Lo del título es básicamente porque no es la primera serie "Made in England" que supera expectativas. Esta en particular cuenta la historia de un grupo de supervivientes a un virus letal que acaba con más del 90% de la población.

A esta premisa tan trillada, tópica y que a priori no hacía presagiar nada bueno, le sigue una temporada de 6 episodios (otro punto para los británicos, más acostumbrados a temporadas cortas y a no alargar las historias pese al éxito de audiencia) donde el foco se centra en lo cotidiano, en los esfuerzos de un grupo muy heterogéneo de personas por convivir juntos en un simulacro de normalidad para no perder la razón... ni la vida. Y ahí está la gracia. Encontraremos al guapo y superficial, a la mentirosa, a la madraza, al violento... viviendo bajo el mismo techo.

No hay efectos especiales, no hay gente guapa y retocada por Photoshop. Una buena historia. Hay drama, tensión, violencia, alguna aislada reflexión sobre el poder y, como no, un enigma que se irá fraguando de la serie. Muy recomendable para los que ya empezamos a estar cansados de barras y estrellas.

Aviso para navegantes: esta serie es un remake de una celebrada serie del mismo nombre, también británica, que se emitió en la BBC desde 1975 hasta 1977.

Lo mejor: sus personajes, lo que hacen y lo que dicen (que suele ser totalmente diferente, como la vida misma).

Lo peor: que sólo triunfe en UK.