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España España · Murcia
Voto de Juanito:
10
Ciencia ficción. Thriller. Intriga. Acción Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la ... [+]
28 de agosto de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Dick se movió en la difusa frontera entre la realidad y la paranoia, Nolan explora en "Inception" los límites entre lo real y lo soñado, entendiendo los sueños como lugar de horrores y promesas. Ya desde la estructura de muñecas rusas mediante la que nos presenta la intervención en la mente de Saito (Watanabe), se intuye que el film no se va a quedar en un blockbuster veraniego sobre una banda de ladrones corporativos más sofisticados de lo habitual: en realidad las -magníficas- escenas de acción, inevitables en una película de este tipo, engranan perfectamente con la historia real que nos cuenta Nolan. Y esa historia es tan universal como son el amor y la culpa, el error y la pérdida, la busqueda de la redención y la felícidad, en el marco de un universo metafísico que a veces parece sacado de las obras de Escher - difícil olvidar a Ariadne (Page) volviendo París sobre si mismo en una escena de onírico hiperrealismo-, de las acuarelas de Tanguy e incluso de la casi desconocida novela "Las Torres del Olvido": esa ciudad vacía derrumbándose bajo el peso del Tiempo frente a las costas del mar del inconsciente.



Hay una enorme belleza en el mundo creado por Nolan con la inestimable ayuda de sus excelentes actores y del equipo técnico; en la expresión hiperbólica (y sin embargo intimista) de la relación entre el creador y su creación; en la visualización del mundo onírico forjado, como a Freud le gustaba creer, de la materia de lo consciente y lo inconsciente, en un terreno donde el tiempo es relativo y 80 años pasan en diez horas que transcurren en dos minutos, como si los personajes y el espectador se moviesen en diferentes marcos relativistas.



Pero aquí no hay física, sino milagro: un blockbuster de arte y ensayo que esperemos sirva como prueba y muestra de que el entretenimiento puro no está reñido con la reflexión.
Juanito
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