Quizás un 7 sea excesivo, o no, pero teniendo en cuenta que hay otras mediocridades, inferiores a ésta, con notas medias de hasta 8´5, creo que un 7 está bien.
Pros: es muy entretenida, los secundarios son geniales, al menos a mí me lo parecen, todos los ayudantes del presidente, los de la primera temporada, que también siguen en la segunda, y los nuevos que se incorporan en la segunda. Kiefer se mete en el papel y te hace olvidar a su personaje de 24. En general tiene un encanto que no suelo ver en otras series.
Contras: todo lo relacionado con las idas y venidas, compañeros y enemigos, de Hanna Wells, una monísima Maggie Q, que siempre me ha parecido encantadora, desde que supe de ella en La Jungla 4.0, pero cuyo personaje y tramas relacionadas son mucho más simples, tanto en diálogos como en giros, que las que ocurren dentro de la Casa Blanca. De hecho es que se nota mucho, es como si el equipo técnico y artísticos de la serie estuviera en su salsa con todas las intrigas dentro de la CB, pero una vez que sale de allí, se palpa una inseguridad y dejadez en las escenas de acción, persecuciones y peleas, que ni tienen la tensión, ni el ritmo que se le supondría a una serie de estas características.
En la segunda temporada se intuyen todos y cada uno de los giros que va a haber, me refiero a los importantes, claro, y a esto contribuye una preparación de la sorpresa muy tosca, del tipo: "tengo que ir un momento al lavabo (antes de ponerse manos a la obra con un tema de seguridad nacional)", o: "mira que maqueta más chula te traigo para que la pongas aquí, en el despacho oval"...
Las casualidades, trampas de guión, personajes comodín, etc. brillan como soles en todo lo que rodea al personaje de Maggie Q, y no os voy a engañar, hay escenas de vergüenza ajena, como la que tiene lugar al final del capítulo, creo que 10, de la primera temporada, una especie de casualidad al cuadrado multiplicado por una absurdez al cubo. Lo de la "historia de amor" entre Hanna y Damian también es un poco absurda, y está finiquitada de una manera cutre y ridícula, muy ridícula.
Es patriotera, y si este rollo no te va, le tienes grima a la bandera de tu país, entonces aléjate, porque seguramente acabarás con ganas de meterte una bomba en el ojete y presentarte en la Casa Blanca para volarlos a todos.
Que en el episodio 10 de la segunda temporada se carguen a uno de los personajes más importantes de la serie, le da un giro que se agradece a medias en los posteriores capítulos.
¿Merece la pena? Yo creo que sí, es que el rollo que se traen los secundarios en la Casa Blanca, aunque irreal, tiene mucho encanto. Tiene un tono muy agradable que le va a chirriar a algunos, pero si entras en su juego, creo que lo pasarás bien.