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España España · valencia
Voto de ojiblanco:
1
Fantástico. Romance. Thriller Edward Cullen (Robert Pattinson) decide abandonar a Bella Swan (Kristen Stewart) para mantenerla alejada de los peligros del mundo vampírico. Con la ayuda de Jacob Black (Taylor Lautner), su amigo de la infancia y miembro de la misteriosa tribu quileute, Bella intentará superar el abandono de Edward, que la ha dejado sumida en el mayor de los desconsuelos. Pero los peligros siguen acechando a la joven; nuevas y asombrosas criaturas ... [+]
25 de noviembre de 2009
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por circunstancias que no vienen a cuento, a veces uno tiene que ver películas que no son de su agrado. En cualquier caso no tengo excusa, soy lo peor, sabía que esto era una bazofia y nunca debí acceder a deleitarme con semejante patochada.
Porque ésta no es simplemente una mala película (por llamarle de alguna forma) ésto es un producto que denigra a la raza humana y desafía a la inteligencia.

Es habitual escuchar de boca de una mujer que los hombres no tenemos sensibilidad, no sabemos que es el amor, que no somos románticos y otras muchas sandeces que les hacen tener la conciencia tranquila a nuestra costa. Pero ellas pierden la razón cuando defienden productos como éste, poniéndolos de ejemplo del ideal amoroso.
Patético, chicas. Y mucho. Vale, con 15 años pasa, pero no con 30. Ésta película es absolútamente infame. ¿Pero de vedad creéis que alguien vive el amor así? ¿A qué especie de cabeza hueca le cabe eso en la cabeza?. Joder, hay cientos de buenas historias de amor, más sencillas, más reales. Esto es una absoluta payasada.

La película: una chica,calienta-braguetas idiota perdida, en un pueblo donde, por cierto, no hay más chicas. Los vampiros van al instituto, no se a qué, pero van. Ponen cara de malotes pero es pura pose porque son muy gayers. Además, es la primera versión de vampiros cristianos que conozco.
Hay hombres lobo, pero no comen carne, solo anabolizantes, y viven en una granja. Se transforman en lobo cuando les da la gana y, digamos, que se pasan la luna llena por el arco del triunfo.
Lo mejor de todo es que esta situación se presenta al espectador con toda naturalidad, como un pueblo cualquiera, con sus vampiritos y sus hombres lobo. El resto, nada. La nada más absoluta. No ocurre nada, palabrería barata, vacía, superficial. Todo se queda en la superficie en este film, donde ni hay cine, ni hay vampiros, ni hay amor.
ojiblanco
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