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Voto de El Pelado Investiga:
1
Ciencia ficción. Thriller. Drama. Comedia En el año 2024, en un futuro post-apocalíptico indeterminado, un adolescente (Don Johnson) y su perro telépata intentan sobrevivir en un mundo casi destruido tras una nueva Guerra Mundial. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2023
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Cuatro años antes del estreno de Mad Max en 1979, una pequeña película de ciencia ficción, el film en cuestión, tomaba la misma premisa y ambiciones: Un futuro post apocalíptico, donde los restos que quedan de la humanidad sobreviven como pueden en las amplias llanuras del enorme desierto que supone ahora la tierra.

Hemos de tener en cuenta que en 1974 la Guerra fría aún estaba candente. Y si ha habido un género que se ha hecho eco de los efectos de un conflicto atómico ha sido la ciencia ficción. La película empieza haciendo referencia del desastre, en algo que los protagonistas del film comentan como la “4º Guerra Mundial”.

Las consecuencias atómicas nos llevan a una tierra desolada, donde el paraje desértico es el único predominante. La historia se desarrolla en una sucesión de eventos, sin necesidad de demasiados nexos para unirlos. Los pocos supervivientes a dicha catástrofe se refugian bajo tierra, salvo un grupo de valientes cazadores que pululan por el exterior buscando algo de alimentos y sexo.

Uno de los más jóvenes, Vic, un joven Don Johnson, (en uno de sus primeros trabajos en la pantalla), de tan solo dieciocho años, se hace acompañar de su perro Blood, con el que mantiene una relación bastante especial: puede comunicarse con él de forma telepática. Según el animal, perdió la capacidad de cazar en el momento que adquirió, la de hablar.

Aunque se oiga la voz del perro y la voz del chico mientras discuten, como si estuvieran hablando, hay algunos análisis de otros cinéfilos, que opinan que es en realidad el hombre el que se imagina las conversaciones con el perro, creando el diálogo suyo y el de su interlocutor: una consecuencia más de vivir solo y aislado de la gente.

Pero por cómo se ve en la película, parece que el perro pueda hablar, lo que visto así queda bastante ridículo. El animal razona de una forma mucho más racional que el grupo de personas enloquecidas que le rodean. Sus conversaciones con su compañero no tienen desperdicio, analizando sobre lo divino y humano.

La motivación del protagonista se divide por igual entre comer y tener sexo con mujeres, que en la superficie no lo tienen nada fácil. En esta “sociedad apocalíptica” parece que los hombres se dedican a cazarlas, agredirlas y luego violarlas, saciando así sus instintos sexuales. El mundo de la superficie no es todo lo que existe. También hay un grupo de personas que viven bajo tierra, y, por tanto, en una noche eterna. Estos humanos son más civilizados que los de arriba, pero tienen un problema de supervivencia: los hombres son estériles.

Para concluir decir que su escaso presupuesto y la mediocridad del director hacen que se la recuerde como una película de clase B. El guion entierra todas las aspiraciones a las que pudo pretender. Incluso el autor de la historia original, Harlan Ellison, la rechazó al verla. Tampoco acierta en cuanto a la profundidad de los personajes, ni a las interpretaciones, salvando el triángulo entre el hombre, la mujer y el can. En resumen, Un muchacho y su perro, o 2024: Apocalipsis Nuclear, es una película de ciencia ficción que surgió de la paranoia atómica, de la Guerra Fría, y que debemos… olvidar.

El Pelado Investiga
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