, por supuesto). Y disparaba cojonudamente, y le pegaba hasta a Dios si se llega a poner por delante. Y además ligaba, con la Harlow por ejemplo, y aquí con una guapísima y embustera Virginia Mayo. No podemos mentir: a muchos nos hubiera gustado ser como él, sobre todo cuando se cabreaba y se cargaba a alguien sin pestañear.

Walsh
Otro de los grandes. Parece que se nos olvida, pero hace unos años no pasábamos dos meses (y quizá sea mucho tiempo) sin ver una película suya por televisión un sábado o domingo por la tarde: Los violentos años 20, El último refugio, Murieron con las botas puestas, Gentleman Jim, Objetivo: Birmania, Juntos hasta la muerte, Sin conciencia, Tambores lejanos, El hidalgo de los mares, Camino de la horca, El mundo en sus manos, La esclava libre, Una trompeta lejana ... ¿Las hemos visto en familia? Pues sí, habrá que reivindicar a Walsh (y a los directores tuertos). Y además será recordado por matar a Lincoln.

White Heat
Pues la mano maestra de Walsh con una de las mejores interpretaciones de Cagney dan lugar a una excelente película, representativa del cine negro y/o de gángsters. Siempre será recordada por el personaje de Cody Jarret (Cagney, por supuesto): violento, víctima de insufribles jaquecas, con tendencia a la locura y con dependencia psicoafectiva de su madre. Y también por su escena final, aunque también destacaría aquella otra en la que Cody mata a un tío que está encerrado en un maletero mientras que se come un muslo de pollo. Una gran película.
Ok Rick
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